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Ucrania

Tambores de guerra en el Este del país

Fuentes: Hebdo l´Anticapitaliste

Aunque no guste a los conspiracionistas, con su extraño arco de fuerzas que va desde grupos estalino-nostálgicos hasta la extrema derecha /1, hay pocas dudas de que el Boeing malasio MH17 ha sido abatido por una unidad militar de la autoproclamada Novorossiya (Nueva Rusia), declarada el pasado 22 de mayo como «unión de las repúblicas […]

Aunque no guste a los conspiracionistas, con su extraño arco de fuerzas que va desde grupos estalino-nostálgicos hasta la extrema derecha /1, hay pocas dudas de que el Boeing malasio MH17 ha sido abatido por una unidad militar de la autoproclamada Novorossiya (Nueva Rusia), declarada el pasado 22 de mayo como «unión de las repúblicas populares de Donetsk y de Luhansk».

Elementos concordantes hacen muy plausible la hipótesis según la cual los servidores de una de las baterías de misiles suelo-aire entregadas por el gobierno de Putin hayan confundido ese vuelo civil con el de un avión militar ucraniano. Esas 300 víctimas inocentes, un número casi equivalente al conjunto de los muertos provocados hasta ahora por la guerra en el este ucraniano, han venido al pelo al gobierno pro-UE y pro-estadounidense del oligarca Porochenko. Éste, en efecto, se ha aprovechado de ello para relanzar su ofensiva atascada desde hace meses, a pesar de algunos éxitos parciales como la recuperación el 5 de julio de la ciudad de Slaviansk y de localidades de menor importancia.

Dos campos reaccionarios

La «operación antiterrorista» (es el nombre dado por las autoridades de Kiev a su operación militar) ha encontrado hasta el momento numerosas dificultades. El ejército ucraniano, el de un estado en crisis crónica y profunda desde hace muchos años, está en un estado lamentable. Mientras que, del otro lado, los partidarios de la «Nueva Rusia» gozan de un apoyo militar y logístico fuerte de su casa madre, desde este punto de vista bastante más eficaz. Tras la destrucción del vuelo MH 17, Putin se encuentra a la defensiva, con márgenes de maniobra políticos y diplomáticos reducidos.

No hay nada de progresista ni de un lado ni del otro de la confrontación en curso. No representando más que a una parte pequeña de las poblaciones rusófonas de Ucrania, las regiones de Donetsk y de Luhansk se encuentran hoy bajo el dominio de especuladores y de políticos salidos del antiguo régimen estalinista, que pretenden defender con uñas y dientes sus intereses estrechamente ligados a los del neocapitalismo ruso. Como escribía a comienzos de mayo un militante anarquista de Donetsk, «los acontecimientos en nuestra región pueden ser descritos como un golpe ganstero-policial, con un envoltorio «popular». El ala violenta está compuesta de antiguos y actuales empleados del Ministerio del Interior, de antiguos soldados, de paracaidistas y de especialistas militares, con el apoyo de criminales más o menos grandes y de elementos marginales en el paro» /2.

El otro lado es el de un gobierno oligárquico que, a través de sus acuerdos con la Unión Europea y el FMI, se ha comprometido a aplicar recetas neoliberales que agravarán sensiblemente las diferenciaciones sociales y la miseria para la mayoría de la población. En los dos campos predomina una ideología nacionalista, en ambos lados los grupos reaccionarios tienen la iniciativa y hay grupos fascistas activos. En cuanto a la población, sigue en su gran mayoría pasiva frente a un enfrentamiento que le supera pero del que es la principal víctima.

Detener la guerra, permitir la autodeterminación

Como nuestros compañeros de la organización ucraniana Oposición de Izquierdas escribían en una declaración el 15 de junio, «es imperativo detener los enfrentamientos armados antes de cualquier tipo de discusión política sobre el futuro orden constitucional en Ucrania (…) Deberían emprenderse negociaciones sobre un alto el fuego y la liberación de los rehenes (las poblaciones de ciudades enteras son hoy rehenes) y la creación de corredores humanitarios debería ser emprendida inmediatamente sobre el terreno por los comandantes militares«. «Ninguna discusión política» es sin embargo posible con los paramilitares venidos de Rusia, «las cuestiones sobre la organización futura del estado y la formación de nuevos poderes públicos representativos no pueden ser discutidas más que con los representantes de las comunidades locales«.

En esta vía, hay que exigir al gobierno ucraniano, al mismo tiempo que la detención de todas sus operaciones armadas, el respeto al derecho a la autonomía lingüística y cultural de las poblaciones del Este.

Notas

1/ Resulta que la prensa y la página web del Frente Nacional (Francia) repite sistemáticamente la propaganda de los separatistas contra la «junta liberal-fascista» de Kiev apoyada por Washington y los eurócratas de la UE…

2/ Testimonio publicado en la página británica People and Nature, http://peopleandnature.wordpress.co…

Fuente original: http://www.npa2009.org/actualite/ukraine-tambours-de-guerre-dans-lest-du-pays

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR