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Los partidos de la mayoría alemana azuzan el fantasma de la secesión

Tirol del Sur va a las urnas en un clima de desapego de Roma

Fuentes: El Periódico

Al ascender hacia las empinadas montañas de los Alpes Orientales y llegar a Tirol del Sur, uno se olvida de que está en Italia. Bolzano (en alemán Bozen y en ladino Bulsanen) y las otras 115 aldeas de está provincia autónoma también conocida como Tirol del Sur tienen Roma a siete horas de tren rápido. […]

Al ascender hacia las empinadas montañas de los Alpes Orientales y llegar a Tirol del Sur, uno se olvida de que está en Italia. Bolzano (en alemán Bozen y en ladino Bulsanen) y las otras 115 aldeas de está provincia autónoma también conocida como Tirol del Sur tienen Roma a siete horas de tren rápido. Pero Austria, a la cual este territorio italiano de mayoría alemana perteneció hasta 1919, está a dos pasos, nada más cruzar las cumbres de los Dolomitas.

«Tirol del Sur no es Italia y sueña con integrarse un día en Austria», sostiene la independentista Eva Klotz, de ojos azules y larguísimas trenzas rubias, en Bolzano. Mañana, los electores decidirán quién sube al poder en esta provincia autónoma italiana de 493.910 habitantes censados, el 69% de origen austriaco, el 4% ladino y el resto italianos o de otras países. Entre los cuatro partidos que componen la mayoría germana, son muchos los que miran hacia Austria. Klotz, líder del Sudtiroler Fheheit, no es la única que azuza el fantasma de la secesión.

El Südtiroler Volkspartei (SVP), el partido nacionalista más grande entre la población germanoparlante, está en esa línea. «Con Berlusconi negociaremos pero solo si no le retira la autonomía a Tirol del Sur. Si eso acontece, reivindicaremos la anexión a Austria», explica Luis Durwalder, líder del SVP y presidente de la Provincia Autónoma de Bolzano desde hace 16 años.

CONFLICTO DE INTERESES

Hay otro problema oculto: los intereses de la Italia de Silvio Berlusconi no coinciden con los de este territorio de manzaneros y campesinos tradicionalistas. «El federalismo que promueve la Liga Norte y que apoya Berlusconi los asusta porque temen que perderán sus privilegios», explica el especialista italiano de historia de Alto Adigio-Tirol del Sur Giorgio delle Donne.

En la plaza Walther está la sede de la Provincia, que desde 1972 recibe de reembolso de Roma el 90% de los impuestos pagados y el 70% de la IVA que se recauda entre los ricos surtiroleses. «La Provincia aquí es todo. Es la empresa más grande, con un presupuesto de 5.000 millones de euros al año. Es lógico que nos preocupemos si cambian nuestro régimen tributario», asegura el alto funcionario Karl Rainer.

En el 2006, 113 de los 116 alcaldes de las localidades de habla alemana y ladina de esta región montañosa le pidieron a Austria incluir en su Constitución una cláusula en la que se asuma la defensa del derecho del Alto Adigio/Tirol del sur a un estatuto de autonomía y a la conservación de su idioma, su cultura y sus tradiciones germánicas. Y si bien hoy la posibilidad de autodeterminación es remota, grupos como el de Eva Klotz no ceden en sus reivindicaciones. «Tenemos todos los instrumentos legales para exigir nuestros derechos», asegura Klotz.

De ocurrir realmente, la minoría italiana, fragmentada a nivel de representación política, se sentiría quizás tan lejos de su país como los serbios de Kosovo.