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Ucrania: ¿Qué autodeterminación?

Fuentes: Hebdo L´Anticapitaliste

Detrás de sus gesticulaciones, son visibles los apuros de las potencias occidentales. Y, a pesar de un referéndum ganado de antemano en Crimea, Ucrania puede permanecer unida, pero ¿con qué condiciones? Ni la UE, ni la Rusia de hoy son las de los años 1990, como tampoco Ucrania es la antigua Yugoslavia, aún si hay […]

Detrás de sus gesticulaciones, son visibles los apuros de las potencias occidentales. Y, a pesar de un referéndum ganado de antemano en Crimea, Ucrania puede permanecer unida, pero ¿con qué condiciones?

Ni la UE, ni la Rusia de hoy son las de los años 1990, como tampoco Ucrania es la antigua Yugoslavia, aún si hay que tomarse en serio los riesgos de explosión. Si el país estallara, las regiones cercanas a la UE, al contrario que Eslovenia y Croacia, serían las más pobres: las partes rusófonas del Este, más industriales, tienen una renta por habitante del orden del doble de las partes occidentales /1. Querer lazos con Rusia no hace del régimen de Putin un polo de atracción, de la misma forma que querer relaciones con la UE no implica un apoyo a reformas económicas destructoras. Otra cosa es el acuerdo político flexibilizando el tema de los visados que acaba de ser firmado. Las aspiraciones de Maidan a tales lazos, y por un estado de derecho, eran ampliamente compartidas.

¿Sanciones y «crisis del gas»?

Una guerra de sanciones provenientes de Rusia y de Occidente sería explosiva para Ucrania, igual que su integración en un «bloque» contra el otro. El proyecto de «Partenariado oriental» propuesto por la UE a seis países limítrofes es aberrante, debido tanto a su contenido de liberalización destructiva como a la contradicción que implica con los lazos económicos con Rusia: divide Moldavia y ha estado en la raíz de la crisis ucraniana de noviembre /2.

Una nueva «crisis del gas», como la de 2006 entre Rusia y Ucrania, sería un desastre, para Ucrania y para otros muchos países. Teniendo en cuenta las necesidades y el empobrecimiento de otros yacimientos, la dependencia de la UE del gas ruso debería pasar de cerca del 50% al 70% en 30 años. Aplastante para los antiguos miembros o socios de la URSS, es del 65% en Austria, 37% en Alemania y en Italia, países que han buscado acuerdos directos con Moscú. La Comisión Europea defendía más bien emanciparse del gas ruso vía el proyecto Nabucco. Pero habiendo encajado varios reveses y siendo muy costoso, éste ha sido abandonado en junio de 2013.

Rusia sigue siendo por tanto el primer suministrador de gas natural de la UE, gas que transita en un 80% por Ucrania. Pero la UE, en estas condiciones, es también un recurso mayor y un socio comercial importante para Rusia. Ucrania es pues un lazo entre los dos.

Divisiones: ¿fragilidad u oportunidades?

No se pueden asimilar las regiones rusófonas de Ucrania con Crimea, el «regalo», entonces anodino, de Kruschov en 1954. En el referéndum en 1991, cuando en las regiones del este rusófono votaban más del 80% a favor de la independencia, solo alrededor del 30% de la población de Crimea votaba «sí». Fue necesaria la concesión de una radical autonomía en 1993 para impedir una lógica de secesión. El 12% de tártaros de Crimea que han llamado a boicotear el reciente referéndum -como los albaneses de Macedonia o los serbios de Croacia habían boicoteado los referéndums de independencia de esas república- se encuentran a su vez en una posición bisagra para negociar derechos sociales y nacionales, del lado ruso y ucraniano.

Se puede y debe buscar transformar estos conflictos en oportunidades y superar lo más rápidamente posible las incertidumbres constitucionales y políticas que son fuentes de manipulaciones explosivas: el actual «gobierno de unión», incluso si consta de una parte de legitimidad, es una deformación tanto del peso real de la extrema derecha en el país, como de los demás partidos y de las aspiraciones de Maidan. La elección presidencial no permitirá tampoco una representación del país entero ni de las opciones plurales posibles.

Es necesario por tanto un procedimiento democrático que permita a las poblaciones de todo el territorio expresarse sobre los programas propuestos, pero también para que se conozca la verdad sobre el centenar de muertos de esta grave crisis. Una comisión de investigación ad hoc, bajo control popular e internacional pluralista, debería permitir que los responsables respondieran de sus actos ante la justicia. Paralelamente, debería ser convocada una asamblea constituyente representativa de todo el país. ¿Las poblaciones de Crimea, hayan participado o no en el reciente referéndum, no podrían entonces tomar parte en ella?

Notas

1/ http ://russeurope.hypotheses.org

2/ http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article30944 

Fuente: Hebdo L´Anticapitaliste -235

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR