Nicolas Sarkozy lo dijo a sus correligionarios hace unos meses: «Si nos quedamos estancados en el terreno social, estamos fritos». Y el giro hacia la paranoia de la seguridad para cambiar la agenda política se confirmó ayer. El Consejo de Ministros examinó una ley que extiende al ciberespacio la obsesión policial del presidente francés. El […]
Nicolas Sarkozy lo dijo a sus correligionarios hace unos meses: «Si nos quedamos estancados en el terreno social, estamos fritos». Y el giro hacia la paranoia de la seguridad para cambiar la agenda política se confirmó ayer. El Consejo de Ministros examinó una ley que extiende al ciberespacio la obsesión policial del presidente francés. El proyecto da una vuelta de tuerca a la criminalización de la ayuda a los inmigrantes ilegales. Por si no bastaba, Sarkozy examinará hoy un plan para introducir métodos policiales en los centros educativos.
El proyecto de Ley de Orientación y Programación para la Eficacia de la Seguridad Interior, bautizada LOPPSI 2, prevé que los policías y gendarmes puedan, bajo control judicial, hurgar en los discos duros , en la memoria viva y en las pantallas de los ordenadores personales de los particulares considerados sospechosos de «la criminalidad más grave».
De ahí, se pasa de facto, con la LOPSI 2, a una legalización total de las pesquisas de los agentes en los ordenadores personales de todo aquel que pueda ser considerado relacionado con presuntos delitos, incluso menores.
El texto autoriza a penetrar todos los circuitos y puertos de un ordenador personal en relación con «el campo de aplicación del artículo 706-73» del Código de Procedimiento Penal francés. Además de abarcar el asesinato, tortura, narcotráfico, crimen organizado, pedofilia o el terrorismo , ese artículo incluye también otros asuntos mucho menores.
Incluye los «delitos de ayuda a la entrada, a la circulación y a la estancia irregular de un extranjero en Francia» o en cualquier país del área Schengen. Es decir, el muy denunciado «delito de solidaridad» que permite condenar a cinco años de cárcel a cualquier persona que dé de comer a un sin papeles o le cargue la batería del móvil.
Dicho de otra forma, la LOPPSI 2 permitirá en breve, si el Parlamento no lo impide, que la Policía pueda vigilar, por un período de hasta ocho meses, todos los circuitos de los ordenadores de cualquier persona que guarde relación con una asociación humanitaria.
La peor pesadilla denunciada por las ONG hace unas semanas, con ocasión del debate sobre el «delito de solidaridad», está a punto de cumplirse.
Precaución ante la prensa
Obviamente, el texto presentado en Consejo de Ministros y pendiente de su paso por el Parlamento toma todas las precauciones. Más precauciones aún toma el dossier de prensa gentilmente transmitido por el Ministerio de Interior. Así, afirma que sólo serán autorizadas esas ciberpesquisas de los policías en la vida privada «exclusivamente» en casos «de la criminalidad más grave, como el terrorismo» o la ciberpedofilia. Lo peligroso está en la letra pequeña.
No contento con esa vuelta de tuerca, Sarkozy arremeterá de nuevo hoy con una batería de medidas supuestamente destinadas a luchar contra la violencia en los establecimientos escolares.
El cambio de ritmo del presidente francés, decidido a abandonar los temas de empleo, protección social y poder adquisitivo , que le son desfavorables, era perceptible desde hace unas semanas, cuando el Gobierno anunció un dispositivo para tipificar como delito la pertenencia «voluntaria o involuntaria» a una banda juvenil con intención de delinquir.
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