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Sudamérica y el Caribe, donde el BRICS desafía al viejo orden mundial

Fuentes: Barómetro Internacional

En abril de 2011, en la ciudad China de Sanya, provincia de Hainan, el gigante asiático fue anfitrión de la reunión del BRIC (Brasil, Rusia, India y China); donde Sudáfrica se incorporo al bloque de las potencias emergentes (de ahora en más, hablaremos del BRICS). Estos países dieron así un salto cualitativo para conformar, en […]

En abril de 2011, en la ciudad China de Sanya, provincia de Hainan, el gigante asiático fue anfitrión de la reunión del BRIC (Brasil, Rusia, India y China); donde Sudáfrica se incorporo al bloque de las potencias emergentes (de ahora en más, hablaremos del BRICS). Estos países dieron así un salto cualitativo para conformar, en un futuro cercano, un polo de poder que no será sólo económico sino político; en Sanya asumieron mayores responsabilidades en un nuevo orden mundial. Este agrupamiento, en una década más, representará el PBI actual norteamericano.

El BRICS en la actualidad representa el 40% de la población mundial, el 25 de la extensión total de la Tierra, más del 25% del PBI y el 12,8 del comercio internacional. China, se transformó en la segunda potencia económica mundial.

El BRICS obligatoriamente deberá expandirse para mantener su nivel de crecimiento y esto lo impone definitivamente en el gran tablero mundial como pieza clave (en un tablero inestable mundial), con su crecimiento competirá con las potencias económicas tradicionales (la Triada: Estados Unidos, Unión Europea y Japón), que ocurrirá para asegurarse el suministro de los recursos que carecen para sostener e incrementar sus economías y ello las transforma en potencias globales que interactúan en el marco del multipolarismo actual.

Estas nuevas realidades mundiales se ven reflejadas en nuestro continente americano (en el denominado espacio latinoamericano), con una mayor presencia, influencia y relaciones que desplazan a las tradicionales relaciones que el continente suramericano y Caribe tuvieron con el poder norteamericano, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial.

Las cifras de las relaciones de los países del BRIC con Suramérica y Caribe demuestran la importancia que los mismos le dan a nuestra región, que en América del Sur es liderada por Brasil, integrante del grupo. Para Brasil, China se transformó en un aliado estratégico en palabras de la subsecretaria general para Asia de la Cancillería brasileña, María Edileuza Reis. Quien explico que: «China ocupará un papel muy importante en el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, estamos intentando dar un salto cualitativo en nuestra relación». Los números de la relación con América Latina de China, Rusia e India hablan por sí solos: Según la Comisión Económica para América Latina (Cepal) el comercio con China, creció a tasas del 30% anual en la última década y lo hará al 15% hasta 2020.

«Brasil gana mucho de su relación con China, el superávit comercial que obtiene es enorme, de más de 5.000 millones de dólares en un comercio de 56.000 millones de dólares, pero hay muchas preocupaciones en Brasil, porque la relación es cada vez más asimétrica», por ello realizó el año pasado una visita de alto nivel a China encabezada por su presidenta para corregir estas asimetrías.

Pero además de Brasil se destaca el intercambio comercial bilateral de China con Latinoamérica, del 2000 al 2008, que pasó de 10.000 millones de dólares a 143.380 millones. En los primeros nueve meses de 2010 el incremento ha sido del 68%, informó la CEPAL. China tiene en Brasil, Chile, México, Argentina y Venezuela a sus principales socios comerciales. Brasil y Chile juntos representan el 60% de las exportaciones a China. Ahora se suma a esta nueva relación comercial Perú (que acaba de superar el intercambio comercial a China sobre el tradicional a Estados Unidos).

Otro dato significativo es la presencia de los otros miembros del BRICS, que están desarrollando fuertes inversiones en nuestro continente:

• Rusia ha desplegado una fuerte presencia con la firma de convenios para la exportación de armamento con varios países de la zona, además de acuerdos técnicos y comerciales de transferencia de tecnología, licencias de producción y créditos financieros que han sido ratificados con la presencia, por primera vez en la historia, de un presidente ruso acompañado de una importante comitiva política económica a la región, Dimitri Medvedev en abril de 2010 visitó Argentina y afirmó: «América Latina no es el patio trasero de nadie».

• Oro miembro del BRICS, India, ha invertido cerca de 10.000 millones de dólares en América Latina en 2009. La relación comercial entre ambas ha aumentado en 18.000 millones durante la última década y, asimismo, algunas empresas latinoamericanas ya tienen acuerdos de cooperaciones con contrapartes indias; esta relación está derivando hacia sectores de mayor valor añadido, como por ejemplo las tecnológicas. Compañías de India están recorriendo América Latina en busca de oportunidades para invertir en tierras, ya sea a través de la adquisición o el arriendo, que les aseguren un suministro de materias primas de origen agrícola. El gigante del subcontinente asiático necesita cada vez más espacios aptos para la agricultura, con el objetivo de garantizar la alimentación de una población de unas 1.100 millones de personas.

Ello nos lleva a afirmar que los tiempos de la unipolaridad estadounidense están en declinación, luego del tsunami destructor de las ideas neoliberales, América Latina debe aprovechar estos tiempos de multipolaridad y cambios de paradigmas económicos. Las riquezas naturales de nuestros países deben ser utilizadas para construir un nuevo espacio continental industrial auto concentrado propio y no sólo una zona de exportación de productos primarios, como lo es en la actualidad, así lo expresa el economista Salvador Treber de la Universidad Nacional de Córdoba: Argentina y la región deben en los años próximos: «Concretar buenos logros y las economías nacionales necesitan aprovechar esta instancia única para diversificar la producción y completar la integración vertical de las ramas que se elijan como necesarias, en el objetivo mayor de sustentar la expansión futura». En la actualidad Brasil, Chile y Argentina representan el 77% de lo que toda la región exporta a China y, en general, son básicos con poco nivel de tecnología y encadenamiento productivo.

En 2011 se cumplieron veinte años del MERCOSUR, base de este despegue regional, y su mayor logro es la creación de una conciencia geopolítica de mega bloque, de acción integracionista, a pesar de las diferencias y dificultades existentes; y ello hace posible tomar decisiones concretas para funcionar como un sólido grupo político, histórico y cultural frente al mundo. Esto nos permitirá negociar con fortaleza con bloques como la Unión Europea y que con la incorporación de Venezuela, Bolivia y Chile nos fortalecerán y equilibrarán de las asimetrías actuales. Vamos descubriendo nuestra enorme potencialidad en materia energética, en capacidad de producir alimentos y en toda la gama de los inmensos recursos naturales que poseemos.

América tiene hoy una potencia natural que atrae los ojos del mundo. Sus recursos son objeto de codicia, como siempre, pero, en muchos sentidos, son más decisivos que nunca. Los hidrocarburos y las reservas de agua potable son bienes clave sobre los que necesariamente habrá que dar una estrategia común en un mundo cada vez más industrializado y sediento. «América Latina es hoy el lugar más estimulante del mundo», y por ello es el lugar donde el BRICS desafía el viejo Orden Mundial.