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Cuatro notas sobre la situación, el 24 septiembre de 2009, en Honduras

Testigos presenciales desmienten las informaciones de El País

Fuentes: Rebelión

1.- Carta al director de El País El artículo «Mercenarios israelitas, ultrasonidos y suicidios fingidos», publicado el 24/09/09 en El País, parece un intento de ridiculización y desacreditación del presidente hondureño J.M. Zelaya y no entiendo bien porqué El País gasta sus páginas en hacer mofa de un presidente democráticamente elegido que ha sufrido un […]

1.- Carta al director de El País

El artículo «Mercenarios israelitas, ultrasonidos y suicidios fingidos», publicado el 24/09/09 en El País, parece un intento de ridiculización y desacreditación del presidente hondureño J.M. Zelaya y no entiendo bien porqué El País gasta sus páginas en hacer mofa de un presidente democráticamente elegido que ha sufrido un golpe de Estado. Esta burla se hace en el artículo en base a las denuncias del presidente hondureño el martes 22 a los militares a varios complots posibles para entrar en la Embajada de Brasil en Honduras, donde se refugia de los golpistas, y atraparle. Al autor del artículo debieron parecerle demasiado peliculeros estos complots porque o bien no está en Honduras, o bien no está informado de lo que aquí pasa. Las irrisorias amenazas con «gases y productos químicos» de las que habla, se concretaron en que todo el barrio de la embajada de Brasil pasamos la mañana del martes llorando por los gases lacrimógenos. Además, todos en Honduras hemos visto por televisión los aparatos de sonidos y las camionetas que pasan haciendo un ruido ensordecedor, internacionalmente prohibidos, y que estaban usando frente a la embajada. Por otro lado, mercenarios israelitas han entrenado tradicionalmente a los asesores de seguridad de los gobiernos de este país y en concreto también al actual asesor de seguridad del gobierno de facto, antiguo jefe de los escuadrones de la muerte en los 80. Sea película o no, justo cuando Radio Progreso informó de la posibilidad de ataque a la embajada por mercenarios, les cortaron la emisión y la luz y la militarizaron.

Mientras, en los medios de comunicación que han apoyado el golpe de Estado, se hacían encuestas al teleespectador sobre si se debía asaltar la embajada y matar a Zelaya o no, como sondeando a la opinión pública sobre la posible acción. Anunciaron que iban a apagar la luz eléctrica en todo el país a las 17:00. Después se extendieron por la ciudad diferentes rumores de diferentes posibilidades de desalojo y de una posible ruptura de los acuerdos de Viena de respeto a embajadas… pareciera que estaban tanteando el terreno.

Tras las denuncias a gobiernos y medios internacionales y el apoyo de la red de las miles de personas que aquí estamos intentando que esto no quede impune y hagan lo que quieran con este país, su gente y su presidente, la vicecanciller del régimen de facto anunció que no atacarían la embajada de Brasil. Ya no necesitaron hacer el apagón por la noche.

Por otro lado, el artículo de El País acaba casi sugiriendo que un presidente constitucionalmente elegido parece tener que defender su cargo usurpado ajustando sus declaraciones públicas a lo que más digno que le parezca al columnista y sugiere que Zelaya, denunciando las amenazas que recibe en su contra, falta el respeto a los luchadores de la resistencia hondureña y a los golpes y hostigamiento que sufren a diario. Bien podría el columnista, tan preocupado por el respeto a las personas de la resistencia hondureña al golpe de Estado, haber aprovechado los cinco párrafos del artículo para en vez de hacer sarcasmos, hablar del hostigamiento, allanamientos, apaleamientos, disparos y asesinatos que sufren los habitantes de todos los barrios de la ciudad y de todo el país, y que están saliendo a protestar y a arriesgar su vida desde hace casi tres meses para luchar por la democracia, por su dignidad, y por el fin de la injusticia y la impunidad.

Patricia Gutierrez

Tegucigalpa, 24 de Septiembre de 2009.

2.- Honduras: ¿Morir o Matar?

A sólo tres días de la vuelta del presidente Manuel Zelaya al territorio nacional, son por lo menos 30 las muertes anunciadas a lo largo y ancho de los 112,412 km cuadrados de Honduras.

Sin embargo, al buscar los ecos de estos fallecimientos en distintos medios de comunicación, todo parece reducirse a que Zelaya, el presidente legítimo, se encuentra a un lado del cuadrilátero mortal mientras que Micheletti, el mandatario de facto, está en el otro confabulando su deceso.

Esta tendecia polarizadora también está presente en la nota de hoy de Pablo Ordaz, enviado especial de El País  en Tegucigalpa, la cual se concentra en las denuncias que ha hecho Zelaya de los planes del régimen de facto para «quebrarle el juicio e incluso la vida».

Quizás en un intento por mantener la tensión dramática, Ordaz pone en tela de juicio no sólo dichas denuncias sino incluso al «estresado» Zelaya pues desde su óptica periodística «organizar tan sofisticadas operaciones en un país cuyos soldados desfilan con palos de escoba, parece un exceso».

Tal vez, a causa de un lapsus informativo, Ordaz olvida mencionar que esos «palos de escoba» están llenos de clavos que funcionan como garras en las manos de militares y policías que arremeten indiscriminadamente contra miembros de la Resistencia en los barrios y colonias de Honduras.

Ordaz tampoco logra subir al escenario noticioso a las personas que marcharán hoy jueves 24 hasta la sede de la ONU en apoyo al régimen de facto, fuertemente protegidas por las fuerzas de seguridad hondureña que justamente reprimió ayer a una multitudinaria marcha de la Resistencia.

Al margen de esta ácida lectura de la crisis hondureña, las notas disonantes también han comenzado a escucharse a nivel internacional: por un lado en estos momentos acaba de iniciar una Asamblea Extraordinaria del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para tratar un solo tema, la crisis en Honduras; por el otro, el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha anunciado el regreso de los embajadores de la UE a Tegucigalpa.

Y en medio de este concierto espontáneo, un día más la masiva Resistencia hondureña se enfrenta a la disyuntiva de morir a manos de las fuerzas represivas. Vestidos de blanco o de verde, los partidarios del régimen de facto se encuentran bestialmente dispuestos a matar en nombre de la paz y la democracia de unos pocos.

Vita Randazzo

Tegucigalpa, 24 de Septiembre de 2009

3.- Resistencia y temor a la represión

Anoche continuaron los disturbios en prácticamente todos los barrios de la capital: gritos, disparos, sirenas y explosiones fueron frecuentes cubriendo nuevamente la oscuridad de la noche con los sonidos de la guerra. Pero la Resistencia no cede, aprendiendo de nuestros errores y dispuestos al sacrificio el pueblo sigue rebelándose contra la dictadura y reclamando justicia.

La resistencia marchó nuevamente a pesar de la prohibición expresa del gobierno que amenazó con reprimir todo grupo de mas de veinte personas. El centro de reunión nuevamente fue la Universidad Pedagógica. De los barrios y colonias de toda la ciudad bajaron grupos que se juntaron armando una enorme masa rebelde. Bajaron por la avenida Centro América hasta el Boulevard Juan Pablo II, por la Alameda hasta Palmira.

A pocos metros de la casa de las Naciones Unidas un fuerte contingente militar bloqueó el camino de la marcha nuevamente, como ha ocurrido en otras ocasiones, la dirección buscó negociar con la policía pidiéndole que permitan que la marcha circule hasta las Naciones Unidas. La policía avanzaba despacio, pero más despacio avanzaba la marcha. Luego de una hora de espera, la gente dio la vuelta. «Mucho habla esta gente», dijo un joven manifestante que junto a miles más cambiaron el destino de la misma, esta vez en dirección del centro de la ciudad.

En general la gente está tensa y la violencia surge cada vez con mayor facilidad. El comité de disciplina hizo un gran esfuerzo para controlar cualquier provocación que pueda justificar la represión por parte de la policía.

A alturas del parque central, la policía reprimió con la crueldad de siempre. Nuevamente los callejones traicioneros del casco histórico funcionaron como una trampa ante la desorganización de los manifestantes que corrían tratando de escapar los cuerpos policiales que no daban tregua. La manifestación fue dispersada y los reclamos a la dirección comenzaron a escucharse cada vez con más fuerza.

No se entiende por qué si se sabía que iba a haber represión, que la gente estaba sumamente indignada con los cuerpos represores, especialmente luego de lo que han sido estas noches de pesadillas, la dirección no pensó en cómo proteger a los manifestantes. Podrán decir mil veces que son infiltrados los que provocan la represión policial, y a lo mejor en gran medida lo son; pero eso es desconocer la rabia que habita en todos nosotros, es desconocer que estamos cansados e indignados de una represión que no respeta la dignidad humana, nuestras casas, nuestros cuerpos. Es desconocer que, aun y a pesar del cariño que le tenemos a los compañeros y compañeras que les ha tocado jugar el papel de dirigentes, no han sabido orientarnos en esta lucha porque siguen mandándonos al matadero. Las marchas deben cambiar, prevenir que nos repriman.

Poco a poco la resistencia está cambiando, nuevas estrategias surgen transformando igualmente la lucha. Hoy los barrios estarán en resistencia y el llamado es a crear barricadas en cada calle boicoteando la marcha del gobierno que suspendió el toque de queda para obligar a los trabajadores públicos a asistir su llamado. Las pandillas juveniles, la 18 y la MS, las barras deportivas, los lumpems han asumido el llamado y han tomado partida del pueblo confrontando directamente a la policía, después de todo compartimos el mismo enemigo. No se reportan bajas por parte de la policía o el ejército en las incursiones en los barrios, pero sabemos ha habido respuesta armada por parte de los residentes.

Hay temor de violencia en la marcha de los blancos. Personas de la resistencia han anunciado que buscarán impedirla, pero el gran temor viene del mismo ejército que busca usar la marcha «por la paz y la democracia» para justificar otra ola de agresión contra el pueblo. Reportes anuncian que es probables que hagan uso de paramilitares para atacar la misma marcha y causar una masacre haciendo ver a la resistencia como un grupo sanguinario y violento. Los blancos vienen armados y dispuestos a matar para defender su democracia. A este punto de la mañana, quince camiones del ejercito han llegado a Palmira descargando hombres vestidos de civiles.

Grandes contingentes militares y policiales de todo el territorio nacional están siendo movilizados a la capital para controlar el levantamiento popular. Con ello dejan las aldeas de todo el país solas y a disposición de las organizaciones de resistencia locales que han anunciado tomarlas y declararlas liberadas. La bestia se mueve y la resistencia golpea en los flancos que deja descubiertos.

Óscar Estrada,

Tegucigalpa, 24 de Septiembre de 2009.

 4.- Contingente militar de guerra rodea la Embajada de Brasil en Tegucigalpa

5 retenes del ejército para cercar la embajada de Brasil: A la altura del restaurante chino de las palmeras, a la altura del Burger king (alli hay dos y la calle está vallada), otro retén a la altura del restaurante Viena y a la altura de la Texaco de la Avda de La Paz hay dos retenes para no dejar acceder a la calle de la Embajada por el otro lado. 15 camiones del ejército se ven, por detrás de los retenes militares, en las inmediaciones de la embajada de Brasil… no sabemos cuántos puede haber en el trozo de calle delante de la embajada porque el cerco militar no nos lo permite.

Dentro de los 15 camiones se ven soldados, y más allá de los retenes hay al menos dos grupos de soldados fuera de los camiones, unos marchando, unos sentados.

Noelia Martínez,

24 de Septiembre de 2009.