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Un análisis desde Paraguay

Transparencia Internacional, otro gran garrote del sistema decadente

Fuentes: Rebelión

Senadores y diputados responsables de supervisar la economía de EEUU han recibido millones de dólares de las empresas de Wall Street. Desde 2001, ocho de las empresas más cuestionadas han donado 64,2 millones de dólares a los candidatos del Congreso, a los candidatos presidenciales y a los partidos Republicano y Demócrata. El artículo citado al […]

Senadores y diputados responsables de supervisar la economía de EEUU han recibido millones de dólares de las empresas de Wall Street. Desde 2001, ocho de las empresas más cuestionadas han donado 64,2 millones de dólares a los candidatos del Congreso, a los candidatos presidenciales y a los partidos Republicano y Demócrata.

El artículo citado al azar fue publicado en esta dirección en internet hace un poco más de un año, como miles de otros artículos similares, escritos por prominentes economistas y analistas de todo el mundo. Pero Transparencia Internacional no se dio por enterada que en Estados Unidos se gestó la peor crisis económica y financiera mundial después de la crisis del 29, generada en la megacorrupción de los gobernantes de esa nación, sometida a los superpoderes del capital financiero transnacional.

Y esta crisis, lejos de acabar, está arrastrando al mundo a los umbrales de una guerra cambiaria en la actualidad y pronto a una guerra comercial, de imprevisibles consecuencias para la civilización, similares a los albores de aquellos aciagos días de la Segunda Guerra Mundial.

Los «analistas» y «expertos» de esta ONG con sede en Alemania no registraron que Bernard Madoff encajó 50.000 millones de dólares a «incautos» inversores, o que los banqueros e «inversores» estaban especulando con los denominados derivados financieros, que en la actualidad son 20 veces superior al Producto Mundial Bruto, fruto de la maquinación de la ingeniería financiera depredadora, con aquiescencia de los líderes mundiales que se reúnen cada año bajo el manto del Club Bilderberg.

Los señores de Transparecia se olvidaron que, por ejemplo, el Banco Wachovia de los Estados Unidos, adquirido por Wells Fargo, llegó a lavar hasta el 2008 más de 380.000 millones de dólares provenientes de los cárteles de la droga de México a través de Wall Street, según Michael Smith de Bloomberg, y que el banco no fue intervenido ni sancionado por el gobierno de los Estados Unidos, porque «es demasiado grande para caer».

Tampoco Transparencia se enteró que la CIA, el organismo de inteligencia del gobierno de los Estados Unidos, inventó el cuento de que Irak poseía armas atómicas. Invadieron y mataron a cientos de miles de personas: Destruyeron una nación entera con historia milenaria. Destruyeron a Irak como destruyeron al Paraguay hace 140 años, cuando el capital financiero internacional, con sede en Londres, empujó a Brasil, Argentina y Uruguay a cometer el mayor genocidio de Latinoamérica, matando 1.000.000 de paraguayos. Mutilaron una nación -mi país- que de nuevo aparece en la lista de la ONG Transparencia Internacional como uno de los países más corruptos del mundo.

Transparencia no se enteró que para que Paraguay esté en las condiciones actuales en que está, además de la guerra de exterminio y otra guerra con Bolivia, empujada por la Standar Oil de los Rockefeller, tuvo que sufrir 35 años de dictadura criminal de Alfredo Stroessner (1954-1989) apoyado en la Doctrina de Seguridad Nacional que el imperialismo norteamericano aplicó en toda América Latina para sostener a dictadores rapaces, sanguinarios y vendepatrias.

Transparencia tampoco anotó que, por fin, cuando cayó Stroessner, los gobernantes hederos del stronismo, que amasaron su fortuna con la sangre de miles de paraguayos asesinados, empezaron a aplicar el neoliberalismo; los dogmas del Consenso de Washington, bajo patrocinio del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el gobierno de los Estados Unidos y de la Unión Europea, los tink tank del neoliberalismo, saqueando de nuevo al Paraguay y a otras naciones de Latinoamerica y el mundo.

Control de la Justicia

Pero no solo eso, Estados Unidos brinda protección a los bandidos y ladrones de nuestros países, mediante el control de los poderes del Estado, como ocurre en la actualidad en Paraguay. Se estima que el 80 % de las entidades públicas del Paraguay está bajo control de USAID, a través de su Plan Umbral y otros planes de penetración y control, como la Fiscalía General del Estado y la Corte Suprema de Justicia, prohijando impunidad a los saqueadores. Y esos mismos bandidos y ladrones son los que frecuentan las playas de Miami y van las conferencias de «emprendedores y exitosos empresarios» preparadas por los organismos tapaderas de la CIA. Sus cuentas bancarias secretas son protegidas en los paraísos fiscales de ultramar, propiedad de los países del G7, lejos de las lamentaciones de nuestros pueblos que reclaman justicia.

Transparecia jamás vio ni oyó de todo esto. Y acusa a Paraguay de corrupto. Y a Venezuela. Y a Ecuador. Y a Bolivia del heroico Evo Morales. Y tiene su cómplice mediático en todo el mundo, como aquí al diario antilatinoamericano y antiparaguayo ABC Color de Aldo Zuccolillo, que tituló regocijado el 27 de octubre pasado: «Venezuela y Paraguay, los más corruptos de América«.

Pero no hay que extrañarse. Transparencia es otro invento del mismo imperio que nos saquea y nos asalta todos los días. El periodista e investigador Thierry Meyssan escribió recientemente en Red Voltaire: «La NED, vitrina legal de la CIA«, donde cuenta que desde hace 30 años, la National Endowment for Democracy (NED) se encarga de la parte legal de las operaciones ilegales de la CIA. Y la NED, la Fundación Nacional para la Democracia, fue instituida por el Congreso de los Estados Unidos en 1983, bajo patrocinio del presidente Ronal Reagan. El Congreso había prohibido a la CIA los golpes de Estado como método para conquistar nuevos mercados. La NED, inmediatamente recibió dinero de los contribuyentes de la Unión para desarrollar los planes imperiales.

«Existen fondos provenientes esencialmente de la Agencia Estadounidense de Ayuda Internacional (USAID), que transitan por la NED sin aparecer en su presupuesto, simplemente para darles un carácter «no gubernamental». Además, la NED recibe indirectamente el dinero de la CIA, previamente blanqueado por intermediarios privados como la Smith Richardson Foundation, la John M. Olin Foundation o la Lynde and Harry Bradley Foundation», agrega Thierry Meyssan

El origen de Transparencia

«Durante los 30 últimos años, la NED ha sido portadora de esa contradicción, que se ha concretado en la desestabilización de numerosos Estados. Miles de crédulos militantes de ONGs han violado la soberanía de los pueblos con la beatífica sonrisa de quien tiene la conciencia tranquila», señala Meyssan. Y la NED financia cuatro estructuras bien conocidas:

1- El Instituto de Sindicatos Libres (Free Trade Union Institute – FTUI), hoy rebautizado como Centro Americano para la Solidaridad de los Trabajadores (American Center for International Labor Solidarity – ACILS), cuya gestión está en manos del sindicato obrero AFL-CIO.

2- El Centro para la Empresa Privada Internacional (Center for International Private Entreprise – CIPE), cuya gestión está en manos de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos.

3- El Instituto Republicano Internacional (International Republican Institute – IRI), cuya gestión está en manos del Partido Republicano.

4- El Instituto Nacional Democrático de Asuntos Internacionales (National Democratic Institute for International Affairs – NDI), cuya gestión está en manos del Partido Demócrata.

El CIPE es conocido por algunas de sus creaciones «geniales» como el Foro Económico Mundial, que se reúne cada año en Davos, Suiza, y Transparencia Internacional que es ante todo «una fachada para las actividades de la CIA en materia de inteligencia económica». Por ejemplo, el corresponsal del CIPE en Venezuela fue Pedro Carmona, quien encabezó el golpe de Estado en Venezuela contra el presidente Hugo Chávez, instigado por Estados Unidos.

Aquí en Paraguay, la ex directora de Transparencia, la abogada de transnacionales Pilar Callizo, confrontó el año pasado con representantes del BID por problemas de «corrupción», aún cuando hay certeza de que «entre bueyes no hay cornadas». El senador colorado Juan Carlos Galaverna, que goza de la simpatía de la «estación» de los Estados Unidos en Asunción, le dedicó 9 minutos a Callizo en ocasión de un discurso de corte erótico en el Senado, cuando señaló que respetaba a las putas con carteritas, pero no a las putas con escapularios, aludiendo a la entonces presidenta de Transparencia Internacional. Cayó en desgracia, o mejor dicho, en evidencia y la Callizo se fue a su casa y Transparencia se cerró en Paraguay por corrupta.

Tal es Transparencia Internacional. Y tal es el garrote del sistema imperial, que de nuevo blande sobre los países del tercer mundo la arrogante calificación de qué nación es o no corrupta y por lo tanto la elegibilidad o no para las inversiones extranjeras, ese mismo capital especulativo y depredador que recorre el mundo asaltando las naciones.

Japoina Transparencia.

Idilio Méndez Grimaldi es periodista, investigador y miembro de la Sociedad de Economía Política del Paraguay, SEPPY.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.