Queremos realizar un debate necesario con todos los activistas sindicales y populares referenciados con el Frente Amplio, en relación a la posición tomada por la más numerosa organización de izquierda de este país y la única con representación parlamentaria. Creemos que la declaración del Frente Amplio sobre el conflicto en la frontera nica-costarricense lejos de […]
Queremos realizar un debate necesario con todos los activistas sindicales y populares referenciados con el Frente Amplio, en relación a la posición tomada por la más numerosa organización de izquierda de este país y la única con representación parlamentaria.
Creemos que la declaración del Frente Amplio sobre el conflicto en la frontera nica-costarricense lejos de ayudar a fortalecer las posiciones del campo popular, contribuye a desorganizarlo y confundirlo. Analicemos, la declaración del Frente Amplio afirma que lo que hay en curso en la frontera es una «ocupación de territorio costarricense por las Fuerzas Armadas de Nicaragua.»
Y que por lo tanto: «En el conflicto con Nicaragua o con cualquier otro país, siempre nos colocaremos en defensa de los legítimos intereses y derechos de nuestra patria, de su soberanía y de su integridad territorial continental y marítima.» Continua más adelante afirmando: «El Frente Amplio apoya sin cálculo ni egoísmo al Gobierno de Costa Rica en todas las gestiones que lleve a cabo en defensa de los intereses nacionales, por las vías acordes con nuestra tradición de país amante de la paz y respetuoso del derecho internacional.»
Antes de este escandaloso apoyo al gobierno oligárquico, el Frente Amplio se había autodefinido como un partido que: «nació a la vida política en defensa de los derechos de nuestro pueblo y de nuestra nación, tan traicionados y mancillados por las fuerzas de la derecha neoliberal» pero que también es «un partido internacionalista».
Hay que esforzarse para colocar tantos errores y confusiones juntos en un texto tan chico y queremos presentar los argumentos de nuestra crítica a las posiciones patrioteras y progobiernistas del Frente Amplio:
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Los revolucionarios centroamericanos, desde Morazán, pasando por Farabundo Martí, Sandino, Roque Dalton y un largo etc. creemos que Centroamérica es una sola nación artificialmente divida por el imperialismo yanqui. La única soberanía que defendemos y la única patria que reconocemos es la patria centroamericana que ha balcanizado el imperialismo y las oligarquías provinciales.
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En este conflicto no están en juego los intereses legítimos de ninguna patria, Ortega y Chinchilla son gobiernos simétricos que defiende los intereses de una pandilla de oligarcas a cada lado del Rio San Juan. Baste señalar que ambos partidos de gobierno: 1) Apoyaron y aprobaron el TLC. 2) «doblaron» la constitución para permitir la re elección de su caudillo. 3) han construido «partidos» (el PLN y el FSLN) que en realidad son maquinarias de clientela y chantaje de las necesidades de los empobrecidos. 4) Ambos son gobiernos integristas que tienen como uno de sus soportes principales a las jerarquías católicas y llevan adelante una guerra contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. 5) Ambos gobiernos invierten sumas gigantescas de sus miserables presupuestos nacionales en seguridad, defensa y ejército, que luego usan para reprimir a su propio pueblo. 6) Ambos gobiernos tienen una guerra declarada contra la naturaleza y contra los derechos colectivos y salariales de los trabajadores.
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No creemos que exista ninguna invasión de ningún territorio, el conflicto es una polvareda que levantan dos gobiernos oligárquicos para intentar levantar su popularidad alicaída.
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Es imposible que el gobierno de Laura Chinchilla, por el simple hecho de matonear contra el gobierno de Ortega, se haya convertido mágicamente de la agente de los intereses de las mineras, la piñeras, las hoteleras y los grandes bancos en la «defensora de la soberanía nacional» como nos hace creer el Frente Amplio.
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Mientras el Frente Amplio llama a apoyar al gobierno, desorganiza las filas del campo popular y contribuye a la división de dos pueblos hermanos; el gobierno sigue avanzando con su plan de austeridad y recortes como se muestra con el incumplimiento del pago de los salarios docentes en noviembre.
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Frente Amplio que grita y vocifera en defensa del Socialismo del Siglo XXI y del ALBA (expresión supuesta de su internacionalismo) ahora cierra filas con los gobiernos mimados del imperialismo Panamá y Costa Rica, contra los supuestos gobiernos progresista que dice defender.
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La actitud del Frente Amplio ayuda a mixtificar dos aspectos más: el carácter pacífico y humanitario de la OEA y la ONU y la tradición de paz de Costa Rica. Baste recordar la invasión a Dominicana en 1965 y la expulsión de Cuba de la OEA en 1960 para ver el carácter imperialista y guerrerista de la OEA, asimismo el movimiento popular conoce las denuncian de las vejaciones y violaciones que sufre el pueblo haitiano en manos de la Minustah de la ONU, una auténtica tropa de ocupación colonial, donde los ejércitos de los supuestamente progresistas Lula, Kirchner y Morales contribuyen con tropas y le facilitan la labor al imperialismo. Mixtifica también el Frente Amplio la supuesta tradición de paz de Costa Rica y su oligarquía, que es más bien una tradición de impunidad frente a los horrorosos crímenes sociales y políticos que ha realizado o apoyado: ¿No apoyó la oligarquía tica, inclusive con tropas, la ocupación de Republica Dominicana en 1965?, ¿No sirvió nuestro territorio en los 80´s para agredir a la revolución sandinista?, ¿No apoyó el gobierno de Pacheco la ocupación yanqui de Irak?, ¿No ha firmado el gobierno de Chinchilla acuerdos de cooperación militar con yanquis y colombianos? Más aún: ¿No se mantiene impunes y sin condena los asesinatos del Codo del Diablo, de Viviana Gallardo, de los ecologistas, de los campesinos de Bambuzal? ¿Es esto una tradición de paz? Más parece una historia de impunidad oligárquica que el Frente Amplio quiere embellecer.
Poco ha ayudado el Frente Amplio a que el pueblo costarricense se eduque en un verdadero internacionalismo. Ellos que pasan diciendo que son una partido de hondas raides nacionales, hubieran recuperado la tradición de Aniceto Montero y Vicente Sanz, intelectuales socialista que en 1921 cuando la oligarquía costarricense y panameña desataron una guerra fronteriza para ocultar sus problemas y destruir la creciente radicalidad del movimiento obrero, levantaron su voz y denunciaron la guerra como una guerra de rapiña al servicio de las transnacionales bananeras. No le pedíamos nada más que eso al Frente Amplio que al ver una pelea entre dos pandillas de delincuentes dijera: esta nos es nuestra pelea.
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