El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha reconocido que la Unión Europea se encuentra en «crisis» y corre el riesgo de caer en el «inmovilismo». No obstante, ha advertido de que «no habrá un nuevo Tratado, será Lisboa o Niza».
En un discurso ante el pleno del Parlamento Europeo para presentar las prioridades de la presidencia francesa, Sarkozy ha explicado que el próximo 21 de junio irá a Irlanda a «escuchar, dialogar e intentar encontrar soluciones» y que la presidencia francesa propondrá «un método y una solución de acuerdo con el Gobierno irlandés en octubre o en diciembre». Ello significa que podría haber un retraso porque los líderes europeos acordaron en la cumbre de junio que se buscaría una solución en la cumbre de octubre.
En todo caso, el presidente galo ha dejado claro que debe encontrarse una salida antes de las elecciones de junio de 2009 para que los votantes sepan a qué atenerse, y ha resaltado que en cualquier caso no se negociará un nuevo texto. «No habrá un nuevo Tratado, será Lisboa o Niza», ha insistido.
Pese a la crisis institucional, Sarkozy ha afirmado ante los eurodiputados que la UE no puede caer en el inmovilismo sino que debe «mostrar a los eurodiputados que puede protegerles». «Europa debe proteger sin ser proteccionista. El proteccionismo no conduce a ninguna parte. Pero es un paso atrás ver a los ciudadanos considerar que Europa les inquieta en lugar de defenderles», ha afirmado.
En ese sentido, ha explicado las prioridades de la presidencia francesa. La primera será aprobar antes de final de año un paquete sobre clima y cambio climático, que establecerá objetivos vinculantes para cada país en materia de reducción de emisiones y de energías renovables.
La segunda prioridad de Sarkozy será la inmigración. El mandatario francés se ha felicitado porque los miembros han apoyado el Pacto Europeo de Inmigración en la reunión informal de ministros de Interior que se ha celebrado esta semana en Cannes. «Europa no quiere ser una fortaleza, Europa no rechaza acoger, necesita una inmigración laboral, pero no puede acoger a todos los que querrían venir a Europa», ha subrayado.
También ha abogado por «hacer avanzar» una auténtica defensa europea que, a su juicio, no debe competir con la OTAN sino ser complementaria.
La última prioridad será la reforma de la política agrícola comun (PAC) y en este capítulo, Sarkozy ha insistido en que en un contexto de escasez y subida de los precios de los alimentos «no es razonable pedir a Europa que reduzca su producción agrícola». Asimismo, ha reclamado una «preferencia comunitaria» y ha pedido que se impongan a las exportaciones procedentes de países terceros las mismas reglas de seguridad alimentaria que se exigen a los agricultores europeos.