Tachados de «radicales» por la prensa española pese a que el calificativo pierda muchísimo en la traducción del griego al castellano post kale borroka, el partido de la izquierda reivindicativa griega Syriza es, a mi modo de ver, la razón y la esperanza en una zona euro hipnotizada por la filosofía económica prekeynesiana de masoquismo […]
Tachados de «radicales» por la prensa española pese a que el calificativo pierda muchísimo en la traducción del griego al castellano post kale borroka, el partido de la izquierda reivindicativa griega Syriza es, a mi modo de ver, la razón y la esperanza en una zona euro hipnotizada por la filosofía económica prekeynesiana de masoquismo y depresión.
Puede ser verdad que su joven líder Alex Tsipras «juegue con fuego» al insistir en que las recetas de austeridad de la Troika deben ser renegociados . Pero Atenas está que arde ya. Y mi barrio , Lavapies, echa chispas también. Si la fracturada élite europea coincide en algo es que con Syriza vale el chantaje más vil. Tsipiras es un «joven peligroso» para nuestra safe european home (The Clash dixit). Si ganan los «radicales», será «apres moi le deluge» , advierten todos desde Wolfgang Schauble, Mario Draghi, Ollie Rehn hasta Lucas Papadimus, ex tecnócrata primer ministro griego, que advirtió en un discurso pronunciado ante una cena de 500 banqueros en Copenhague el jueves, durante la asamblea del Instituto Internacional Financiero, que cuestionar el programa de ajuste de la troika, «no solo es un error sino es peligroso».
Pero yo prefiero la valoración de Syriza que hace el filosofo marxista lacaniano Slavokj Zizec en el ultimo número de London Review of Books: «La voz de Syriza no es una locura de la extrema izquierda sino de la razón contra la locura de la ideología de mercado». Zizec aplaude la valentía de Siriza por estar dispuesto a tomar las riendas del poder. «Han expulsado el miedo al poder de la izquierda; tiene la valentía de limpiar la porquería dejada por otros». Syriza es el principal adversario de «una tecnocracia despolitizada en la que los banqueros y otros expertos tienen permiso para derrumbar la democracia». No será una tarea fácil. Primero deben ganar las elecciones. Luego deben «demostrar una combinación formidable de principios y pragmatismo, de compromiso democrático y la capacidad para actuar rápidamente y decisivamente cuando sea necesario» escribe. «Y si van a tener alguna posibilidad de prosperar, necesitarán la solidaridad en toda Europa..Mas ideas creativas como la promoción de turismo de solidaridad en el verano», escribe Zizec.
España debería ser el primer pueblo en rechazar el chantaje a Grecia y forjar esta solidaridad. En parte , porque se encuentra en una situación en estos momentos algo parecida a la de Grecia en el 2009 (aunque mucho más a Irlanda en 2010) . Pero también porque , la combinación del Siriza en el palacio de gobierno en Atenas, y España al borde una crisis de solvencia, puede ser el golpe mortal para el status quo de austeridad, «disciplina de mercado», y subvenciones a la banca que ha caracterizado la desastrosa respuesta europea en esta crisis hasta la fecha.
Porque España es demasiado grande para rescatar y Grecia es demasiado destructiva para desacoplarse de la zona euro sin desatar una ola de contagio letal cuya primera victima sería España. Por eso, las presiones freneticas al gobierno de Mariano Rajoy para que acepte un mini-rescate puntual y enfocado a la banca antes del 17 de junio cuando se celebren las elecciones en Grecia. Sin demasiadas condiciones. Por primera vez en esta crisis, los burocratas de Bruselas y los banqueros de Frankfurt parecen estar más ansiosos que los políticos en Atenas y Madrid. Es decir que Grecia y España pueden estar a punto de darse cuenta de la relevancia del famoso aforismo del deudor profesional: «Si debo 1.000 euros al banco, tengo un problema; si debo un millón, el problema lo tiene el banco.»
Ese mismo argumento respecto a España lo plantea hasta el New York Times esta semana. Después de tres años de crisis, las potencias del núcleo europeo no han construido un muro de protección para proteger la euro economía en caso de que uno o dos periféricos se vean forzados a salir. Por tanto, de repente, la estrategia de la posguerra de destrucción mutamente asegurada, que se planteó en otro post,empieza a ganar adeptos en Atenas, Lisboa, Dublín, y, quizás , Madrid. Con Syriza se «está utilizando estrategias de la guerra fría; esperemos que se mantenga fría», dijo Jean Paul Pisani-Ferry en una entrevista que publicaremos en la Vanguardia el domingo…
El muy inteligente ministro de Finanzas polaco Jacek Rostowksi, que asistió a la misma asamblea del Instituto Internacional de Finanzas en Copenhague el jueves, explicó el dilema para Berlín y Frankfurt: «Conscientes de las posibles consecuencias para el resto de Europa de una moratoria griega, no sería de extrañar si muchos votantes griegos deciden llamar «farol» en la partida con la zona euro». El farol de la Troika a Syriza: «Si no cumplen con el programa de ajustes, tendrán que salir del euro». La respuesta desafiante de Syriza: : «Queremos renegociar todas los requisitos de austeridad sádica impuestos a cambio de los créditos de la troika pero no queremos salir del euro; si queréis echarnos, ¡adelante! A ver qué pasa en España e Italia y a ver qué pasa con sus bancos».
Estos votantes griegos entienden lo que sospecha Rostowski que en el sur europeo estamos ya en territorio de Janis Joplin donde freedom is just another word for nothing left to lose . Sin nada que perder y mucho que ganar, rechazarán el chantaje de la elite y votarán a Syriza. Luego la Troika tendrá que decidir si quiere jugarse la unión monetaria forzando a Grecia a salir e renegociar el memorandum . Y la libertad del nada que perder pronto puede estar al alcance de España tambien.
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/diario-itinerante/?p=1006