Recomiendo:
0

Grecia

Ultraderecha, mentiras y cintas de vídeo

Fuentes: Rebelión

La coalición de gobierno en Grecia se encontró ayer con un escándalo político inesperado y que augura proporciones y resultados desconocidos. Todo debido a la filtración de un vídeo ‘robado’ donde se recoge parte de una entrevista entre el jefe de la oficina del Primer Ministro, Takis Baltakos, y el parlamentario y portavoz del partido […]

La coalición de gobierno en Grecia se encontró ayer con un escándalo político inesperado y que augura proporciones y resultados desconocidos. Todo debido a la filtración de un vídeo ‘robado’ donde se recoge parte de una entrevista entre el jefe de la oficina del Primer Ministro, Takis Baltakos, y el parlamentario y portavoz del partido ultraderechista Amanecer Dorado (AD), Ilias Kasidiaris.

Los medios de prensa al unísono destacaron en primera plana el contenido de la conversación, haciendo leña del árbol caído (Baltakos) y rasgándose las vestiduras ante tamaño escándalo, como si hasta ahora no hubieran sido claras las conexiones entre el partido de Antonis Samarás, Nueva Democracia (ND), y el grupo fascista. Como si no hubiera casos denunciados sobre la connivencia policial con los ataques racistas, como si los ministros de Orden Público, Justicia y Sanidad no fueran lo suficientemente fascistas (acreditados y confesos), como si las decenas de miles de inmigrantes recluidos en campos de concentración estuvieran allí por decisión propia y, en fin, como si ND no hubiera mirado hacia otra parte ante cada atentado y asesinato cometido por los grupos de choque de Amanecer Dorado.

La noticia cayó como una bomba en la mansión Maximos, sede del ejecutivo griego, desde donde se negó cualquier relación con las actuaciones de Baltakos (que para entonces ya había presentado su dimisión) y aseguraron que «se había convertido en independiente y seguía una agenda personal». Algo en extremo increíble teniendo en cuenta que Nueva Democracia trata por todos los medios de captar los votos que se le van por la derecha, y que Baltakos integra el círculo de confianza de Samarás, con el que colabora estrechamente desde hace más de 30 años.

Las revelaciones, sin decir nada que no se supiera, muestran claramente las estrechas y hasta cordiales relaciones entre la Secretaría del Primer Ministro y AD, y apuntan hacia un presunto trato de favor por los ministerios de Orden Público y Justicia en el proceso judicial que se sigue contra la formación ultra. Resulta curioso que el ministro de Orden Público, Nikos Dendias, se extrañe ante las críticas por la pasividad de su ministerio con la violencia fascista cuando durante meses han tenido almacenados y sin resolver 32 expedientes de acciones terroristas, y que solo tras el asesinato de Pavlos Fyssas -y gracias a la enorme presión recibida desde el exterior (especialmente de Washington y del lobby judío)- se decidiera pasarlos a los juzgados.

El experto en derecho constitucional Yorgos Katrugalos explicó al diario digital TPP que el vídeo no muestra nada nuevo «pero confirma lo que sospechábamos de Nueva Democracia, su benevolencia con la impunidad delictiva de Amanecer Dorado y el coqueteo electoral para tratar de impedir la victoria de la izquierda».

También desde el partido Izquierda Democrática (Dimar), que formó parte de la coalición de gobierno hasta junio de 2013, se comunicó que miembros de ND amenazaron con gobernar junto a Amanecer Dorado, durante la tramitación de la ley antirracista, y promovieron el endurecimiento de leyes. El que fuera ministro de Justicia de esta formación, Antonis Rupakiotis, fue claro ayer al asegurar que las actividades de Balkatos no eran personales y respondían a una política del gobierno, que ahora trata de quitar hierro al asunto. Fue Baltakos quien trató de introducir disposiciones abiertamente xenófobas en numerosas leyes y quien amenazó con integrar al grupo fascista en la coalición de gobierno opara presionar a Dimar hacia posiciones más derechistas y vencer la resistencia de Rupakiotis, al que consideraba un «comunista peligroso» y cuya eliminación del gobierno solicitó a Samarás en, al menos, dos ocasiones.

El juego de Nueva Democracia consistió en quitarse políticamente de en medio a AD. Por eso tra el asesinato de Fyssas criminalizaron y encarcelaron a sus diputados (pensando que con ello recogerían los votos de la extrema derecha), pero dejaron libre al ala paramilitar (y de ahí la concesión de la libertad condicional de Kasidiaris). Pero el portavoz de los neonazis, para tratar de asegurar su defensa y ante el complicado futuro que se le presenta, decidió grabar sus encuentros aunque ello supusiera derribar a su hombre en el gobierno con el objetivo de salvarse a sí mismo. Hay más cintas y es muy probable que en los próximos días vayan apareciendo nuevos capítulos.

En una entrevista concedida ayer a una emisora de radio, Baltakos dijo haber actuado de buena fe, y en beneficio del país y de su partido. Aseguró que del medio millón de votantes de Amanecer Dorado ninguno es nazi, y sobre el contenido del resto de las cintas que está por aparecer dijo no recordar nada (¿les suena la cantinela?).

Todos los grupos políticos han pedido la comparecencia de Samarás y de los ministros señalados ante el Parlamento, para que expliquen el contenido de las conversaciones y asuman sus responsabilidades políticas. Incluso desde el Pasok, socio en la coalición de gobierno, voces como la del exprimer ministro Yorgos Papandreu dijeron que «la responsabilidad del ejecutivo es evidente y no basta con la dimisión de Baltakos», pidiendo que se elimine a los elementos de extrema derecha que hay en el gabinete.

A su vez el Jefe de la Fiscalía del Juzgado de Primera Instancia de Atenas dio instrucciones para llevar a cabo una investigación preliminar para determinar si la grabación y posterior publicación del vídeo, por parte del diputado fascista Kasidiaris, podría ser constitutiva de delito.

El circo no ha hecho sino empezar.

Antonio Cuesta es corresponsal en Grecia de la agencia Prensa Latina. Su blog de noticias es: http://deatenas.tumblr.com/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.