Por un plan de lucha que paralice la minería, la agroindustria y el sector servicios
El gobierno de Boluarte se encuentra en la cuerda floja. Bordea el 0% de aprobación popular. Incluso, para algunos políticos de derecha como Patricia Chirinos, Dina, es una incapaz (Willax, 30/10/24). Para el Defensor del Pueblo, Josué Gutiérrez (puesto ahí por la Coalición Mafiosa del Congreso), “…las mentiras sucesivas de Boluarte implicarían una causal de vacancia…”, (LR, 22/05). Y el presidente de la Comisión de Fiscalización del Congreso, Juan Burgos, acaba de anunciar que está juntando las firmas para una moción de vacancia de Dina Boluarte por incapacidad moral permanente (basada en las declaraciones del Dr. Mario Cabani quien asegura que la presidente ha mentido ya que estuvo sedada por una cirugía plástica múltiple y no solo una afección funcional en la nariz).
En casi tres años de gobierno, el Congreso, por escándalos de corrupción y presión de la protesta social y la opinión pública, tuvo que vacar a dos premieres (Otárola y Adrianzen), y varios ministros entre el que más destaca es el de Interior, José Santivañez (un operador de la mafia política-policial) y quien todavía está gobernando tras bambalinas (despachando en la sala de la vicepresidencia de la República).
A pesar de la crisis, de un gobierno mediocre y la escalada del crimen organizado (según el SINADEF van más de 4,485 asesinados en lo que va del gobierno de Boluarte), la mafia política ha aprobado leyes que refuerzan más el régimen político pro burgués como la ley de usura bancaria, AFPs, agroexportadoras, gatillo fácil, ingreso de tropas yanquis, reelección de congresistas, imputabilidad de los jóvenes a los 16 años, cesión del mar peruano, etc.
Al respecto, el documento político de la Coordinadora Nacional de Unitaria de Lucha (CNUL) señala que, “…hemos logrado concretar la más amplia unidad, el aislamiento nacional e internacional del régimen de Boluarte, tal como lo indica el 98% del pueblo peruano que rechaza a la dictadura…”, (03/05/25).
¿Aislamiento nacional e internacional del régimen de Boluarte? La CNUL es un organismo de frente único de lucha que surge como un desprendimiento de la CONUL buscando una articulación más “amplia”. En su corto tiempo ha logrado articular importantes luchas contra la dictadura (incluso retomando las conversaciones con CONULP, las Limas y CONALREP). En su seno hay destacados luchadores sociales. No obstante, la caracterización que tiene de la coyuntura política no se condice con la correlación de fuerzas actual donde la coalición mafiosa avanza en su política anti popular como señalamos líneas arriba.
Para empezar, Boluarte es solo una ficha descartable del ajedrez político de la clase capitalista. Después del 28/07, la pueden vacar (talvez antes) y poner en su reemplazo un gobierno de transición con un presidente más reaccionario. Por lo tanto, podría caer el gobierno de Dina, pero se oxigenaría y fortalecería el régimen parlamentarista burgués que quiere Elecciones 2026 con dos candidatos de derecha (Keiko vs PBO; Butters vs. RLA; Álvarez vs RLA) que se allanen a Trump. El régimen se puso en jaque en el Paro del 19/07/77 cuando existía una izquierda partidaria combativa y paralizaba las fábricas, las minas, etc. golpeando el bolsillo de los grupos de poder.
Así las cosas, la caracterización de “aislamiento nacional e internacional” es relativo ya que el régimen político autoritario todavía tiene el apoyo del gran empresariado (por la política de reactivación de la minería, usura bancaria, etc.), el poder coercitivo (que implica más de 200,000 familias), de la burocracia estatal y de la burocracia sindical (que posa con fotos con los ministros de la dictadura). A nivel internacional, tiene el apoyo explícito de la superpotencia China, EE.UU., el FMI, BM, BID y todo el arco de presidentes ultraderechistas como Milei, Noboa, Mulino, Peña e incluso centros izquierdistas como el de Lula, Orsi, etc.
En este marco, el paro del 14 M, si bien es verdad, fue importante en Puno, Arequipa, Cusco, etc., pues, más de la mitad del país no paralizó. Incluso donde hubo paros, estos fueron focalizados en la zona sur de Puno; zona Norte y El Tambo en Arequipa, etc. En Lima, el sector transporte paralizó al 60% por todo el trabajo de agitación y propaganda en una zona que es foco del crimen organizado. Sin embargo, la minería, la agroindustria y el sector de servicios, no paralizaron. En Lima, se movilizaron 8,000 trabajadores al Congreso. Para una ciudad que alberga a 13 millones de habitantes, pues, es ínfimo. En Santiago de Chile o Bogotá, las manifestaciones eran de más de 1 millón de trabajadores.
Esto último se debe, por un lado, a la ideología individualista neoliberal, y por otro, a la estrategia política de colaboración de clases de la izquierda reformista y la burocracia sindical (que no desenvuelve Asambleas deliberativas en las minas, fábricas, agroindustria, servicios, etc. con el fin de concientizar a las bases obreras), y a la falta de una estructuración de masas de la izquierda revolucionaria en el movimiento obrero y popular. En otras palabras, el asesinato de los 13 trabajadores de Pataz fue lo que encendió la pradera y generó un ambiente de crisis que se manifestó en la renuncia del premier Adrianzen. Pero a éste le ha reemplazado Arana, otro delfín de la mafia.
Esta contradictoria situación de una gran correlación de fuerzas de la opinión pública a favor de los paros contra el crimen organizado y de un régimen político pro burgués que se refuerza solo podría ser resuelto con un diagnóstico objetivo de la coyuntura y con un Plan de Lucha que rompa con la estrategia de colaboración de clases de la burocracia sindical y que levante las reivindicaciones populares contra la mega minería, la privatización del agua, se agregue el del aumento de salario mínimo a S/. 2,500 soles (canasta básica familiar), la compra estatal de los productos campesinos, la construcción de escaleras, muros de contención, por vivienda y agua potable para los pobres, etc. y una Constituyente impuesta por el movimiento de masas movilizadas en perspectiva de un gobierno de los trabajadores del campo y la ciudad.
César Zelada. Director de la revista La Abeja obrera.
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