No se busca una solución política: la UE confía en el suministro de armas y el rearme de los Estados en la guerra de Ucrania. Una conversación con Özlem Alev Demirel.
jW Mientras el gobierno alemán prepara la entrega de más y más armas a Ucrania y, por tanto, a una zona de guerra, también se tiran por la borda los principios a nivel de la UE. Usted ha criticado que las directrices europeas sobre exportación de armas ya no tienen mucho valor. Retomando las palabras del canciller federal Olaf Scholz: ¿estamos viviendo también un «cambio de época» en la UE?
Sí, y en varios niveles. A través del llamado Mecanismo Europeo para la Paz, la UE ofrece a los estados miembros incentivos para el suministro de armas. Con este instrumento se financian actualmente entregas a Ucrania por valor de 1.500 millones de euros. Se trata de un presupuesto en la sombra que se creó en esta legislatura y sobre el que decide el Consejo, es decir, el órgano de los jefes de Estado y de gobierno de los estados miembros de la UE. Siempre lo hemos rechazado. Se dijo que el instrumento está vinculado a la «posición común de la UE», según la cual están prohibidos los envíos a zonas de crisis y en guerra. Ahora ya no es así.
Hace poco, el representante de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, dijo que la guerra de Ucrania se decidiría en el campo de batalla. Pero allí solo hay sufrimiento y muerte. Esta incalificable guerra de agresión por parte de Rusia debe terminar de una vez, y para ello se necesita urgentemente una solución política y un alto el fuego inmediato.
jW Una y otra vez se critica la falta de control democrático de las decisiones en la UE. ¿Cómo es en este caso?
En política exterior y de seguridad, el Parlamento de la UE apenas tiene nada que decir. Las decisiones las toma siempre el Consejo. Así que hay una falta de control democrático y de transparencia. No solo en los Estados miembros se está llevando a cabo un considerable rearme; la UE también se va a transformar en una poderosa unión militar. Se dice que allí donde el poder económico no es suficiente, se necesita capacidad militar para hacer valer los intereses. Pero esto no va de los intereses de la población de la UE, que quiere vivir en paz y con seguridad en la sociedad.
jW El jueves pasado, el Parlamento Europeo votó una resolución relativa, entre otras cosas, al suministro de armas a Ucrania. Como portavoz de política exterior de su grupo, usted votó no, mientras que muchos de sus colegas votaron sí o se abstuvieron. ¿Cómo se explica eso?
Este paréntesis actual no deja indiferente a la izquierda. A falta de un análisis más profundo de las condiciones económicas y políticas, por ejemplo con respecto al imperialismo, se buscan respuestas. Para mí está claro que necesitamos una perspectiva de clase. En la guerra, la gente común sufre, la clase obrera paga por las guerras que otros han instigado y que se libran por los intereses de otros. Por eso hay que rechazar siempre la guerra y el rearme.
jW Sin embargo, la pregunta sigue siendo por qué los diputados que se consideran de izquierdas votan a favor del suministro de armas a Ucrania. ¿Cómo de controvertido es el debate en su grupo parlamentario?
En las decisiones influye, entre otras cosas, el país del que proceden los diputados. La presión política ha aumentado considerablemente como consecuencia de la guerra. Muchos subrayan que los ucranianos, por el momento, se están defendiendo de un ataque ruso. Eso es correcto. Al mismo tiempo, también debemos ver la lucha imperialista interna por el poder sobre Ucrania. Por lo tanto, nuestro primer deber aquí en la UE, también en solidaridad con el pueblo de Ucrania, es defender que no se siga alimentando la guerra. Todo lo que no sea una solución política significa sufrimiento, huida y muerte.
jW Su partido, La Izquierda, también está debatiendo cómo afrontar la guerra en Ucrania. ¿Teme que el partido, cuya existencia ya está amenazada por los recientes resultados electorales, se pueda desgarrar?
Hasta ahora, el grupo parlamentario de La Izquierda en el parlamento federal ha votado unánimemente en contra de todos los planes de rearme. De hecho, el partido sería inútil en el momento en que no se opusiera a ellos. Pero si observamos con detalle los actuales desplazamientos de poder geopolítico, entonces el partido debe hacer más que simplemente eso.
Özlem Alev Demirel es portavoz de política exterior del Grupo de La Izquierda GUE/NGL en el Parlamento Europeo.
Traducido para Sin Permiso por Jaume Raventós