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Serbokosovares no logran protección de Moscú

Fuentes: IPS

Moscú rechazó una petición de ciudadanía rusa de unos 22.000 serbokosovares, quienes arguyen que su vida en Kosovo, como minoría étnica, es «insoportable».

Los serbios en Kosovo consideraron el rechazo de su solicitud como otro desaire de un país que en los medios de comunicación es generalmente presentado como su «aliado» o «gran hermano», pero que en los hechos aún no expresó ninguna señal de fraternidad con esta minoría.

Ochenta y ocho por ciento de los habitantes de Kosovo son albaneses. Los serbios constituyen apenas ocho por ciento de la población, esto es casi 100.000 habitantes. El resto lo forman otras minorías.

Funcionarios en Moscú respondieron que concederles la ciudadanía era «imposible» debido a las estrictas regulaciones de la Constitución rusa.

«Las leyes rusas no nos permiten (ese tipo de medidas), pero encontraremos otras formas de apoyar a esa minoría oprimida», dijo el 1 de este mes el portavoz de la cancillería de Rusia, Aleksandr Lukashevich.

Subrayó que Moscú comprendía que los serbokosovares «sufrían una constante opresión» y señaló que el presidente Dmitry Medvedev había acordado impulsar «otras formas» de respaldo, como ayuda humanitaria.

No obstante, la decisión del gobierno ruso fue un duro golpe para los serbokosovares.

Zlatibor Djordjevic, jefe de la asociación Stara Srbija (Antigua Serbia), que tramitó la petición de ciudadanía, dijo a la televisión nacional de Belgrado que esperaban leyes especiales en Rusia para resolver la cuestión.

«Es fácil para los nacionalistas islámicos (albaneses) atacar a los serbokosovares con total impunidad, pero pensarían dos veces antes de atacar a un ciudadano ruso», añadió.

De los más de 1.000 serbios asesinados en Kosovo desde 1999, solo un puñado recibió justicia póstuma a través de la Misión de la Unión Europea por el Imperio de la Ley en Kosovo (Eulex) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Varios de los casos más graves, como los asesinatos de 14 campesinos serbios en 1999 o la explosión de un autobús que mató a otros 12 en 2003, finalmente llegaron a la justicia, pero los acusados fueron rápidamente liberados por «falta de evidencia».

En marzo de 2004, disturbios causados por miles de albaneses étnicos terminaron con 19 serbios muertos y 4.000 desplazados, así como 935 casas serbias incendiadas y 35 iglesias ortodoxas destruidas.

La mayoría de estos casos de violencia son atribuidos a un deseo de represalia de los albanokosovares, que fueron reprimidos y masacrados por las fuerzas armadas de Serbia a fines de los años 90.

Kosovo tiene una larga historia de conflictos entre serbios cristianos y albaneses étnicos musulmanes. Cada grupo le da un significado religioso y cultural propio a esa tierra.

A comienzos de los años 90, los albaneses étnicos musulmanes que querían independizarse de la antigua Yugoslavia se alzaron en armas contra el dictador Slobodan Milosevic, pero fueron aplastados en una brutal ofensiva militar liderada por fuerzas serbias, que dejó más de 10.000 muertos.

Para frenar esa represión y enviar un duro mensaje a Belgrado, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realizó una serie de ataques aéreos sobre la antigua Yugoslavia entre marzo y junio de 1999.

Para mediados de junio de ese año, las fuerzas armadas y policiales serbias se habían retirado de Kosovo, dejando a la ONU como administradora de la región, hasta que la mayoría albanokosovar declaró unilateralmente la independencia en 2008.

Los serbios cristianos ortodoxos que quedaron en las regiones norte de Kosovo, fronterizas con Serbia, viven en proximidad geográfica de la mayoría musulmana, alineados cultural y políticamente.

Hasta ahora, 85 de los 193 estados miembros de la ONU han reconocido la independencia de Kosovo, pero Serbia se niega a hacerlo.

Atrapados en el medio de esta disputa política, los serbokosovares optan por reconocer la autoridad de Belgrado y no las leyes de Pristina, la capital administrativa de Kosovo.

Las tensiones continúan. Los esfuerzos de Pristina por controlar a los serbios que habitan el norte kosovar desataron a comienzos de este año una ola de violencia contra la Fuerza de Kosovo (KFOR), contingente liderado por la OTAN encargado de mantener la paz y seguridad.

Según el portavoz del gobierno serbio, Milivoje Mihajlovic, la solicitud de ciudadanía rusa era una «presión política» innecesaria para Moscú, ya que Belgrado estaba haciendo todo lo posible para salvaguardar los derechos de los serbokosovares, aseguró.

Pero otros apoyaron la solicitud.

Nebojsa Popovic, dirigente del Partido Democrático de Serbia, dijo a IPS: «El pedido fue hecho con voz de desesperación y miedo».

«Fue un llamado no solo a Rusia, sino también a Serbia y a toda la comunidad internacional. Otros están decidiendo el destino de los serbios en Kosovo», añadió.

«Es obvio que los serbokosovares no confían en nadie más», dijo a IPS el historiador Predrag Popovic. «Han perdido fe en Belgrado, en la Eulex y en los remanentes de la administración de la ONU. Quieren ayuda política concreta en una situación en la que han sido abandonados por todos».

«Creen que solo Rusia puede darles seguridad», agregó

El representante ruso en la OTAN, Dmitry Rogozin, dijo a medios de Belgrado en noviembre que los serbokosovares podían ser reubicados en «áreas al este de los (montes) Urales, para llenar ese hueco demográfico en Rusia». Esa región presenta bajas tasas de natalidad.

Según Rogozin, los serbokosovares podrían adaptarse fácilmente a esa zona y no tendrían problemas para hallar empleos.

Sin embargo, historiadores criticaron la idea, citando como ejemplo lo que ocurrió en 1752, cuando más de 2.000 familias serbias huyeron a lo que era el Imperio Otomano en los Balcanes, y se instalaron en zonas entonces conocidas como Nova Srbija (Nueva Serbia) y Slavenosrbija (Serbia Eslava), lo que ahora es Ucrania.

En menos de 100 años, esas familias fueron completamente asimiladas y absorbidas por la población local, resultado visto con vergüenza hoy por los serbokosovares, desesperados por preservar sus raíces étnicas y religiosas. (FIN/2011)

Fuente: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=99794