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Ucrania

Una putrefacción explosiva

Fuentes: europe-solidaire.org

Fracasadas de las negociaciones con la oposición, el presidente ucraniano está políticamente paralizado. El ejército le ha pedido que proclame el estado de excepción mientras prosigue la «batalla de Ucrania» entre Rusia y los gobiernos occidentales. Tras la dimisión del primer ministro ucraniano, el martes 28 de enero, el presidente Yanukóvich, presionado por una parte […]

Fracasadas de las negociaciones con la oposición, el presidente ucraniano está políticamente paralizado. El ejército le ha pedido que proclame el estado de excepción mientras prosigue la «batalla de Ucrania» entre Rusia y los gobiernos occidentales.

Tras la dimisión del primer ministro ucraniano, el martes 28 de enero, el presidente Yanukóvich, presionado por una parte de los oligarcas cuyos negocios son poco compatibles con un estado de guerra, ha buscado el compromiso con la oposición: anulación de las leyes represivas votadas deprisa y corriendo el 16 de enero, amnistía para los manifestantes encarcelados -condicionada a que se evacúen en el plazo de dos semanas los edificios públicos de Kiev y de las regiones que están ocupados-, responsabilidades gubernamentales ofrecidas a la oposición. El resultado es nulo. Arseni Yatseniuk y Vitali Klichko, que exigen una amnistía incondicional, han rechazado, no sin pensárselo dos veces, los puestos de jefe del gobierno y viceprimer ministro que les habían ofrecido: el temor al descrédito y a verse desbordados explica en buena medida esta decisión.

En Kiev, al igual que en las regiones del oeste y el centro, la ocupación de edificios públicos es obra principalmente del tercer partido de oposición parlamentaria, Svoboda (Libertad), y otros grupos de extrema derecha, que cuentan con apoyo popular en el actual contexto de rechazo masivo de la violencia policial y de un presidente cada vez más denostado. Sin embargo, no existe ningún proceso de autoorganización de la población y ni siquiera un ascenso multitudinario de las movilizaciones, a pesar de cierta extensión territorial. Esto confiere una importancia sobredimensionada a estos grupos bien estructurados, relacionados con Svoboda (que celebra a los siniestros batallones de las SS en la región de Galicia) o que rivalizan con ella. Junto con los otros dos «partidos proeuropeos» (es decir, antirrusos), Svoboda viene legitimada por la prensa y los dirigentes occidentales, que juegan a aprendiz de brujo.

Svoboda y los grupos afines o rivales obedecen a una lógica de toma del poder larvada directa: allí donde dominan (Galicia…) han prohibido el Partido comunista ucraniano, que ha lanzado un llamamiento a favor de un referendo y de cambios constitucionales/1. Propagan consignas e ideas neonazis, antisemitas y homófobas, que penetran en una parte de las fuerzas de seguridad y de las fuerzas especiales del régimen.

Ayuda contra ayuda… envenenada

En este contexto, los dirigentes de la oposición «proeuropea» de Ucrania que han participado en los encuentros de Múnich del fin de semana dicen haber recibido «promesas de ayuda». Catherine Ashton acaba de anunciar, en efecto, en una entrevista publicada el 3 de febrero por el Wall Street Journal, que la UE prepara junto con EE UU «un importante programa de ayuda financiera para Ucrania». Sin embargo, antes de la cumbre de Vilnius del pasado mes de noviembre, el presidente ucraniano había solicitado en vano a EE UU y a la UE 20.000 millones de euros para hacer frente a su deuda y para compensar el aumento de la tarifa de energía y el bloqueo de los créditos que impondría Rusia en respuesta a la firma de un acuerdo de asociación de Ucrania con la UE. La única «ayuda» prevista por la UE para atenuar las exigencias del FMI implicaba la adaptación de Ucrania a los criterios de la «zona de libre comercio profundizado y completo» que constituye la parte sustancial de los acuerdos de asociación/2. ¿Qué ha cambiado en el «plan ucraniano» occidental? ¿De qué «ayuda» se trata?

¿Acaso es contradictoria con la «ayuda» obtenida por el presidente Yanukóvich de Putin en diciembre (sin que Ucrania sea de momento miembro de la Unión Aduanera con Rusia)? Además de rebajar el precio de la energía, Rusia ha adelantado una primera transferencia, en diciembre, de 3.000 millones de euros de los 15.000 millones previstos. A la vista de las negociaciones de Múnich, las autoridades rusas han anunciado que la entrega de los 11.000 millones siguientes dependerá del gobierno que se instaure en Kiev; en un comunicado del 3 de febrero, incitan a la oposición a retomar las negociaciones con el poder respetando el marco constitucional. La «batalla de Ucrania» sigue su curso, a riesgo de que el país se rompa en dos.

Notas

1/  http://reveilcommuniste.over-blog.f…

2/ http://cadtm.org/La-societe-ukraini…

Fuente: http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article30991

Traducción: VIENTO SUR