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Una provocación del ministro italiano Calderoli causa 11 muertos y 25 heridos en Bengazi (Libia)

Fuentes: http://quibla.net

Traducido del francés para Rebelión y Tlaxcala por Rocío Anguiano, revisado por Juan Vivanco.

Roberto Calderoli es un provocador nato. Entre la banda de mafiosos y bribones que forman el gobierno de Silvio Berlusconi, este facineroso que se cree Napoleón, el ministro de las Reformas, destaca especialmente por sus gestos y sus declaraciones de mal gusto.
Veamos algunos ejemplos, tomados de los archivos de Quibla:

En enero de 2003, cuando era vicepresidente del Senado, recomendó a todas las italianas de «más de cinco» años que «metieran en el bolso un buen par de tijeras y que las utilizaran como es debido» para defenderse de las «bestiales agresiones de los inmigrantes». Y seguía: «Nos enfrentamos a sucesos horribles, a una nueva emergencia ‘vaca loca’: niñas y jóvenes a las que se agrede y se despoja no solo de su ropa sino también de su dignidad por actos de animales. Hay que reaccionar en consecuencia».

En agosto de 2004, declaró que «era necesario utilizar la fuerza para rechazar a los clandestinos», que llegan por mar y que encallan en la isla de Lampedusa, cuando no se ahogan. «No somos la Cruz Roja. El terrorismo islámico utiliza esta puerta abierta a la inmigración clandestina para entrar en el país. Nuestro pueblo tiene derecho a la legítima defensa».

En noviembre de 2005, Calderoli fue, junto con Mario Landolfi, ministro de Comunicaciones, el único representante del gobierno de Berlusconi que participó en la concentración con el lema «viva Israel, viva la libertad» organizada por Giuliano Ferrara ante la embajada de Irán en Roma. Pero esta semana, el hombre que sucedió a Umberto Bossi -reducido al estado vegetal- a la cabeza de la Liga Norte, organización racista y demagógica, sobrepasó todos los límites y, en una entrevista en televisión, se desabrochó la camisa para mostrar su camiseta, estampada con una de las caricaturas danesas del Profeta.

Unas horas después, al salir de la oración del viernes, un millar de libios se concentraba frente al consulado de Italia en Bengazi para protestar contra esta enésima provocación del Norte. El balance oficial es de 11 muertos y 25 heridos. Los 60 policías que estaban allí se vieron «desbordados». Nada más empezar los incidentes, el ministro del interior Pisanu llamaba a Muammar Al Gadafi para mostrarle su repulsa ante las declaraciones de Calderoli, a lo que el coronel respondió que lo menos que esperaba era la dimisión del provocador. Pisanu ha insistido en la voluntad de su gobierno de mantener un «diálogo entre el Islam y Occidente».

En Nassiriya  (Irak) y Herat (Afganistán), dos ciudades ocupadas por las tropas italianas, los sermones del viernes condenaron firmemente la provocación de Calderoli, pero después no hubo manifestaciones.

Toda la clase política ha aprovechado la ocasión -en Italia están en plena campaña electoral- y ha pedido a voz en grito la dimisión del provocador. Incluso el boss, Silvio Berlusconi, se ha unido al coro de los que piden la marcha de Calderoli. Asimismo, ha declarado que se ha entrevistado con Umberto Bossi, quien se ha distanciado de su sucesor. Entonces ¿la carrera de Roberto Calderoli está acabada? Siempre puede intentar trabajar como bufón en el Reino de Dinamarca. Sin embargo, tendrá que ser prudente. En un foro islamista en Internet un grupo armado ha escrito: «Le decimos a este Cruzado que tenga paciencia, porque el ejército del Islam conquistará Roma. Las declaraciones del ministro italiano no se desvanecerán en el aire». A buen entendedor…