Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Los parlamentarios noruegos acaban de conceder el Premio Nobel de la Paz a la Unión Europea. En estos momentos, Noruega es uno de los pocos países de Europa Occidental que no pertenece a la UE. Por tanto, sospechamos que la modestia de los noruegos habrá hecho que se contengan de nominar a la organización que en el fondo creen que se merece realmente el premio, la OTAN, ya que a ella sí pertenecen. Puede que los modestos noruegos hayan temido que tal opción haría pensar que se daban el Premio a ellos mismos. Así pues, se lo dieron a la UE como una especie de sustituta.
Un acto admirable, que nos muestra cuánto se adhieren los noruegos a nuestros comunes valores occidentales.
Sin embargo, sostenemos que la falsa modestia no debería interponerse a la hora de premiar los méritos auténticos. Así pues, proponemos que todos aquellos que aprecien nuestros valores comunes deberían unirse tras esta proposición indecente: ¡Que el Premio Nobel de la Paz se le conceda a la OTAN en 2013!
Los prudentes noruegos justifican su elección señalando que la Unión Europea ha promovido la integración europea. Pero si uno mira los hechos, está claro que la OTAN ha integrado incluso a más países que la UE y que así continúa haciéndolo, más allá de los límites provinciales de la Europa Occidental. La UE ha integrado Europa a través de unos instrumentos económicos que incluso el Comité del Nobel admite que están viniéndose abajo. Por otra parte, la OTAN ha utilizado bombas y misiles para ganar para nuestros valores a la antigua Yugoslavia, mientras que la UE se le quedaba a la zaga. La OTAN ha utilizado sus fuerzas navales y aéreas para democratizar Libia, mientras que los dirigentes de la Unión Europea se limitaban a justificar la operación con meras palabras. Y ahora, gracias a Turquía, la OTAN está activamente implicada combatiendo al dictador sirio que asesina a su propio pueblo mientras la UE sigue aún enredada en charlas y envíos de dinero que no tiene.
Los noruegos alaban a la UE por combatir el mal del nacionalismo que se temen está en pleno auge. Sin embargo, con toda honestidad, la contribución de la UE a esta noble causa es exigua e implica tan solo a unas pocas naciones en decadencia situadas en la punta del continente euroasiático. ¿Acaso no es mucho más inspiradora la misión de la OTAN de combatir el nacionalismo llevando su benévolo dominio de democracia y derechos humanos al mundo entero? Solo cuando todas las naciones y nacionalismos estén bajo la gobernanza de los valores occidentales será cuando la paz verdadera reine por fin en todo nuestro planeta.
En la víspera del centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial, ¿qué podría hacerse más acertadamente que conceder este prestigioso Premio de la Paz a la organización que verdaderamente está dispuesta y anhelando ¡ACABAR CON TODAS LAS GUERRAS!?
¡¡En 2013: la OTAN!!
Diana Johnstone es académica y periodista independiente de origen estadounidense que lleva treinta años viviendo en París; puede contactarse con ella en [email protected] . Jean Bricmont nació en Bélgica y es físico teórico, filósofo científico y profesor en la Universidad Católica de Lovaina; puede contactarse con él en [email protected]
Fuente: http://www.counterpunch.org/2012/10/12/an-immodest-proposal-for-the-nobel-peace-prize-committee/