La hegemonía del fujimorismo en el futuro congreso estructura una realidad política que implica un serio revés para la lucha por la solución de las demandas expuestas en la agenda laboral y social propugnada principalmente por la CGTP. Si bien el Frente Amplio ha logrado un espacio relevante, aún es un misterio la solidez de […]
La hegemonía del fujimorismo en el futuro congreso estructura una realidad política que implica un serio revés para la lucha por la solución de las demandas expuestas en la agenda laboral y social propugnada principalmente por la CGTP. Si bien el Frente Amplio ha logrado un espacio relevante, aún es un misterio la solidez de dicha bancada, teniendo en consideración que los parlamentarios del APRA, Peruanos por el Kambio, Alianza Popular y hasta de Acción Popular junto a los fujimoristas pueden bloquear cualquier iniciativa planteada desde los trabajadores y trabajadoras.
En ese sentido, la posibilidad de lograr una Ley General de Trabajo ahora es mínima, al igual que la derogatoria de la Ley Servir y de los diversos regímenes laborales especiales. También se dejarían de lado otras decisiones destinadas a disminuir la informalidad, sin eliminación de derechos laborales. Por el contrario, las exigencias de los funcionarios del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) dadas en octubre del año pasado para que se flexibilice el marco laboral en el Perú, tienen ahora la legitimidad y hasta la legalidad para que se concreten en este periodo.
Este escenario, obliga a las organizaciones y movimiento social tomar decisiones de fondo para asumir los retos que se avecinan y evitar que lo ocurrido en la década de los noventa vuelva a repetirse, tomando en cuenta que estamos en plena desaceleración económica y quienes disputarán la segunda vuelta son dos representantes de los grupos de poder económico que impondrán, ahora más envalentonados y al extremo, la libertad de empresa por encima del resto de libertades.
En esta situación urge establecer algunas acciones para afrontar la realidad política. Aquí algunas sugerencias que se recogen del diálogo y el debate en las organizaciones:
-Tomar las calles. Las organizaciones sociales, como la CGTP, deben asumir su rol de conquistar los espacios públicos con el fin de estructurar un poder convocante, que movilice la ciudadanía. Para ello, se debería establecer un acuerdo entre la Central Mariateguista y otras organizaciones relevantes para tener una agenda en común.
– Pacto Político. Establecer líneas de apoyo con los congresistas (de preferencia del Frente Amplio) que asuman las demandas de la CGTP y de otras organizaciones afines a los intereses de los trabajadores para enfrentar las decisiones antilaborales (y las que vayan en contra de los intereses del país) que decida el nuevo parlamento. Este pacto debería llegar al nivel de seguir considerando el liderazgo de Verónica Mendoza en la izquierda.
– Medio de comunicación. Organizar un instrumento de difusión masiva que permita comunicar las demandas, acciones y propuestas de la izquierda y los trabajadores.
– Renovación. Propiciar el recambio de cuadros dirigenciales en la CGTP, además de despartidirizar la elección de dirigentes. Asimismo, se debería convocar en los espacios de conducción a organizaciones que tengan incidencia relevante en sus sectores. Esto también tendría que ocurrir en el resto de organizaciones.
– Liderazgo. Asumiendo la anterior propuesta, la CGTP tiene que retomar el liderazgo social que siempre se le ha reconocido, no sólo como organización convocante sino por tener voceros que comuniquen, cuestionen y propongan al país y que sean considerados líderes de opinión por la ciudadanía y los demás actores políticos.
– Cuadros técnicos. Convocar a profesionales para que se integren a la defensa de la agenda social y laboral en los diversos campos del conocimiento.
– Economía. Establecer un plan de captación recursos y financiamiento para el sostenimiento de la lucha.
Estas son algunas de las propuestas destinadas a fortalecer la lucha y así enfrentar la ofensiva antilaboral que se avecina en el siguiente lustro. Para ejecutarlas, se necesita la voluntad política y la capacidad de promover el cambio que demanda gran parte de la ciudadanía y los propios trabajadores sindicalizados y no sindicalizados.
José Chahua Gonzales, Periodista
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.