Denuncian que el centro de acogida está desbordado. Aloja ya a mil personas pero tiene capacidad para 250
«Unos dicen que pretendían hacerse notar y por eso han prendido fuego a una manta, otros que explotó un motor. Luego se pusieron todos a un lado, y la embarcación volcó por el peso». Estos han sido, según Simona Moscarelli, portavoz de la Oficina Internacional de las Migraciones en Roma, los testimonios de los primeros inmigrantes rescatados frente a la isla de Lampedusa tras el naufragio de la embarcación en la que viajaban cerca de 500 hombres, mujeres y niños subsaharianos en la madrugada de este jueves.
En conversación telefónica con Público , otra portavoz sobre el terreno de la misma Organización, Verónica Lentino, ha relatado que los inmigrantes decidieron prender fuego a la manta debido a que el agua estaba entrando en la embarcación. «No tenían teléfono satélite, nadie sabía que estaban allí. Normalmente alguien avisa de su llegada, a veces incluso las propias familias, pero en esta ocasión no. Los supervivientes dicen haber permanecido entre 2 y 4 horas en el agua antes de ser rescatados», asegura Lentino.
Moscarelli ha confirmado la muerte de cerca de un centenar de personas, entre ellas al menos dos niños y ha explicado que el dispositivo de rescate está compuesto por varias patrulleras de la Guardia Costera italiana -ha alabado el trabajo que realizan- a las que están dando soporte pescadores locales, que precisamente fueron los que dieron la voz de alarma.
Esto, según el padre Mussie Zerai, de la Agencia Habeshia, una organización que se dedica a trabajar con inmigrantes somalíes y eritreos, «ha vuelto a poner de relieve la falta de previsión y la precariedad de los medios» con los que cuenta Italia «para acoger a los miles de inmigrantes que cada año llegan a sus costas».
Zerai ha denunciado que el centro de acogida de inmigrantes de Lampedusa se ha vuelto a ver sobrepasado por la situación. En la noche del miércoles, llegaron a la pequeña isla del Mediterráneo 187 personas procedentes de Eritrea y Siria, y pasado el mediodía de este jueves arribó al puerto otra embarcación con 276 ciudadanos sirios. «El centro de Lampedusa debería acoger a 250 personas, pero a veces acoge a 450 e incluso a 600, que duermen hacinadas en el suelo, sin colchón» ha explicado Zerai.
Moscarelli también ha insistido en que «la capacidad del centro es de apenas 250 personas, pero en este momento ya hay cerca de un millar de inmigrantes» entre sus paredes.
La inacción de la UE
Preguntados por el destino de los inmigrantes rescatados este jueves, Verónica Lentino ha confirmado que están siendo trasladados al centro de acogida local, para después transferirlos a otros centros. El padre Zerai ha sido claro:»Los transferirán a otros centros, el problema es que esta situación que parece de emergencia es la que ha vivido Italia desde hace 30 años. Cada año llegan 10.000 o 12.000 inmigrantes en barcos. El hecho de que cada año el Estado se niegue a acogerlos cuando sabe que llegan todos los años es una muestra de que el Estado no tiene interés en acoger a esta gente», ha reiterado Zerai, para quien «el problema de fondo es por qué la gente llega en estas condiciones, desesperada hasta este punto».
«La capacidad del centro es de apenas 250 personas, pero en este momento ya hay cerca de un millar de inmigrantes» El problema, insiste el sacerdote, es «la política europea que gestiona las relaciones entre el norte y el sur del Mediterráneo. Estas personas no tienen otras opciones, si hubiera una política europea para abrir un corredor humanitario se salvarían muchas de estas vidas. Es necesario un corredor humanitario protegido, para proporcionar un ingreso legal a los refugiados que necesitan protección». «Lampedusa no es sólo la puerta de Italia, los estados miembros tienen que atender este problema», ha sentenciado.
Lentino se ha unido a las reivindicaciones de Zerai: «Hay que incentivar programas para acoger refugiados, interesarse por las razones que les llevan a migrar. Ya hay programas que permiten a los inmigrantes llegar de manera digna, pero el número de beneficiados por estas iniciativas es aún pequeño» reconoce.
El presidente de Habeshia lo tiene claro: la solución para evitar las muertes de cientos o miles de inmigrantes cada año no está únicamente en manos de Italia: «Acoger debe ser responsabilidad de la Comunidad Europea, y otros Estados deben colaborar para garantizar que los inmigrantes sean acogidos en condiciones dignas».