Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín
Los escándalos en las altas esferas ucranianas se suceden uno tras otro. Especial eco ha tenido el último, ocurrido en el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, por sus siglas en ucraniano), y que ha terminado con el decreto nº827 del presidente Yushenko con fecha 13 de octubre de 2009, que establece el cese en su cargo del vicepresidente del SBU, un tal Andrei Kislinsky.
Yushenko tomó la decisión después de que el presidente del SBU solicitase la destitución de este funcionario, que había sido nombrado vicepresidente del Servicio de Seguridad Ucraniano en junio del presente año. Se vio obligado a hacerlo después de que la Comisión del Ministerio de Educación estableciera que: el señor Kislinsky nunca había cursado estudios en ningún centro de educación superior, y mucho menos en la Universidad Nacional de Kiev, Shevchenko, como decía el diploma que presentó al ser ascendido a funcionario de alto rango.
Los detalles del escándalo están repletos de «perlas» de la más baja ralea.
El lío con el diploma universitario del ex vicesecretario del presidente de Ucrania, y como es lógico, ex vicepresidente del SBU Kislinsky, comenzó a armarse tras las declaraciones del diputado de la Rada, Moskal, quien declaró que el «yushenkista» Kislinsky en sus años mozos se había estado ganando un extra como proxeneta en la carretera Lugansk-Antratsit.
Kislinsky denunció a Moskal por injurias, y este respondió aportando una nueva ración de material comprometedor, al desvelar que el diploma de licenciado en historia de Kislinsky era falso. Por si fuera poco, Moskal prometió aportar pruebas del pasado de Kislinsky como proxeneta.
Al mismo tiempo, el ministro de educación de Ucrania, Vakarchuk, informó de que en la base de datos del ministerio, sobre el licenciado en historia Kislinsky no consta nada. Tampoco hay ningún dato sobre este estudiante en el archivo de la principal universidad del país. Ningún profesor de la institución recuerda haberle dado clases al vicepresidente del SBU, o que apareciese en las listas de estudiantes.
El resultado de la investigación arrojó, que los diplomas de la facultad de historia, que se entregaban en el año 2000, no tienen la misma apariencia que el que aportase Kislinsky. Incluso el nombre de la universidad no se corresponde en el sello con el original «Universidad Nacional de Kiev, Taras Shevchenko». Según esta información, en el diploma de Kislinsky, en el sello, lo de «nacional» no aparece.
En su defensa Kislinsky declaró:»Me voy a mantener hasta el final, no voy a apartarme, seguiré trabajando donde designe el presidente, el estado, y seguiré cumpliendo con mi trabajo».
Podríamos ignorar este tema, si no fuese porque el señor Kislinsky, mientras ejercía como funcionario del secretariado de la administración presidencial de Yushenko, en agosto del año pasado, apareció en las principales cadenas de televisión acusando a la primera ministra Timoshenko de «traicionar a Ucrania». Para la señora Timoshenko esto no tuvo mayores consecuencias, mientras que a Kislinsky le supuso un ascenso, hasta llegar a ser uno de los primeros vicepresidentes del SBU, donde le fue encargada la misión de «desenmascarar» a las autoridades soviéticas responsables de «organizar la hambruna del 32».
¿Acaso no es un incidente como este la mejor confirmación de la «falsedad» de toda la «epopeya» del equipo de Yushenko con el tema de la hambruna, cuando el responsable de informar a la opinión pública sobre la misma, un funcionario de una de las más secretas organizaciones del país, resulta ser un simple diplomado de un instituto técnico de minas de la ciudad Krasniy Luch en la región de Lugansk, o sea un «especialista en explotación y reparación de maquinaria electromecánica de minas y componentes mecánicos»?
Pero no es lo único interesante aquí. El responsable de desenmascarar a este nuevo «Khlestakov» (1), el general Moskal, también es uno de los hombres más próximos a las altas jerarquías «naranjistas». A él, como a uno de los más fieles a la «causa naranja» especialistas en temas de seguridad, le habían destinado a las territorios donde más fuerza tiene el Partido de las Regiones (2). Primero a Crimea, luego a Lugansk, luego de vuelta a Crimea. Entre Crimea y Lugansk, este general de la policía, tuvo tiempo de ocupar el sillón de vicepresidente del SBU. Es decir, una persona bastante bien informada, diligente, pero que por lo que fuese no acababa de convencer a los «naranjistas»… Posiblemente él mismo terminó desencantado con ellos…
De Kislinsky, cuando atacaba abiertamente a Timoshenko, se decía que este joven era una criatura de la mujer del presidente, Katrin Chumachenko. La mujer del presidente sigue hoy día prefiriendo mantenerse en la sombra. Pero alguna fuerza protectora le da la confianza a Kislinsky para llevar a juicio por ofensa contra su honor y dignidad al general Moskal, quien a su vez es diputado de la Rada. Por cierto, que contra Moskal también se han levantado en armas los diputados del Partido de las Regiones. Exigen que le sea retirado el derecho a ocupar escaño por incompatibilidad en el desempeño de sus labores como parlamentario, y las de jefe de la policía en Crimea.
En lo que concierne al tema de los diplomas, este no es el primer caso cuando un título universitario se convierte en obstáculo de una carrera política. Hace apenas dos años, todos los medios ucranianos se echaban las manos a la cabeza, cuando se destapó que el ministro de justicia y miembro de «Nuestra Ucrania», Roman Zvarych, carecía de título universitario.
Mientras, el incombustible general Moskal, daba a conocer a la opinión pública, que casi el 80% de los funcionarios de mayor escala, tiene diplomas falsos. Por lo general, lo que hacen es comprar certificados en las vecinas Moldavia, Rusia, e incluso Kazajstán, que acreditan que han terminado 4º curso y luego se matriculan como externos en Ucrania para 5º año. Y después de un año de «estudios» reciben la correspondiente titulación del modelo requerido…
Circula un chiste en Ucrania: En una vaquería en ruinas se empotra un avión AN-2. Los campesinos indiferentes ya ante todo comentan:»Mira, así como es el país, así son los atentados». ¿Qué más podemos decir? ¿Qué se puede esperar de un gobierno que tiene de criado a un proxeneta con título universitario de pega?
Notas de la traducción
- Se refiere al personaje de la obra de Gogol, «Revisor».
- El partido de las Regiones, de Yanukovich representa los intereses de la oligarquía prorrusa en Ucrania. Los «naranjistas» están representados por «Nuestra Ucrania» de Yushenko y el «Bloque de Yulia» de Timoshenko.
Víctor Tolokin es el corresponsal de «Pravda» en Kiev.