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Suecia con un pie dentro de la OTAN y con el otro fuera

Fuentes: Rebelión

La operación militar rusa, llevada a cabo el 24 de febrero, contra Ucrania ha puesto al mundo en vilo. Y se ha generado una serie de protestas, hipótesis y una infinidad de sanciones contra Rusia.

En países “neutrales”, como Suecia y Finlandia, están revisando su política de seguridad, y estudian la posibilidad de ingresar a la OTAN. En Suecia, por ejemplo, tanto el Gobierno como el ciudadano común y corriente expresan un rechazo absoluto contra todo lo que es ruso. Los suecos creen que las acciones rusas son una amenaza para la seguridad del país nórdico. Pero esto no es nuevo, en Suecia siempre ha existido una rusofobia. Y esta actitud se nota en la prensa, en la televisión, en las redes sociales y en comentarios a todo nivel. No obstante, para entender la relación entre Suecia y Rusia hay que volver a la historia.

Durante el siglo XVII Suecia era un país poderoso y tenía control sobre el mar Báltico. En esa época Finlandia pertenecía a Suecia, y los rusos también querían controlar las aguas del Báltico, sobre todo en la zona fronteriza entre Finlandia y Rusia. En otras palabras, la disputa era por el mar Báltico. El momento más álgido ocurrió en el “parlamento de guerra” en los años 1740 – 41 cuando se puso en tela de juicio la existencia de Suecia como Estado independiente. Las tensiones políticas y militares entre Suecia y Rusia eran cada vez más intensas. Los militares suecos denominados patriotas decían: “es mejor perder una guerra, antes de perder el honor”. Bajo esta premisa, el 28 de julio de 1741, Suecia declara oficialmente la guerra a Rusia.

Suecia, Noruega y Finlandia, por su posición geográfica, juegan un papel importante en caso de que Rusia sea atacada por Estados Unidos y los países de la OTAN. Según la revista científica sueca “AXESS”, Suecia tiene que controlar tres aspectos militares: una parte del mar Báltico, la zona llamada “Nordkalotten” que se encuentra repartida entre Suecia, Noruega, Finlandia y la Península del Carbón en Murmansk (Rusia); y la posibilidad de tener ayuda militar de otros países en caso de ser agredida militarmente.

En un hipotético conflicto armado entre Estados Unidos y la OTAN contra Rusia, el país del Norte tendría que tener acceso al espacio aéreo sueco, principalmente en el sur de Suecia y en la región de Gotland. Algunos expertos aseguran que Suecia estaría implicada quiera o no, en el supuesto caso de un enfrentamiento bélico.

En realidad, la política de seguridad sueca se basa en tener ayuda militar en caso de ser atacada. Esta idea se ha manifestado en el Informe del Comité de Defensa sueco (mayo, 2019): “Suecia debe, en última instancia, en el marco de la política de seguridad solidaria, individualmente o junto con otros estados y organizaciones, ser capaz de defender su territorio en caso de ataques armados. Y, por lo tanto, Suecia debe poder dar y recibir apoyo civil y militar”.

La OTAN, en su enfermizo afán de expandirse a todos los rincones del mundo, ha desarrollado varias estrategias para captar a países. Estas acciones ponen en riesgo la paz mundial.

Según el diccionario español la palabra neutral significa:

  1. Que no se inclina por ninguna de las partes o alternativas que se oponen en una confrontación.
  2. Que no toma parte en un conflicto internacional, especialmente si este es bélico.

Pero las acciones de Suecia contraponen esos postulados. Suecia es un país que se inclina por Estados Unidos, particularmente cuando se trata de guerra. De ahí, el enunciado del Comité de Defensa sueco. Suecia no ha participado en la Segunda Guerra Mundial, pero favoreció a Alemania y a los aliados occidentales. Las Fuerzas Armadas de Hitler utilizaban los ferrocarriles suecos para transportar soldados. Suecia vendió 35 millones de toneladas de hierro a Alemania durante la Guerra. Y los alemanes pagaron con oro robado en los Bancos Centrales de los países invadidos.

Del 11 al 29 de septiembre de 2017, las Fuerzas Armadas de Defensa de Suecia, realizaron un gran ejercicio militar denominado “Aurora 17”. Participaron 19000 efectivos del Ejército sueco y 1500 soldados extranjeros. Países invitados: Estados Unidos, Francia, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Noruega y Alemania.

La “Asociación por la paz” es un proyecto creado por la OTAN en 1994. Muchos países europeos forman parte de este proyecto que tiene como objetivo atacar a Rusia. Suecia participa en este proyecto.

El grupo de entrenamiento de la OTAN (Nato Training Group, NTG) era una agrupación de entrenamiento militar. Suecia participaba en este grupo.

Apoyo del país anfitrión (Host Nation Support, HNS), es un concepto utilizado por la OTAN. Y significa el apoyo civil o militar que un país anfitrión brinda a las fuerzas armadas extranjeras dentro de su territorio. Suecia ha puesto en práctica esta idea cuando llevó a cabo el ejercicio militar “Aurora 17” mencionado arriba. En otras palabras, si Suecia es miembro de la OTAN está obligada a ceder su territorio y, sobre todo, su espacio aéreo a Estados Unidos para atacar a Rusia.

“Mejores Oportunidades de Asociación” (Enhanced Opportunities Partnership, EOP, OTAN), es una estrategia militar basada en el diálogo y la cooperación. Suecia es parte de esta Asociación.

El Departamento de Defensa sueco tenía que haber realizado nuevamente el ejercicio militar “Aurora 20”, pero canceló a causa de la pandemia.

Entre el 14 de marzo y el primero de abril del año en curso, en Noruega (miembro de la OTAN) se llevó a cabo un ejercicio militar llamado “Respuesta fría 2022” (Cold Response 2022). Participaron 28 países, y Suecia era uno de ellos. La primera ministra, la socialdemócrata Magdalena Andersson y Ulf Kristersson, líder del partido reaccionario “Moderaterna” estuvieron presentes al inicio de esta maniobra militar. Ambos se sentaron en el lugar del tripulante que conduce un tanque de guerra, como símbolo de unión con la OTAN. Ulf Kristersson se dirigió a los soldados suecos con las siguientes palabras: “Deben saber que cuando hay guerra en Europa, colaboramos por la seguridad de Suecia”.

El 14 de marzo del año en curso arribó a un puerto de Estocolmo, el barco de guerra de la Marina de Estados Unidos denominado USS Forrest Sherman (DDG 98). El Gobierno sueco se ha hecho al sueco. Lo mismo las autoridades suecas. Nadie ha dado una explicación convincente acerca de la presencia de dicho barco de guerra estadounidense.

Podríamos decir entonces que Suecia está, sutilmente, con un pie dentro de la OTAN y con el otro fuera de ella. Este proceder se debe a que no existe en el mundo un país totalmente neutral. El concepto de neutralidad es para los ingenuos. La participación sueca en agrupaciones militares dirigidas por la OTAN, es un acto que va en contra de la supuesta “neutralidad”. La única finalidad de esos ejercicios militares: atacar a Rusia.

En Suecia existe una ley que prohíbe la exportación de armas a países en conflicto armado. Sin embargo, por primera vez desde 1939, se ha violado esta legislación. Hay un amplio consenso político para ayudar militarmente a Ucrania. En este contexto, Suecia decidió enviar 135000 raciones de comida para soldados, 5000 cascos, 5000 escudos corporales, 5000 armas antitanques y 500 millones de coronas suecas para las Fuerzas Armadas de Ucrania. El ministro de Defensa, Peter Hultqvist, ha dicho: “la lucha de Ucrania es importante para toda Europa”. Y, en consecuencia, Suecia ha enviado otras 5000 armas antitanques.

Tomando en cuenta lo mencionado arriba, surgen algunas preguntas: ¿Por qué Suecia dice ser neutral? ¿Por qué los soldados suecos participan en ejercicios militares dirigidos por la OTAN? ¿Será que Suecia busca ayuda militar en caso de guerra con Rusia?

De hecho, no se sabe con seguridad las intenciones militares de Suecia. Obviamente es un secreto de Estado. Pero lo que se puede sospechar es que Suecia tiene cartas bajo las mangas, y las sacará a luz en el momento justo y necesario.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.