
Mientras en Haití las bandas armadas, sin otra ideología ni perspectiva que el saqueo y la rapiña, se disputan calle a calle los cotos de caza con la perversidad de los que lo han perdido todo -o la de los que nunca tuvieron nada- y la crisis sumergió al noventa por ciento de la población debajo de los umbrales de pobreza, ¿alguien va a hacer algo?