No había pruebas de fraude alguno y Timoshenko lo sabía. Todo era un paripé para deslegitimar a Yanukóvich y de paso intentar retrasar su investidura. Difícil lo tenía cuando incluso Yúshchenko, a regañadientes, se ha dignado a felicitar al vencedor. Las actuaciones del Tribunal Supremo Administrativo «han convencido» a Timoshenko de que su treta […]
No había pruebas de fraude alguno y Timoshenko lo sabía. Todo era un paripé para deslegitimar a Yanukóvich y de paso intentar retrasar su investidura. Difícil lo tenía cuando incluso Yúshchenko, a regañadientes, se ha dignado a felicitar al vencedor. Las actuaciones del Tribunal Supremo Administrativo «han convencido» a Timoshenko de que su treta no iba a tener éxito. Eso es al menos lo que va contando la Primera Ministra del país, ¿la realidad? Probablemente haya sido una artimaña más para evitar una resolución judicial contraria a sus intentos de deslegitimar al líder del Partido de las Regiones. Así las cosas, hoy, mientras descalificaba al Tribunal y reafirmaba que Yanukóvich no era el vencedor legítimo de las elecciones, ha retirado la demanda que presentó el martes pasado. Tampoco le ha salido tan mal, al fin y al cabo se trataba de una vieja táctica: «calumnia, que algo queda».
Ahora la batalla se traslada al Parlamento. El Partido de las Regiones tiene como primer objetivo deponer a Timoshenko de su cargo de Primera Ministra. Para ello va a necesitar sumar apoyos de algunos de los contrincantes electorales que ha tenido Yanukóvich en la primera vuelta electoral. Algunos incluso dicen que podría ser el nuevo Primer Ministro Yúshchenko, pero sería demasiado, no por incompatibilidades pues al fin y al cabo la mayoría de clase política ucraniana está acostumbrada a participar de un heterogéneo Cártel político en el que todos han compartido el poder, si no porque el actual Presidente de Ucrania es odiado y rechazado por la gran mayoría del país. En cambio, el ex banquero Serguei Tigipko, un populista neoliberal, es un valor que cotiza al alza. En la primera vuelta presidencial quedó tercero con un 13% de los votos. Él se perfila como una opción sería a Primer Ministro con su imagen de centro político en la pugna política entre el Oeste y el Este del país, y con sus acciones populistas, como la de pagar el rescate del barco ucraniano ‘Ariana’ secuestrado durantes seis meses en aguas somalíes.
Habrá que ver como discurren las cosas. Pero lo que cada vez se perfila más claro es que en la dimensión socioeconómica no va a haber ningún cambio de rumbo. Es más, con la posible llegada de Serguei Tigipko podrían acentuarse las políticas neoliberales. Los pobres, una vez más, no han podido, no han querido o no han sabido votar a quien represente sus intereses.
http://postsovietico.blogspot.com/2010/02/timoshenko-tiro-la-piedra-y-escondio-la.html