Ya van dos veces en pocos días que el Elíseo le ha recomendado encarecidamente a los productores agrícolas que recurran a contratos precarios tipo Bolkestein para contratar por una mísera paga a trabajadores de Europa central en los invernaderos y campos. La siguiente información no debía ser publicada. Es más, a la Agencia France-Presse no […]
Ya van dos veces en pocos días que el Elíseo le ha recomendado encarecidamente a los productores agrícolas que recurran a contratos precarios tipo Bolkestein para contratar por una mísera paga a trabajadores de Europa central en los invernaderos y campos.
La siguiente información no debía ser publicada. Es más, a la Agencia France-Presse no le interesó ayer, a media tarde. Aún cuando, la víspera, Reuters mostraba a las 16:16 desde Estrasburgo que el consejero agrícola del Elíseo le había sugerido a los productores agrícolas franceses » traer a los trabajadores temporales polacos con las condiciones de su país de origen » para que trabajen en los huertos y en los invernaderos del Hexágono… Nuestro colega Gilbert Reilhac recibió la información de parte de Denis Digel, productor alsaciano y administrador de Vegetales de Francia, un sindicato especializado de la FNSEA. Recientemente, Denis Digel había acompañado en el Elíseo a Angélique Delahaye, presidente de Vegetales de Francia. Evocando las palabras del consejero agrícola del Elíseo, Christophe Malvezin, el horticultor alsaciano declaró a Reuters : » Desean ayudarnos a crear las estructuras de interinidad en el extranjero para hacer venir a los asalariados. Eso no es lo que quiere la profesión. Siempre hemos denunciado esto (…), no podemos tolerar que se traigan trabajadores extranjeros a nuestras empresas, cuando estamos luchando por el desarrollo del empleo local. «
Se puede decir entonces que hoy el Elíseo está forzando al sindicalismo agrícola mayoritario para que colabore y ponga en marcha un sistema de precarización masiva.
Solicitado por Gilbert Reilhac para Reuters, Christophe Malvezin explicó el jueves por la noche que su proposición era » analizar lo que sucede en otros países «, tal cual lo expresó el presidente de la República en su discurso de Poligny. Este último desde luego había dado un hoja de ruta al respecto a Bruno Le Maire, su ministro de la Agricultura. Según Reuters, la proposición también la formuló el consejero del Elíseo frente a un responsable agrícola de Vaucluse, el miércoles 4 de noviembre. Se puede decir entonces que hoy el Elíseo está forzando al sindicalismo agrícola mayoritario para que colabore y ponga en marcha un sistema de precarización masiva y de subrremuneración de los asalariados de la agricultura. Esta ofensiva está hoy en vigor en los países que han trasladado como derecho interior la directriz Bolkestein, enmendada y finalmente votada por una mayoría de parlamentarios europeos, incluyendo los de la derecha francesa. Y los estragos que ocasiona van más allá de la reducción del costo del trabajo de temporada en los invernaderos, los huertos y los vergeles.
En Alemania, les pocilgas industriales, los mataderos y sus talleres de corte ya funcionan cada vez más con la mano de obra polaca, rumana o búlgara. La ausencia de salario mínimo en las regiones autónomas de nuestro vecino de allende el Rhin facilita este llamado al la mano de obra extranjera relegada con contratos precarios renovables para las tareas más difíciles y menos remuneradas.
Europa desplaza a los trabajadores para reducir aún más la parte de los salarios.
Según un estudio publicado el 17 de febrero de 2009 en Francia por el Instituto Porcino, desde el 2008, más de dos tercios de los asalariados de la industria de la carne porcina en Alemania eran trabajadores de países de Europa central enviados por los suministradores de servicios. Este estudio señalaba que el costo de la mano de obra era 7 euros la hora en las industrias alemanas de corte frente a 15 euros para los nacionales y 20 euros en Francia. El estudio añadía al respecto : » Se estima que esta situación se tradujo en una ventaja de costo de la mano de obra de 5 céntimos por kilogramo procesado en el matadero y corte. Los mataderos alemanes experimentan un crecimiento considerable en estos últimos años (…). Este sistema está atrayendo a varios países europeos como Irlanda o el Reino Unido. Se estima que España goza de una ventaja del mismo orden. Dinamarca, Alemania y España también tienen más facilidades para contratar a la mano de obra extranjera en la ganadería «. Al no poder desplazar ciertas producciones agrícolas con la misma facilidad que las de las actividades industriales y de servicios, Europa desplaza a los trabajadores para reducir aún más la parte de los salarios en el valor añadido. Ahí tienen el significado de la proposición hecha por Nicolás Sarkozy en su discurso de Poligny el 27 de octubre.