Traducido para Rebelión por Àngel Ferrero
¡Gastad, gastad, gastad! Ése parece el más que optimista plan del gobierno británico para enderezar el timón del superpetrolero de nuestra economía nacional antes de que se escore inexorablemente hacia las escarpadas rocas de la ruina financiera. Recortemos los tipos de interés, recortemos los impuestos, recortemos lo que haga falta con tal de poner más dinero en los bolsillos del consumidor británico.
Y nuestra parte del trato es sacar diligentemente nuestras carteras ante las fruslerías de toda calle principal del país y vaciarlas a cambio de una montaña de chorradas navideñas. Incluso el habitualmente estoico Marks & Spencer está recurriendo a efectistas tácticas publicitarias «de guerrilla» para arrastrar a alguien, a quien sea, de nuevo a las tiendas.
Así que en estos tiempos de escarnio económico, Alistair Darling [actual ministro del tesoro británico] presumiblemente tiene que estar menos impresionado de lo habitual con la protesta anual Buy Nothing Day contra el consumismo y la globalización. Sus organizadores la describen así:
«Buy Nothing Day (sábado 29 de noviembre) es una idea simple, que desafía a la cultura consumista haciendo que nos preguntemos si podemos desconectar de comprar durante un día. Se trata de un pulso contra el consumismo, celebrado como unas vacaciones por algunos y como una fiesta callejera por otros. Cualquiera puede tomar parte con tal de que puedan demostrar que pasaron un día sin gastar nada.»
La campaña busca despertar la conciencia de la desigualdad de que el 20% del mundo, localizado en la zona más rica del planeta, consuma el 80% de los recursos mundiales, y de la destrucción medioambiental que produce ese consumo. Hay quien ha llevado la idea incluso más lejos de prescindir comprar en las tiendas durante un solo día:
«La idea es hacer que la gente se pare y piense sobre lo que compra y en qué cantidad, y cómo afecta al medioambiente y a los países en desarrollo. Cada vez más, las grandes compañías utilizan mano de obra de los países en desarrollo para producir mercancías, porque es más barata y porque no existen sistemas que protejan a los trabajadores como los existentes en occidente.»
Para poner su granito de arena y advertir del «Shopocalipsis» que se avecina, el próximo viernes, y durante una fiesta gratuita en la plaza de Union Square de Nueva York, tendremos al reverendo Billy y la Iglesia del Fin de las Compras (Church of Stop Shopping) -en los EE.UU. se celebra el Buy Nothing Day un día antes-. El falso televangelista y su coro de gospel es una creación de The Immediate Life, una organización artística de Nueva York.
En palabras de uno de los sermones del reverendo: «Alabados sean los consumidores, pues ellos serán liberados de vivir encadenados a las mercancías. Alabados quienes abandonen como puedan nuestras calles repletas de anuncios, pues fuera de ellas encontrarán verdaderos amantes -y no por Internet- y el nivel de los océanos no crecerá.»
Amén.
Enlace: http://www.guardian.co.uk/environment/blog/2008/nov/24/buynothingday-darling-taxcuts-economy