El suceso que hizo estallar la violencia este fin de semana se produjo el domingo en la ciudad Villiers le Bel, cuando dos adolescentes murieron al chocar su moto contra un vehículo policial en un confuso incidente. Según la agencia AFP, con los heridos de este lunes, la policía totaliza 70 efectivos lesionados en dos […]
El suceso que hizo estallar la violencia este fin de semana se produjo el domingo en la ciudad Villiers le Bel, cuando dos adolescentes murieron al chocar su moto contra un vehículo policial en un confuso incidente. Según la agencia AFP, con los heridos de este lunes, la policía totaliza 70 efectivos lesionados en dos noches de violencia. Según la Policía, decenas de efectivos resultaron heridos.
Al menos 30 policías resultaron heridos este lunes, en la segunda noche de disturbios protagonizados por jóvenes habitantes de la periferia de París, en una oleada de violencia similar a la ocurrida hace dos años, cuando la iniciativa gubernamental de retirar los beneficios laborales a los menores de 24 años desató una serie de enardecidas protestas.
Según la agencia AFP, con los heridos de este lunes, la policía totaliza 70 efectivos lesionados en dos noches de violencia.
El suceso que hizo estallar la violencia este fin de semana se produjo el domingo en la ciudad Villiers le Bel, cuando dos adolescentes murieron al chocar su moto contra un vehículo policial en un confuso incidente.
Según la policía, los jóvenes, identificados únicamente como Moushin y Larami, de 15 y 16 años respectivamente, no llevaban casco y no respetaron la prioridad en un cruce al vehículo de policía, que circulaba «a la velocidad reglamentaria y sin sirena».
Sin embargo, según Omar Sehhouli, hermano de uno de los adolescentes fallecidos, los policías fueron los responsables del accidente y además «no permanecieron en el lugar» de los hechos tras el choque.
La fiscal de la República en Pontoise (norte), localidad del departamento de Val d’Oise, al que pertenece Villiers le Bel, Marie Therese de Givry, abrió una investigación por «homicidio involuntario y de no asistencia a personas en peligro».
La fiscal explicó además que un comisario que fue atacado con barras de hierro por los jóvenes cuando intentaba llegar al lugar del accidente sufre «heridas en la cara, tiene tres costillas rotas y un pulmón dañado».
De acuerdo con medios locales y agencias internacionales de noticias, un centenar de jóvenes encapuchados, algunos armados de cócteles molotov, se enfrentó a la policía tras el choque, la cual respondió con balas de goma y gases lacrimógenos.
Varios vehículos ardían, entre ellos uno de la policía, además de una escuela y dos establecimientos comerciales, según los periodistas presentes. Fuentes policiales aseguraron que hubo 40 efectivos heridos
El domingo, al menos 30 vehículos, dos garajes y varias tiendas fueron incendiados. La comisaría de policía de Villiers le Bel también fue pasto de las llamas y la de la cercana localidad de Arnouville acabó saqueada.
Segunda noche de violencia
Este lunes los enfrentamientos se extendieron a otras cinco localidades de las inmediaciones, donde los jóvenes prendieron fuego a más de una veintena de vehículos, así como a varios locales, entre ellos un gimnasio.
Poco antes de medianoche del domingo la policía había registrado unos 30 heridos entre sus filas -algunos por disparos de perdigones- que fueron en su mayoría atendidos en un hospital de campaña. Según los efectivos policiales, los manifestantes utilizaron perdigones para disparar contra los uniformados.
Dos años después de la ola de violencia que sacudió la periferia de París y mostró al mundo las fisuras de las políticas del gobierno conservador, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en visita oficial a China, pidió calma.
«Deseo que todo el mundo se calme y que la justicia aclare las responsabilidades de unos y otros», declaró desde Pekín Sarkozy.
Hace dos años, la ola de violencia en estos barrios estuvo también originada por la muerte de dos adolescentes que fallecieron electrocutados al intentar huir de la policía.
Habitados en gran parte por personas oriundas del Africa subsahariana y del Magreb, los suburbios de París registran tasas récord de desempleo, mientras sus habitantes se debaten entre la pobreza y la marginación social.
En 2005, las tres semanas de violencia se saldaron con varios centenares de personas heridas, más de 10 mil vehículos quemados y cerca de 300 edificios oficiales saqueados.
Para el primer secretario socialista francés, François Hollande, estos rebrotes de violencia son signo de una «profunda crisis social».