Coincidencia simbólica o provocada, el fuego en los antiguos tribunales de Crumlin Road no sólo dañó un edificio de valor histórico, también el símbolo de un sistema judicial que llega a su fin con la aprobación por el Parlamento británico de la ley de transferencia del poder judicial y policial de Londres a Belfast. Un espaldarazo definitivo a un proceso político que sigue adelante con el apoyo de todos a pesar de las acciones de los disidentes republicanos.
La proposición de ley que abre el camino a la transferencia del poder judicial y del control policial del Gobierno de Londres al Ejecutivo Belfast fue aprobada en la tarde de ayer por el Parlamento de Westminster. La legislación salió adelante en la Cámara de los Lores el miércoles por la noche, después de que fuera discutida y aprobada por los Comunes el pasado día 4 de marzo.
Y según se cerraban los procedimientos legislativos, en Belfast, en Crumlin Road se desataba un incendio, provocado, según el propietario del edificio, en los tribunales -ya en desuso y con idea de ser transformados en un hotel de lujo- que juzgaron y sentenciaron a más de diez mil presos políticos, entre republicanos y lealistas. Un simbolismo perfecto.
La nueva ley aprobada ayer emerge del Acuerdo de Viernes Santo de 1998 y del Acuerdo de St. Andrew’s, firmado en el 2006, pero no fue hasta el pasado mes de noviembre, cuando el DUP y Sinn Féin alcanzaron un acuerdo que establecía la estructura de la nueva cartera de Justicia -y ponía fin a una crisis que se prolongó durante cinco meses en el seno del Ejecutivo- y que posibilitaba que el Gobierno británico iniciara el procedimiento legislativo.
El acuerdo alcanzado entre Sinn Féin y DUP establece que el nuevo ministro de Justicia no puede ser miembro de ninguna de las formaciones que en la Asamblea de Belfast se han definido como unionista y nacionalista. Desde ese punto de vista, el beneficiario de esta posición se espera sea el Partido de la Alianza, el único neutral en la Asamblea tras la desaparición de la Coalición de Mujeres.
Aprobación «apropiada»
La líder de la Cámara de los Lores y portavoz para el norte de Irlanda, la baronesa Royall of Blaisdon, afirmó que era «apropiado» aprobar la legislación el mismo día en el que «miles de hombres y mujeres se habían manifestado pacíficamente en las calles de Irlanda del Norte» para mostrar su oposición a las actividades de los grupos disidentes republicanos, que en la última semana han causado la muerte de dos soldados británicos y de un policía norirlandés.
«Creo que esta propuesta de ley refleja nuestro deseo común de un futuro pacífico para Irlanda del Norte», sostuvo De Blaisdon.
El mensaje de Londres es claro: Si los disidentes esperaban con sus acciones retrasar la aprobación de esta nueva ley, han logrado exactamente lo contrario.
El pasado 4 de marzo, cuando la propuesta legislativa fue presentada ante la Cámara de los Comunes, el delegado del Gobierno británico en el norte de Irlanda, Shaun Woodward, afirmó que la ley de transferencia de los poderes judicial y policial cuenta con la confianza de la Asamblea de Belfast, ya que representa el acuerdo establecido en negociaciones entre todos los partidos, por lo que está «manufacturada en Irlanda del Norte», aseguró.
Adams pide acciones democráticas para tratar con los disidentes
La alerta sigue en Irlanda, norte y sur, ante posibles nuevas acciones de grupos disidentes republicanos, que ya han costado la vida a los soldados Mark Quinsey y Patrick Azimkar y al oficial de Policía Stephen Carroll en el norte de la isla. Hoy se celebra el funeral de Carroll, al que acudirá una delegación de Sinn Féin.
En la mañana de ayer, se produjo una alerta en los alrededores de la base militar británica de Ballykinler, en el condado de Down. La Policía estableció varios controles en las inmediaciones al descubrirse un objeto sospechoso. El mes pasado, y días después de un aviso telefónico, se encontró un coche bomba con 150 kilos de explosivos, cerca de Castlewellan que se cree estaba destinado a esta base militar, la más grande del norte de Irlanda.
Asimismo, el jefe de la Policía norirlandesa, Hugh Orde, se reunió con su homólogo en la República de Irlanda, Fachtna Murphy, para evaluar la amenaza de las organizaciones republicanas disidentes. El jefe de Policía de Derry advirtió de que los disidentes republicanos están intentando reclutar voluntarios en esta ciudad norirlandesa. Ambos responsables policiales acordaron trabajar «estrechamente» para hacer frente a esa amenaza.
El líder de Sinn Féin, Gerry Adams, se reunió, a su vez, en Dublín con el primer ministro irlandés, Brian Cowen, para tratar de la situación en el norte de Irlanda. Al inicio del encuentro, Adams apuntó que hay que poner fin a las acciones de la disidencia, pero con actuaciones democráticas.