Los sindicatos mayoritarios griegos anunciaron ayer en Atenas la convocatoria de una nueva jornada de huelga general para el próximo 18 de octubre, fecha en que tendrá lugar la Cumbre de la Unión Europea (UE). De este modo la Confederación General de Trabajadores griegos (GSEE) y la Confederación de Empleados Públicos (Adedy) se unieron al […]
Los sindicatos mayoritarios griegos anunciaron ayer en Atenas la convocatoria de una nueva jornada de huelga general para el próximo 18 de octubre, fecha en que tendrá lugar la Cumbre de la Unión Europea (UE).
De este modo la Confederación General de Trabajadores griegos (GSEE) y la Confederación de Empleados Públicos (Adedy) se unieron al llamamiento realizado la víspera por el Frente Militante de Todos los Trabajadores (Pame) de adhesión a la protesta.
La huelga, que tendrá una duración de 24 horas, coincidirá con la decisión de los dirigentes europeos sobre el plan de recortes propuesto por el ejecutivo de coalición griego por un monto de 13 mil 500 millones euros. Los sindicatos anunciaron nuevos paros si el paquete de medidas continúa adelante con el fin de ser aprobado por la Asamblea Nacional.
«Las acciones continuarán y se intensificarán por todos los medios posibles, si el gobierno y la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) insisten en aprobar medidas brutales contra los derechos de los trabajadores», afirmó GSEE en su comunicado.
Acusó a la UE de causar «pobreza, miseria, desempleo y llevar la crisis económica a un callejón sin salida», por su persistencia y «adhesión dogmática» a las duras políticas neoliberales que están imponiendo contra los trabajadores.
En la misma línea se expresó el secretario general de Adedy, Ilias Iliopoulos, al pedir al gobierno que «se abstenga de imponer estas terribles medidas que nos llevan a tanta miseria».
Por su parte, el Pame defendió la convocatoria de huelga como «una respuesta organizada contra el gran capital, la Unión Europea y los monopolios que pretenden encadenarnos».
Este paro será el cuarto del año opuesto a los recortes presupuestarios y el segundo contra el gobierno de coalición dirigido por Antonis Samarás desde que llegara al cargo tras las elecciones de junio.