
La escritura surge por la necesidad de intercomunicación entre la gente reemplazando al habla.
La escritura surge por la necesidad de intercomunicación entre la gente reemplazando al habla.
El Congreso de Estados Unidos acaba de aprobar la construcción de un Memorial de la Guerra contra el Terrorismo a construirse no muy lejos del monumento a Lincoln, “para honrar aquellos que sirvieron en el conflicto más largo de la historia de la Nación”.
Lo que se conserva aún del pensamiento quechua (quichua) luego de siglos de dominación son formas de auténtico conocimiento, que deben ser incluidas en la Educación Intercultural Bilingüe porque generan la cultura.
El neocolonialismo de las instituciones del Estado se refleja en la injerencia directa en los procesos internos de las comunas kichwas.
La fundación de Quito daba inicio a la vida colonial, que se había levantado sobre un atroz proceso de conquista.
El pueblo Waorani a más de sufrir la contaminación de sus territorios sufre la discriminación y arbitrariedad de las empresas.
Wampanoag, Massachusett, Nipmuc, Mohegan, Pequot, Narragansett, Passamaquoddy, Miꞌkmaq. Estos son solo algunos de los pueblos originarios que conforman lo que actualmente se denomina Nueva Inglaterra, región donde se celebró la primera cena de Acción de Gracias hace 400 años, en el otoño boreal de 1621.
En nuestra Sierra Central existen aún muchas llactas (aldeas) habitadas por quichuas que conservan la propiedad colectiva de la tierra, formas de organización social y códigos culturales propios del mundo andino.
Al comienzo, la gente de los Andes asoció el arcoíris con algo digno de temor, lo llamaron kuychi en quechua y se pensó que se introducía en los seres humanos para causar males y zozobras. Quizás, se empezó a llamar wiphala cuando recibió forma de imagen, se la figuraba con la forma de serpiente de colores blanco, amarillo, verde, rojo y negro que salía del inframundo acuático y llegaba al cielo.
Hace mucho mucho tiempo en las tierras de la mitad del mundo habitó una mujer pequeñita de estatura, pero gigante de amor por su pueblo. Su piel era del color de la tierra, sus ojos negros como el capulí y su corazón rojo rojito como lava de volcán. Su nombre: Dolores Cacuango.