Con la cesión de un 5% del capital de France Télécom, el nuevo Gobierno francés ha vuelto a vender participaciones del Estado con el objetivo de frenar el aumento de la deuda que se prevé debido a las reducciones de impuestos anunciadas por su presidente, Nicolas Sarkozy, en la campaña electoral. Tras un paréntesis de […]
Con la cesión de un 5% del capital de France Télécom, el nuevo Gobierno francés ha vuelto a vender participaciones del Estado con el objetivo de frenar el aumento de la deuda que se prevé debido a las reducciones de impuestos anunciadas por su presidente, Nicolas Sarkozy, en la campaña electoral.
Tras un paréntesis de varios meses, que ha coincidido precisamente con el periodo electoral, la ministra de Economía, Christine Lagarde, anunció el domingo que se venderá entre el 5 y el 7% de la participación estatal en el operador de telefonía France Télécom. Actualmente, la participación estatal es del 32,41%.
Se prevé que el Estado francés logre entre 2.700 y 3.700 millones de euros con esta transacción que se destinarían a compensar el descenso de recaudación -estimado en 11.000 millones de euros- que supondrán las medidas de reducción de impuestos prometidas por Sarkozy, que beneficiarán a las grandes fortunas.
Mientras, la deuda pública francesa llegó a los 1,14 billones de euros a finales de 2006, lo que supone el 63,7% del Producto Interior Bruto (PIB). De esto modo, París superó el límite del 60% que establece el Pacto de Estabilidad y Crecimiento Europeo.
Distintos analistas apuntaron la posibilidad de que la próxima «joya de la corona» que el Estado francés se vea obligado a vender para cuadrar sus cuentas sea la eléctrica EDF, ya que el capital público es del 87% y la ley le permite desprenderse de acciones hasta llegar al 70%.