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Grecia

Súbditos, no ciudadanos

Fuentes: Efimerida ton syndakton

Traducido del griego para Rebelión por Juan Muñoz

Desde hace unas pocas semanas estoy alteradísimo. En tanto que espero contestación a si voy a recibir el subsidio de desempleo, he rellenado ya el impreso A21 relativo al subsidio por hijos. No yo personalmente, claro, sino mi contable -se fueron para no volver aquellos tiempos en los que el personal se hacía su propia declaración. Modernización y refundación del estado todo al mismo tiempo sobre fondo verdeazul [*]. Aparte, estoy ansioso por saber si el ayuntamiento al que pertenezco será incluido en el programa piloto del nuevo subsidio de renta mínima garantizada. Tampoco falta mucho para la convocatoria del subsidio para calefacción ni para la de la subvención del aceite, tengo que estar atento. Igual que si sale algún puestecito de esos programas subvencionados del OAED para el aumento de la ocupación.

«Ocupación: la actividad que uno desarrolla en relación con algún objeto, la manera en la cual pasa su tiempo», leo la primera definición de la palabra en el Babiñotis. Porque también las palabras tienen su importancia, de ahí que el ministerio de Trabajo se haya convertido en el de Ocupación. Debemos convertirnos en ocupados, no en trabajadores. Para que baje el desempleo, no necesitamos ya empleo, sino ocupación. Reconsideraremos también los antónimos que aprendíamos en el colegio. Porque, por supuesto, como desempleados no están registrados quienes están ocupados cuatro horas de manera estacional, incluso los domingos, bajo condiciones salvajes, por un jornal, y aun éste con retraso en el pago. Éstos son considerados privilegiados, no desempleados, por más que no son trabajadores no ya en esencia, sino ni siquiera en apariencia.

Subsidios y ocupación. Seamos subsidiados estérilmente hasta que llegue el momento de ser ocupados provisionalmente y, apenas concluya nuestra subsidiada ocupación, ocupémonos en la caza de los subsidios. Sudemos a chorros en colas de oficina en oficina tratando de superar los obstáculos de los criterios hasta llegar a la Ítaca del reintegro del cajero. Todo sea por la mejora de la competitividad y de la productividad.

El derecho al trabajo hace tiempo que se considera una consigna izquierdosa pasadísima de moda. ¿Qué derecho y qué trabajo? ¿Permanecer en pie, dignos y orgullosos, y no consumibles y mendigando? ¿Asegurarnos calidad de vida y reivindicar un futuro mejor? ¿Por qué? ¿Tal vez para que nos quede tiempo para ocuparnos de lo común y de la calidad de la democracia? ¿Y entonces los profesionales de la política cómo van a hacer su trabajo si nos enredamos en sus pies? ¿Cómo nos van a sacar de la crisis? Estas cosas no las dicen ni los terroristas.

Por esa razón debemos ser súbditos, no ciudadanos. Los súbditos simplemente se someten a la autoridad del estado o del líder, mientras que los segundos son miembros valiosos de una sociedad con derechos. Antiguallas, vamos, cosas superadas. Dependamos de la clemencia del señor feudal y desvelémonos por su favor. Que determine sin cuestionamiento alguno nuestra suerte y nuestras vidas, que nos subsidie y nos ocupe a su buen entender. Sigamos sus proclamas en la pantalla, que nos recuerde que hay cosas aún peores y que, si somos afortunados, tal vez consigamos un puesto en la grada y el enorme privilegio de poder aplaudirle mientras pasa y nos señala con el dedo.

Nota del editor:

[*] Colores de los dos partidos que forman la coalición de gobierno: Nueva Democracia (azul) y Pasok (verde).

Fuente: http://www.efsyn.gr/?p=219942