Reino Unido, hasta ahora, era vista como la tierra de las oportunidades: «Tendrás trabajo (porque hay trabajo), gozarás de una experiencia en el extranjero… Y de paso, ¡aprenderás inglés!» Nada más lejos de la realidad. Si bien muchas de nosotras, ingenuas, nos habíamos creído este cuento de hadas, hemos podido comprobar que la realidad del […]
Reino Unido, hasta ahora, era vista como la tierra de las oportunidades: «Tendrás trabajo (porque hay trabajo), gozarás de una experiencia en el extranjero… Y de paso, ¡aprenderás inglés!»
Nada más lejos de la realidad. Si bien muchas de nosotras, ingenuas, nos habíamos creído este cuento de hadas, hemos podido comprobar que la realidad del migrante español (como la de otras procedencias) en Inglaterra dista mucho de este sueño.
Primero, nos hemos dado cuenta que no es la tierra de las oportunidades. Aquí también hay paro, crisis, pobreza y precariedad; hay recortes en sanidad y en educación; muchos servicios que en el estado español son públicos aquí ya hace años que están privatizados gracias al sangriento legado del thatcherismo, que ahora es un modelo de implementación del neoliberalismo para muchos estados; y, por último, las trabajadoras en Inglaterra tenemos muy pocos derechos. La mayoría de nosotras lo hemos experimentado en propia piel desde el primer trabajo que tuvimos aquí, siempre con contratos basura, o directamente sin contratos, y por tanto viviendo en una precariedad e inseguridad laborales, y por tanto, económicas constantes. Todo esto acompañado de un racismo que no necesita de la excusa del color de la piel, y un nuevo tipo de sexismo disfrazado de aparente igualdad de oportunidades.
Segundo, hemos advertido que el sistema no necesita estar en crisis para ser salvajemente desigual e injusto . Aquí la crisis no es tan fuerte y, sin embargo, las medidas de austeridad impuestas a la población existen igualmente. Nuestro malestar no es culpa de la llamada crisis económica, sino de todo un sistema que, esté en un momento de vacas gordas o flacas, siempre perpetuará la desigualdad entre clases, favoreciendo a una minoría y dejando de lado a la mayoría, al 99%.
Siendo conscientes de todo esto, desde la asamblea del 15M de Londres hemos creado una Oficina Precaria en Londres. Frente los ataques a los que nos vemos sometidas, creemos que es importante hacer visible el malestar del migrante en Inglaterra y desplegar nuestra mejor arma: la solidaridad. Es por esto que hemos puesto en funcionamiento una plataforma de apoyo mutuo para acoger a las recién llegadas en la que hemos ido recolectando la información necesaria para facilitarles el aterrizaje en el país. Cuestiones como buscar piso, tener una cuenta bancaria u obtener el número de la seguridad social pueden llegar a ser complicadas para alguien que desconozca la burocracia inglesa. Y, a su vez, una asesoría laboral para ayudarnos las unas a las otras a encarar la precariedad desde nuestros puestos de trabajo. Además, queremos tomar un rol activo en la defensa de nuestras compañeras migrantes, pero extendiendo esta lucha también a todo el conjunto de las trabajadoras, tejiendo lazos con el resto de organizaciones y plataformas existentes en Inglaterra dedicadas a la asistencia social y laboral, e invitando a todas aquellas que lo quieran a involucrarse en este proyecto de solidaridad y lucha.
Fuente: http://oficinaprecarialondres.wordpress.com/2013/11/22/un-proyecto-de-solidaridad-y-lucha/