Mientras 19.359.017 electores (casi un 58 por ciento del censo electoral) se han negado a votar en el referéndum sobre la «Constitución» Europea, 10.804.464 votaban por el sí (poco más del 32% del censo), casi dos millones y medio votaban en contra y 850.000 votaban en blanco. Por tanto, hoy puede afirmarse con toda certeza […]
Mientras 19.359.017 electores (casi un 58 por ciento del censo electoral) se han negado a votar en el referéndum sobre la «Constitución» Europea, 10.804.464 votaban por el sí (poco más del 32% del censo), casi dos millones y medio votaban en contra y 850.000 votaban en blanco. Por tanto, hoy puede afirmarse con toda certeza que menos del 33% del censo ha apoyado el proyecto de «Tratado Constitucional».
Por encima de las aparentes celebraciones de los partidarios de la Unión Europea -celebraciones, por cierto, en las que no faltan los ataques mutuos por el fracaso de participación- queda patente el enorme rechazo del electorado al pucherazo del referéndum. Los ciudadanos se han negado a aprobar un tratado del que quizá no conocen la letra, pero del que instintivamente desconfían, porque saben las consecuencias que traen las políticas impuestas desde Bruselas. Y han rechazado la campaña amañada en que el gobierno y los partidarios del Sí se han adjudicado el 90% de espacio en los medios de comunicación, se han repartido 8.287.587 euros (frente a sólo 735.758 para los partidos parlamentarios que defendían el No), más otros 8 millones de euros de la campaña «institucional» (cuyo lema central fue declarado ilegal por la Junta Electoral Central, a pesar de lo cual se ha seguido utilizando en millones de folletos y carteles) y han contado con toda la prensa y medios de comunicación a su favor. El esperpento ha llegado hasta a la organización de supuestos «debates» en muchas cadenas de TV en los que sólo se invitaba a «debatir» entre ellos a los partidarios del sí, y a la multiplicación de artículos, textos e incluso chistes a favor del Sí en numerosos periódicos durante la «jornada de reflexión» y el propio día de la votación.
Celebran un 32% de apoyo, que no da ninguna legitimidad
Hoy, los partidarios del Sí celebran en público una «victoria» que supone el apoyo de poco más del 32% del censo a la Constitución Europea. Pero ese ridículo porcentaje no da a la Unión Europea y sus partidarios ninguna legitimidad para llevar a acabo sus ataques contra los servicios públicos, contra los derechos laborales, contra las conquistas sociales.
La Comisión Europea acaba de exigir una nuevo recorte de las pensiones. Acaba de pronunciarse contra la actualización del salario mínimo según la inflación y contra las cláusulas de revisión en los convenios. En su
nombre, el Comisario Almunia acaba de exigir una nueva reforma laboral. ¿Qué legitimidad tienen para hacer esto con apenas un 32% de apoyos?
Por el contrario, por primera vez en la historia, cerca de dos millones y medio de electores han rechazado abierta y directamente a la Unión Europea, sus planes y su «Constitución».
Un rechazo obrero y popular
«El ‘no’ destaca en las grandes ciudades», es uno de los titulares de El Periódico. Efectivamente, el País Vasco, Cataluña, Madrid ocupan los primeros lugares del voto no, que es también muy importante en grandes municipios asturianos. «La capital y municipios del cinturón como Alcorcón y Getafe apoyaron el texto europeo con más reservas». El eufemismo no logra ocultar la hostilidad de sectores obreros importantes a la Unión Europea.
Por ello es una tergiversación la de quienes atribuyen el voto no en el País Vasco, Cataluña y Madrid a motivaciones opuestas, como si el NO de Madrid fuese de «sectores derechistas».
La clase obrera es la titular fundamental del voto NO en todo el Estado español.
A ello hay que añadir la importantísima abstención obrera.
En el barrio del Carmelo, siniestrado recientemente en Barcelona, votó sólo el 27%. En toda la zona obrera circundante, los Nueve Barrios, la abstención fue del 59,3%. En el cinturón de Barcelona, la abstención fue del 64% en Badalona, San Adrián, Rubí, y se acercó a esa cifra en Sant Boi, Sant Vicenç. Ripollet, Manresa, Santa Coloma, Gavà, Viladecans, poblaciones obreras.
Los distritos de Madrid con mayor abstención son los de Centro, Usera, Vicálvaro, Vallecas, Carabanchel, Villaverde, es decir, las zonas obreras. La abstención fue también particularmente elevada en Fuenlabrada, Móstoles, Alcalá, Aranjuez, Alcorcón.
Poblaciones obreras como Abanto, Erandio, Carranza, Sestao, Santurce. Rentería, Eibar tienen una abstención superior a la media ya elevada del País Vasco.
Y a nivel global, Asturias y Andalucía destacan por su elevada abstención. Es decir, los graneros de voto del Partido Socialista han sido focos de abstención. Una gran parte de los que llevaron a Zapatero al Gobierno se han abstenido.
Y es que el voto No y la abstención configuran una verdadera radiografía de los damnificados por la Unión Europea, sus reformas, las deslocalizaciones, las privatizaciones y cierres (Izar…)
Es falso pues que la falta de participación y el voto NO se deba al PP. Por el contrario, comunidades autónomas dirigidas por el PP como Castilla León y Galicia están en los primeros lugares de participación y de voto sí.
La resistencia a la Unión Europea en el Estado español, alimentada por la experiencia de veinte años, si bien no ha llegado a expresarse en un NO masivo por la actitud de las cúpulas políticas y sindicales del movimiento obrero, ha convertido en un tropiezo el primer paso político en la ratificación de la Constitución Europea.
Y el 17% de votos NO, en gran medida votos obreros y populares, expresa una clara expresión política para nada despreciable, muy superior a los votos de los partidos parlamentarios que propugnaban el no (en muchos casos, con la boca pequeña).
Los trabajadores han respondido. La mayoría que el 14 de marzo votó por el PSOE se ha opuesto con en este referéndum, con la abstención y el voto NO, a la política que Zapatero les proponía, dictada por Bruselas y su ‘Constitución’.
Y ahora ¿qué?
La mayoría que se expresó el 14 de marzo se ha vuelto a expresar, a través del No y la abstención, buscando instrumentos para actuar, para resolver a su favor la crisis abierta en este país por haber tomado el Gobierno una orientación contraria a las aspiraciones de quienes le eligieron.
Las declaraciones oficiales pueden ignorar el 70% del no y la abstención. Pero cuando pretendan aplicar la política de Bruselas, chocarán con las aspiraciones de todos los trabajadores. También de los que han creído la palabra de Zapatero sobre que Europa garantiza la paz y los derechos.
Hay que dar medios para organizarse a los sindicalistas que han propugnado el NO, a los jóvenes, a los ciudadanos, para dar puntos de apoyo a la acción unidad de los trabajadores con sus organizaciones contra las inaceptables imposiciones de Bruselas.
Desde que el 18 de septiembre lanzó campaña en defensa de Izar y contra la Constitución Europea, Trabajadores y Jóvenes por la Democracia, impulsada por Información Obrera, ha conseguido abrir el diálogo con amplios sectores.
En este sentido, sindicalistas que han hecho campaña por el NO hacen un llamamiento a participar el 18 de marzo en Madrid en un encuentro obrero europeo por la paz, la democracia y los derechos de los trabajadores, organizado por el Acuerdo Internacional de los Trabajadores y de los Pueblos. «Necesitamos que participéis plenamente en este encuentro, que enviéis delegados para que podamos discutir libremente y con toda fraternidad sobre el estado actual del movimiento obrero y de sus organizaciones, sobre la lucha común a librar en defensa de los derechos de los trabajadores, de la paz, de la democracia, de la soberanía de las naciones, por la unión libre de las naciones libres y soberanas de Europa, desembarazadas de las instituciones totalitarias de Bruselas y de la OTAN.»
El Encuentro Europeo de Trabajadores del 18 de marzo, en que los militantes que en el Estado Español hemos librado la primera batalla contra la Constitución Europea trabajemos unidos con compañeros que en toda Europa continúan ese combate, puede ser el primer paso para construir un amplio marco para el diálogo y la acción común en que trabajadores y jóvenes de diversas procedencias y organizaciones trabajemos unidos por la unidad de los trabajadores y sus organizaciones en contra de la política de la Unión Europea contra los trabajadores y los pueblos, marco de acción común que pretende reflejarlas aspiraciones del mayoría para acabar con el continuismo de la política de Aznar, mayoría que exige, entre otras medidas inmediatas:
* Que no se toque el régimen de jubilación. Al revés, que se recuperen todos los derechos.
* Anular el plan de cierre de Izar y mantener los puestos de trabajo.
* Los ferrocarriles y RTVE deben seguir siendo públicos, con toda su plantilla.
* Abolir la LOU, la LOCE y retirar el decreto de grados.
* Restablecer todos los servicios públicos.
* Restablecer todas las libertades y dar solución democrática a la cuestión nacional.
No hay necesidad más importante. Os invitamos a reuniros en todas partes con Trabajadores y Jóvenes por la Democracia para hacer balance de esta lucha y para discutir en común cómo continuarla.
(*) Periódico INFORMACION OBRERA
Desengaño, 12, 1º 3A. 28004 Madrid – [email protected] http://www.informacionobrera.org