Los subsidios de los países del Norte industrializado a su agricultura crecieron de nuevo en 2009, beneficiando a las más grandes compañías y a terratenientes como el príncipe Alberto de Mónaco y la reina Isabel II de Gran Bretaña. El último incremento se produjo a pesar de repetida y consistente evidencia de que esas subvenciones […]
Los subsidios de los países del Norte industrializado a su agricultura crecieron de nuevo en 2009, beneficiando a las más grandes compañías y a terratenientes como el príncipe Alberto de Mónaco y la reina Isabel II de Gran Bretaña.
El último incremento se produjo a pesar de repetida y consistente evidencia de que esas subvenciones distorsionan el comercio internacional y contribuyen a destruir la subsistencia de los granjeros pobres en el Sur en desarrollo, especialmente en África.
Según un nuevo estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los subsidios agrícolas en el Norte crecieron el año pasado unos 252.500 millones de dólares, representando 22 por ciento de los ingresos brutos de los productores, cuando en 2008 constituían 21 por ciento.
El estudio titulado, «Políticas agrícolas en países OCDE bajo la lupa», concluyó que, en el periodo que va de 2007 a 2009, los productores de la Unión Europea (UE) recibieron un promedio de 23 por ciento de sus ingresos brutos del apoyo financiero estatal. La OCDE representa a los 30 países más industrializados de planeta, incluyendo a Estados Unidos y a la mayoría de los miembros del bloque europeo.
Los subsidios para los agricultores en los países de la OCDE han sido centro de acalorado debate por años, tanto a nivel de la UE y de Estados Unidos como en el más amplio marco de la Organización Mundial del Comercio y su estancada Ronda de Doha.
La UE gasta unos 75.000 millones en subsidios para la agricultura, incluso cuando el sector representa apenas alrededor de dos por ciento del producto interno bruto total del bloque. Este régimen sólo cambiará en 2014.
La nueva información de la OCDE desató aun más controversia, sobre todo al constatarse que las mayores compañías agrícolas e incluso algunas monarquías europeas eran las más beneficiadas.
«Los subsidios de la UE para la agricultura son una vergüenza», dijo a IPS Marita Wiggerthale, de la oficina alemana de la organización humanitaria Oxfam. Citó el ejemplo de los subsidios a la leche, que forman parte de la política agrícola del bloque europeo.
Debido principalmente al exceso de oferta, los precios europeos de la leche a inicios de 2009 eran extremadamente bajos, de menos de 0,20 euros el litro. En vez de reducir la producción para estabilizarlos, la UE reintrodujo subsidios para el sector ese año en apoyo a sus productores.
«Como consecuencia, la UE está otra vez exportando leche a todo el mundo en desarrollo, especialmente hacia África, a precios desleales», dijo Wiggerthale. «Al hacer esto, la UE destruye el sustento de los agricultores en los países más pobres del mundo mientras mantiene artificialmente el nivel de producción».
Como si fuera poco, la UE simultáneamente presiona a las naciones en desarrollo de África, el Caribe y el Pacífico para que abran aun más sus mercados a través de la firma de los llamados acuerdos de asociación económica, conocidos por su sigla en inglés de EPA.
Rainer Falk, destacado crítico alemán de la globalización neoliberal y editor del boletín Economía Mundial y Desarrollo, especializado en cooperación internacional y comercio, dijo a IPS que los subsidios de la OCDE para la agricultura sólo favorecen a las mayores compañías del sector.
«La información de 2008 ilustra este punto», dijo Falk. «El principal beneficiario de los subsidios de la UE en Alemania fue Suedzucker, una gran productora de azúcar, que ese año recibió más de 50 millones de dólares en subvenciones», indicó.
Información de otros países confirma las afirmaciones de Falk.
En Francia, uno de los principales beneficiarios de los subsidios agrícolas en el pasado reciente ha sido el príncipe Alberto de Mónaco. La reina Isabel II de Gran Bretaña también recibió importantes subvenciones de la UE.
La jefa de la división de políticas, comercio y ajustes del Directorio para Agricultura, Alimentación y Pesca de la OCDE, Carmel Cahill, reconoció a IPS que «los subsidios para la agricultura siguen beneficiando a los mayores productores de tierras».
Cahill lamentó que el bloque no vinculara los subsidios a metas específicas. «La UE podría relacionar su ayuda con medidas para una mejor protección ambiental o a una mayor conciencia de la biodiversidad», dijo a IPS.