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Versión 2.0: una Europa que deriva hacia la derecha y la extrema derecha

Fuentes: CADTM [Imagen: manifestación el 15 de junio de 2024 del Frente Popular en París. Jeanne Menjoulet, https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/]

Traducido por Alberto Nadal Fernández

Visto el nuevo reparto de escaños entre los grupos en el Parlamento europeo, publicamos una versión 2.0 de un artículo publicado en junio de 2024. Se trata de una versión bastante aumentada y actualizada pues en el curso del mes de julio ha habido numerosos acontecimientos en la UE.

¿Cómo interpretar los resultados de las elecciones europeas?

En Croacia la tasa de participación solo ha llegado al 21,35%

Primera observación, en las elecciones europeas que se celebraron en los 27 países miembros de la UE entre el 6 y el 9 de junio de 2024, la participación volvió a ser muy baja. En promedio, para la Unión Europea, fue del 51%. Hay que tener en cuenta que los países donde la votación es obligatoria entran en el cálculo de esta media, como es el caso de Bélgica donde la tasa de participación ha sido del 90% [1]. Sin ellos, el porcentaje de participación pasaría por debajo de la marca del 50%. De los 27 países miembros de la UE, 15 países tienen una tasa de participación inferior al 50%. Y los países que han entrado recientemente en la UE han experimentado tasas extremadamente bajas. En Croacia, la tasa de participación solo alcanzó el 21,35%. Hay que tener en cuenta que Croacia solo ingresó en la UE en 2013 y solo en 2023 en la zona euro y el espacio Schengen. En Lituania, que se unió a la UE en 2004, la tasa de participación fue del 28,35%. Para las otras dos repúblicas bálticas, la tasa para Letonia es del 34% y para Estonia del 37,6%. Otros países donde la participación ha sido baja: Chequia con un 36,45%, Eslovaquia con un 34,40%, Portugal con un 36,5%, Finlandia con un 40,4%, Bulgaria con un 33,8% y Grecia con un 41,4% (¡cuando en estos dos países el voto es obligatorio!).

En Italia la tasa de participación ha alcanzado el 48,3%, 6 puntos menos que en 2019. En Francia la tasa de participación se ha elevado al 51,50%. Entre los grandes países de la Unión Europea, solo Alemania supera ampliamente el 50% de participación, alcanzando un 65%.

Conclusión: La mayoría de las y los ciudadanos de la Unión Europea no tienen ningún entusiasmo por las instituciones de la UE y no confían en la utilidad de utilizar su derecho al voto. Los ciudadanos y ciudadanas de los países del antiguo bloque del Este o del Sur de Europa que tenían muchas esperanzas en el momento en que su país se unía a la UE o más tarde a la zona euro o al espacio Schengen están claramente decepcionados por las promesas incumplidas de mejorar las condiciones de vida. La progresión de los derechos sociales no se ha concretado, al contrario. Si a veces adopta resoluciones relativamente positivas, el Parlamento Europeo no tiene un poder real. Son la Comisión y el Consejo quienes, dentro de la UE, toman realmente las decisiones y los grandes países como Alemania y Francia ejercen una influencia decisiva en su seno. Tampoco debemos olvidar el papel coercitivo del Banco Central Europeo que ha demostrado en varias ocasiones, como en el caso de Grecia en 2015, que quería y podía desestabilizar un gobierno que no siguiera dócilmente la política deseada por los líderes de la UE. Una política exigida por los gobiernos de los países que dominan económica y políticamente la Unión y por las grandes empresas privadas, en particular los grandes bancos privados y los fondos de inversión. Los ciudadanos también se dieron cuenta de que durante la pandemia del coronavirus (2020-2021), los líderes de la UE no pudieron adoptar políticas sanitarias para protegerlos de manera efectiva. Y desde entonces, la UE no ha hecho nada para mejorar estructuralmente la situación, negándose a dotarse de una industria farmacéutica capaz de responder a una próxima pandemia, negándose a apoyar la propuesta presentada por 135 países del sur Global de suspender la aplicación de patentes, impidiendo el acceso universal a las vacunas y, en cambio, prefiriendo apoyar a la industria armamentística europea y aumentar el gasto militar.

Hay un refuerzo muy importante de las fuerzas conservadoras de derechas y de las fuerzas de extrema derecha

Segunda observación, hay un fortalecimiento muy importante de las fuerzas conservadoras de derechas y de las fuerzas de extrema derecha. Las fuerzas políticas que se presentaban como centristas, o centro-derecha, mientras llevaban a cabo una política de derecha dura en relación con las personas migrantes, las y los candidatos al derecho de asilo, a la remilitarización acelerada de Europa, han sufrido en algunos casos grandes pérdidas. Este es en particular el caso de la agrupación en torno al partido de Emmanuel Macron, Renaissance, que perdió 10 escaños, pasando de 23 a 13. Otro ejemplo es el Open VLD del primer ministro belga Alexander De Croo, que perdió la mitad de sus escaños. Los votantes prefieren el original (de extrema derecha o de derecha conservadora dura) a la copia.

Otros grandes perdedores son los Verdes europeos que han pagado su compromiso en materia de política para hacer frente al cambio climático, a la crisis ecológica o para gestionar los flujos migratorios y la política del derecho de asilo. También han pagado su apoyo a la política de remilitarización de Europa y la alineación con la OTAN. De hecho, en algunas ocasiones, los Verdes han desempeñado un papel fundamental en la formación de mayorías en el Parlamento y en la aprobación de las principales medidas de la legislatura 2019-2024 (Pacto Verde, remilitarización europea, Pacto de Inmigración y Asilo, etc.). En sus respectivos países, han acompañado a políticas de derecha como en Alemania y Bélgica. Como escribe Miguel Urbán: “Si en 2019 se impusieron, en cierta medida, como fuerzas de renovación y modernización de una gobernanza bipartidista anticuada, su incapacidad para cumplir con las expectativas los llevó a pagar un alto costo electoral” [2]. El Grupo de los Verdes Europeos pierde 17 escaños, pasando de 70 escaños a 53 escaños. De 4º grupo en el Parlamento Europeo, donde se adelantó a los dos grupos parlamentarios de la extrema derecha – ECR e ID (ver más adelante), pasa al sexto lugar. Por lo tanto, ahora está adelantado por estos dos grupos. Los tres grupos parlamentarios de extrema derecha (ver más adelante) reúnen 187 eurodiputados/as es decir solo un escaño menos que el PPE.

El grupo dominante en el Parlamento europeo, es decir, el grupo del Partido Popular Europeo, en el que predomina la CDU-CSU de Ursula Van der Leyen y el Partido Popular español, ha tendido la mano a Giorgia Meloni, a su partido de extrema derecha y a otros partidos de su grupo parlamentario

Tercera observación, la coalición de 3 grupos parlamentarios que gobiernan las instituciones europeas, es decir, el grupo del Partido Popular Europeo, el grupo socialdemócrata de los partidos socialistas y Renew Europe (que incluye en particular Renaissance de Emmanuel Macron, el Open VLD de Alexander de Croo – que dimitió la noche de las elecciones tras la derrota de su partido – y el VVD de Mark Rutte, ex primer ministro holandés), mantiene una mayoría aunque se reduce, ya que pasa de 417 escaños (de un total de 720 escaños) a 401 y puede seguir gobernando la UE. Pero el grupo dominante dentro de esta coalición, es decir, el grupo del Partido Popular Europeo, en el que predomina la CDU-CSU de Ursula Vander Leyen y el Partido Popular Español ha tendido claramente la mano a Giorgia Meloni y a su partido de extrema derecha, los Fratellis de Italia (miembro del grupo parlamentario europeo ECR) para incluir a Italia en la gobernanza europea. Por su parte, Giorgia Meloni, se basa en su éxito electoral del 9 de junio y en la progresión del grupo parlamentario de extrema derecha, sobre el que ejerce un liderazgo, que pasa de 69 escaños a 77. Ha exigido con éxito puestos de responsabilidad argumentando que Renew Europe ha pasado de 98 eurodiputados a 77. Durante el mes de julio, Meloni ha obtenido para su grupo ECR la presidencia de 3 comisiones de 14 (ver la lista y la composición de las comisiones en https://www.europarl.europa.eu/news/en/press-room/20240722IPR22991/committee-chairs-and-vice-chairs-elected ). Se trata de comisiones muy importantes, la del presupuesto (presidida por el belga Johan Van Overtveldt de la NVA), la de las quejas de las y los ciudadanos (presidida por el polaco Bogdan Rzonca) y la de la agricultura y desarrollo rural (presidida por la checa Veronika Vrecionova). Subrayemos que el presupuesto de la agricultura representa más de la mitad del conjunto del presupuesto de la UE. La presidencia de estas 3 comisiones es una victoria importante para Giorgia Melonia y su grupo y debería ayudarla a reforzar o consolidar su resultado electoral en el futuro.

Pagando las consecuencias de su fracaso electoral particularmente marcado en Francia, RENEW no obtiene mas que 3 presidencias de comisión y sobre todo pierde la presidencia del Consejo Europeo que pasará el 1 de diciembre de Charles Michel (liberal belga) al socialista portugués Antonio Costa. Ursula Von der Leyen ha logrado ser reelegida para la presidencia de la Comisión pero con un resultado más bien decepcionante. Solo 401 votos cuando el grupo de los verdes europeos se ha rebajado a votar a su favor. La suma de los escaños europeos PPE, Socialistas, RENEW y Verdes representa 454 parlamentarios y parlamentarias, lo que quiere decir que medio centenar de esos parlamentarios no han votado por Von der Leyen, entre los cuales según nuestras informaciones están 16 parlamentarios Verdes que no han seguido la consigna de voto de su grupo.

El grupo de la “izquierda radical” se refuerza globalmente, pasando de 37 escaños a 46

Cuarta observación, el grupo de la “izquierda radical” a pesar de las pérdidas en algunos países como Portugal, donde tanto el Bloque de Izquierda como el PCP pierden casi la mitad de los votos y escaños, se fortalece en general, pasando de 37 escaños a 46 gracias en particular a que el movimiento italiano 5 estrellas se le ha sumado con sus 8 escaños. Más allá de la composición y el número del grupo de la izquierda radical The Left, hay que señalar algunos éxitos. Este es el caso del buen resultado de La Francia Insumisa en comparación con los resultados de 2019, que pasa de 7 a 9 parlamentarios, y que alcanza casi el 10% de los votos. Hay que subrayar también el excelente resultado de la Alianza de Izquierdas de Finlandia que ha multiplicado por 3 el número de escaños europeos pasando de 1 a 3 y ha obtenido el 17% mientras que el partido de extrema derecha, el Partido de los Finlandeses caía con fuerza pasando del 13,8% al 7,6%. También hay que añadir el resultado de la izquierda radical en Bélgica, con el progreso del PTB, que duplica su puntuación y su representación en el Parlamento Europeo (ver más adelante). Hay que tener en cuenta también el caso de Italia, donde la alianza verde y de izquierda alcanza casi el 7% de los votos y obtiene dos eurodiputados (ver más adelante).

Quinta observación, la crisis de los regímenes políticos se sigue traduciendo, además de en fortalecimiento de la extrema derecha, en la aparición y el éxito de listas efímeras que aprovechan su impacto en las redes sociales y la búsqueda de alternativas fuera de los partidos políticos tradicionales o incluso de extrema derecha “clásica”. Dos ejemplos de este fenómeno: la lista de Fidias Panayiotou, un tiktoker chipriota de 24 años, que fue la tercera fuerza que ganó un escaño en el Parlamento Europeo con casi el 20% de los votos, y Alvise Pérez, el candidato de Se Acabó La Fiesta, una de las novedades electorales en España que obtuvo tres eurodiputados con 800.000 votos. Alvise Pérez es muy activo en las redes sociales Telegram y Twiter / X en las que difunden fakenews claramente orientadas a la derecha. Últimamente, X le ha quitado el acceso a la red. Es objeto de varios procesos penales por difamación y espera aprovechar el estatus de eurodiputado para escapar de ellos durante su mandato. Se podría añadir un tercer ejemplo, el partido checo Juramento y Moteros que se ha sumado al grupo parlamentario de extrema derecha creado como consecuencia de la alianza entre el primer ministro húngaro Viktor Orban y Marine le Pen (ver más adelante).

¿Cuál es la amplitud del refuerzo de la extrema derecha?

La extrema derecha ha logrado convertirse en la primera fuerza política en Italia (Hermanos de Italia), Francia (RN), Hungría (Fidesz-Union Cívica Húngara), Países Bajos (PVV Partij voor de Vrijheid de Geert Wilders) y Austria (FPÖ)

En la legislatura que acaba de terminarse la suma de los dos grupos de extrema derecha en el PE se elevaba a 118 mientras que en el nuevo parlamento europeo, los tres grupos parlamentarios de extrema derecha cuentan con 187 parlamentarios, como se ha indicado más arriba, ¡solo tienen un parlamentario menos que el PPE!

No hay que excluir que algunas o algunos no inscritos o independientes (que son una treintena) se sumen a grupos parlamentarios de extrema derecha. La extrema derecha logró convertirse en la primera fuerza política en Italia (Hermanos de Italia), Francia (RN), Hungría (Fidesz-Union Cívica Húngara), Países Bajos (PVV Partij voor de Vrijheid de Geert Wilders) y Austria (FPÖ). Y la segunda fuerza en Alemania (AFD) y Bélgica (gracias al éxito de Vlaams Belang en la parte flamenca del país donde ocupa el segundo lugar detrás de la NVA, un partido de derecha radical). La extrema derecha ha progresado constantemente en Europa desde principios de siglo. Como señala Miguel Urban, eurodiputado saliente de anticapitalistas, hace 20 años los parlamentarios de la extrema derecha luchaban por formar un grupo parlamentario en el Parlamento Europeo porque implicaba tener electos en 7 países y alcanzar al menos 23 escaños. Hoy en día, disponen de tres grupos parlamentarios que, si se unieran, constituirían la segunda fuerza política en el Parlamento Europeo, incluso podrían llegar a constituir la primera. En los últimos diez años, la extrema derecha ha aparecido en algunos países donde hasta entonces no tenía asiento. Este es el caso de Portugal con la organización de extrema derecha Chega, que en las últimas elecciones parlamentarias de marzo de 2024, obtuvo el 18% de los votos y por primera vez entró en el Parlamento Europeo con 2 escaños, tras obtener el 9,8% de los votos el 9 de junio.

¿Cómo se reparten los diferentes grupos políticos en el seno del Parlamento europeo y cuales son sus características?

Fuente: https://results.elections.europa.eu/es/herramientas/herramienta-comparativa/


1. El Partido Popular Europeo con 188 escaños

El primer grupo en el Parlamento Europeo es el Partido Popular Europeo, presente en los 27 países de la Unión Europea y con 188 escaños. Ha aumentado 12 escaños en comparación con 2019. En su seno encontramos partidos conservadores con connotación cristiana como la CDU-CSU alemana de Ursula Van Der Leyen y Angela Merkel, como el PP español, la Coalición Cívica (en polaco: Koalicja Obywatelska, abreviado como KO) dirigida por Donald Tusk que gobierna desde finales de 2023, el CDNV en Bélgica, pero también el partido del difunto Silvio Berlusconi, Forza Italia. Los partidos nacionales que apoyan al grupo PP en el Parlamento Europeo han radicalizado su posicionamiento de derecha sobre temas relacionados con los derechos de las personas migrantes y refugiadas, la seguridad, la guerra, la OTAN, la ofensiva contra los derechos sociales, el apoyo incómodo pero muy real a la política del gobierno de extrema derecha de Netanyahu, la continuación y profundización de las políticas económicas neoliberales de privatización y ataques a los servicios públicos,… Por lo general, han integrado en su seno a personalidades de extrema derecha como es el caso del partido Nueva Democracia que gobierna Grecia desde 2019. Los partidos miembros del PPE hacen alianzas con la extrema derecha como es el caso en España del PP con Vox (antiguo miembro del grupo ECR que ha abandonado en julio de 2024 para sumarse al nuevo grupo europeo de extrema derecha Los Patriotas por Europa -ver más adelante) para gobernar regiones o municipios, o en Francia de una parte del partido Les Républicains (especialmente su presidente, el diputado de Niza, Éric Ciotti) con la RN de Marine Le Pen y Jordan Bardella en la campaña electoral de las elecciones legislativas del 30 de junio de 2024. En Austria, el Partido Popular Austriaco (en alemán: Österreichische Volkspartei, abreviado como ÖVP) se alió durante años con el FPÖ, partido de extrema derecha, hasta que, en 2019, un escándalo que involucró al líder principal de este partido hizo imposible continuar la colaboración. Desde entonces, el Partido Popular de Austria se ha asociado con los Verdes. En Italia, el partido miembro del grupo Partido Popular en el Parlamento Europeo es Forza Italia, partido conservador de derecha radical, del difunto Silvio Berlusconi. Es parte del gobierno de la líder de extrema derecha Giorgia Meloni de los Hermanos de Italia (Fratelli d’Italia) también aliada en el gobierno a otro partido de extrema derecha italiano, la Liga Norte de Matteo Salvini. En Finlandia, el Partido de la Coalición Nacional (Kokoomus, Kok) del primer ministro Petteri Orpo, miembro del grupo PPE, formó un gobierno de coalición con un partido de extrema derecha, el Partido de los Verdaderos Finlandeses (PS, Perussuomalaiset/Sannfinländarna) . En Suecia, el partido de extrema derecha Demócratas de Suecia (Sverigedemokraterna, SD) apoya, sin formar parte de él, al gobierno conservador vigente desde 2022 compuesto en particular Partido Moderado de Reunión (Moderata samlingspartiet), miembro del PPE. Este gobierno lleva a cabo una dura política represiva contra las personas migrantes e hizo que Suecia se uniera a la OTAN en 2023. Lo que también ha hecho Finlandia. Agreguemos también que, en Hungría, el partido de extrema derecha del presidente Viktor Orban, el Fidesz-Union Cívica Húngara (Fidesz-Magyar Polgári Szövetség) fue miembro del PPE hasta 2021. De todos modos, la lista de compromisos y alianzas de partidos miembros del PPE con la extrema derecha es más amplia de lo que se acaba de mencionar y merecería un estudio completo.

2. S&D Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo (136 escaños), fiel aliado del Partido Popular Europeo para gobernar la UE

El segundo grupo parlamentario en términos de número es el de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas que cuenta con 136 parlamentarios pero que había conseguido 138 en 2019. Los socialistas españoles y los italianos del Partido Democrático obtienen cada uno los 21 eurodiputados pero los españoles pierden un escaño (tenían 22 en 2019) mientras que los italianos ganan 6 pasando de 15 a 21. Los socialistas alemanes perdieron 2 escaños pasando de 16 a 14. En Portugal, el Partido Socialista pasa de 8 a 7 parlamentarios. Los socialistas austriacos mantienen 5 escaños al igual que en 2019, pero pasan de ser la segunda fuerza política a la tercera. En Bulgaria, los socialistas pasan de 4 a 2 parlamentarios. En Rumanía, los socialistas pasan de 4 a 6 escaños. Los socialistas belgas obtienen 4 parlamentarios frente a 2 en 2019. En Croacia, los socialistas se mantienen con 4 escaños. En Dinamarca los socialistas se mantienen con 3 escaños (de 15 escaños); en Finlandia, se estancan en 2 escaños (de 21 escaños); en Suecia, mantienen sus 5 escaños (de 21). En Francia, experimentan una importante progresión de 7 a 13 escaños y están a la par con el partido de Macron, que pierde 10 escaños (mientras que el partido de Marine Le Pen gana 12 escaños de 18 a 30). En Grecia pasan de 2 en 2019 a 3 escaños en 2024. En los Países Bajos, los socialistas pierden y pasan de 6 a 4 escaños. En Chequia y Eslovaquia, los socialistas no tienen parlamentarios. En Eslovenia pasan de 2 a 1 escaño. En Estonia y Lituania, los socialistas se mantienen en 2 escaños como en 2019, en Letonia, pasan de 2 a 1.

El grupo parlamentario socialista europeo apoyó las mismas orientaciones y políticas que el grupo del Partido Popular Europeo, no hubo ruptura entre ellos sobre las grandes cuestiones a nivel de políticas económicas, política migratoria, aumento del gasto militar, fortalecimiento de la OTAN y alineación con Washington, negativa a tomar sanciones contra Israel, decisión de no aplicar un giro radical para responder a la crisis ecológica. Esto explica porqué el grupo de los socialistas europeos, agradeciendo sus compromisos, ha obtenido el puesto de presidente del Consejo Europeo en la persona del socialista portugués Antonio Costa como reemplazo de Charles Michel de RENEW. Esto se hará efectivo el 1 de diciembre de 2024.

3. Patriotas por Europa con 84 escaños constituye el tercer grupo parlamentario.

Este nuevo grupo parlamentario de extrema derecha acaba de constituirse a principios de julio de 2024, se llama “Patriotas por Europa” y será presidido por Jordan Bardella. Está presente en 12 países. Se trata de la agrupación entre, por un lado, los escaños europeos del partido del primer ministro húngaro Viktor Orban y los de dos partidos checos de extrema derecha Ano y el partido “Juramento y moteros” (https://en.wikipedia.org/wiki/P%C5%99%C3%ADsaha_and_Motorists ) que son 20, y por otro lado el antiguo grupo europeo dirigido por Marine Le Pen, Identidad y Democracia, que contaba con 58 diputados, a los que se suman los 6 diputados de Vox de España que abandonan el otro grupo parlamentario de extrema derecha llamado ECR (Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos) dirigido por Giorgia Meloni.

La composición del grupo “Patriotas por Europa” por orden de importancia:

FR: Rassemblement national: 30; HU:Fidesz-KDNP: 11; IT: Lega: 8; CZ: ANO: 7 AT:FPÖ: 6; ES: Vox: 6; NL: PVV: 6; BE: Vlaams Belang: 3; ZC: Oath and Motorists: 2; PT: Chega: 2; DK: Danish People’s Party: 1; LV: Latvia First: 1; GR: Voice of Reason: 1.

El Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen y Jordan Bardella, que encabezó las elecciones europeas en Francia haciendo el doble de votos que el partido de Emmanuel Macron, aporta, con mucho, el mayor contingente con 30 escaños frente a 18 en 2019. Luego viene el partido Fidesz-Union Cívica Húngara de Viktor Orban, que encabezó las elecciones húngaras y logró 11 escaños. En tercer lugar dentro de este grupo parlamentario viene la Liga Norte de Matteo Salvini, que ha sufrido enormes pérdidas en comparación con 2019. El partido de Salvini forma parte del gobierno de Giorgia Meloni, del que es viceprimer ministro (puesto que también ocupó en 2018-2019). El partido de Salvini incorpora a personalidades de extrema derecha que muestran su simpatía por Mussolini como el ex general Vannacci. En cuarta posición, el partido checo ANO del multimillonario Adrej Babis que se podría comparar parcialmente con Silvio Berlusconi.

En Austria, el Partido de la Libertad de Austria o Partido Liberal Austriaco (en alemán: Freiheitliche Partei Österreichs, FPÖ) fue parte del gobierno de 2000 a 2006, y luego de 2017 a 2019. Varios de sus miembros y líderes no han ocultado sus simpatías nazis. El partido ya no pudo formar parte de un gobierno tras un escándalo que estalló en 2019, que reveló en video que uno de sus principales líderes había negociado la financiación del partido con un oligarca ruso. Dicho esto, entre 2019 y 2024, duplicó sus votos y sus parlamentarios europeos de 3 a 6. Se convirtió así en el primer partido austriaco en 2024, adelantando en un escaño en el Parlamento Europeo al partido miembro del grupo del Partido Popular Europeo y al Partido Socialista.

En Países Bajos, es el Partido por la Libertad (en holandés Partij voor de Vrijheid) de Geert Wilders el que forma parte del grupo Identidad y Democracia, hoy de los Patriotas por Europa. Se convirtió en la principal fuerza política del país en noviembre de 2023 y acaba de formar gobierno con el VVD que forma parte de Renew (ver arriba). En las elecciones europeas, confirmó su posición como primer partido al obtener 6 escaños, mientras que el VVD de Mark Rutte obtuvo 4. En Bélgica, en la parte flamenca, el Vlaams Belang, miembro de Identidad y Democracia y desde hace poco de Patriotas por Europa, experimentó un fuerte avance electoral en junio de 2024 convirtiéndose en el principal partido en términos de votos para las elecciones europeas. Para las elecciones al parlamento belga, es la segunda fuerza después del NVA que, como hemos visto, forma parte del otro grupo parlamentario de extrema derecha, el ECR. El grupo de Patriotas por Europa también está presente en LetoniaDinamarca y Grecia pero son fuerzas marginales, cada una de las cuales obtuvo sólo un parlamentario.

La decisión del partido español Vox de abandonar con sus 6 eurodiputados el grupo ECR de Giorgia Meloni para unirse a la alianza Viktor Orban – Marine Le Pen merece una explicación: Vox es una antigua escisión del PP, en los últimos años ha gobernado regiones de España en colaboración con el PP y recientemente ha decidido romper estas alianzas y como consecuencia perder su peso institucional adoptando una postura más extremista de derecha para captar más votos de los descontentos con la gestión de la derecha tradicional con una clara inclinación racista. Vox tomó como pretexto el hecho de que el PP aceptó que en las regiones donde gobierna se acojan refugiados y migrantes menores de edad non acompañados. Esto es lo que le pedía el gobierno socialista de Pedro Sánchez. Esto explica por qué Vox, para reforzar su radicalización a la derecha, decidió abandonar el grupo parlamentario de extrema derecha ECR liderado por Meloni para unirse al grupo dirigido conjuntamente por Victor Orban y Marine Le Pen. Miguel Urbán, ex eurodiputado, habló de la lepenización de Vox [3]. También está claro que Vox en la misma lógica afirma su proximidad con la política de Javier Milei en Argentina, Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump en Estados Unidos con los que mantiene sistemáticamente relaciones.

El Grupo Patriotas por Europa no ha obtenido ningún puesto en las 14 comisiones del Parlamento Europeo ni presidencia de las mismas. Las inclinaciones de Victor Orban y otros componentes de su grupo por la política de Vladimir Putin y sus marcadas reticencias hacia la política de la OTAN de la que su país forma parte explican en gran medida que el PPE, los socialistas, RENEW, los Verdes, The Left hayan establecido un cordón sanitario en torno a Patriotas por Europa.

4. ECR El Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos, el segundo reagrupamiento de extrema derecha

El Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos es el segundo grupo parlamentario de extrema derecha y cuenta con 78 eurodiputados

El Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos es el segundo grupo parlamentario de extrema derecha y cuenta con 78 eurodiputados y eurodiputadas. En comparación con las elecciones de 2019, este grupo ha crecido 9 escaños. El partido de Giorgia Meloni, los Hermanos de Italia (Fratelli d’Italia) constituye la principal fuerza política de este grupo con 24 parlamentarios elegidos en 2024 frente a 10 en 2019. Luego viene en Polonia el partido Ley y Justicia (PIS es el acrónimo en polaco) que gobernó este país desde 2015 hasta finales de 2023 y que cuenta con 20 parlamentarios frente a 27 en 2019. Hay que tener en cuenta que en 2019 fue la principal fuerza política del país y que en 2024 fue superado por la Coalición Cívica (en polaco: Koalicja Obywatelska, abreviado como KO) dirigida por Donald Tusk, que gobierna desde finales de 2023, como hemos visto al hablar del PPE. En España, como hemos señalado antes, el partido de extrema derecha VOX ha abandonado el grupo ECR, obtuvo 6 escaños en 2024 frente a 4 en 2019 y se ha sumado a mediados de julio 2024 a Patriotas por Europa. En Francia, los 4 miembros de ECR provienen de la formación política de extrema derecha Reconquista del racista Éric Zemmour, de la que fueron expulsados 3 días después del 9 de junio [4]. En Bélgica, la NVA, el principal partido nacionalista flamenco ultra neoliberal y racista, forma parte de ECR con 3 parlamentarios (la misma cifra que en 2019). El NVA obtuvo el 22% de votos en Flandes y superó por poco al Vlaams Belang en las elecciones al parlamento federal que se celebraron al mismo tiempo que las europeas. Es el líder del NVA quien dirige las negociaciones para la constitución de un nuevo gobierno en Bélgica, gobierno que estará compuesto por 4 partidos de derechas y el partido socialista flamenco que acentúa su giro neoliberal. El Vlaams Belang, que está aún más a la derecha que la NVA, la superó por poco en las elecciones europeas y también cuenta con 3 eurodiputados. El Vlaams Belang forma parte del otro gran grupo de extrema derecha en el Parlamento Europeo, los Patriotas por Europa. Durante la campaña electoral para el parlamento federal belga, la NVA adoptó un discurso no muy alejado del Vlaams Belang para no perder demasiados votos a su favor. Bart de Wever, el líder de la NVA, se presentó de alguna manera como un baluarte ante el peligro que representa el Vlaams Blok. Sin embargo, en la noche electoral del 9 de junio, Bart de Wever, contento de haber superado (por poco) al Vlaams Blok, felicitó a éste por su resultado en progresión. El programa económico de la NVA se basa en el programa de la patronal belga y flamenca.

En Chequia, la coalición SPOLU, que forma parte del grupo ECR, cuenta con 3 diputados europeos. En Suecia, el partido de extrema derecha de los Demócratas de Suecia (Sverigedemokraterna, SD) forma parte de la ECR, tiene 3 escaños en el Parlamento Europeo como en 2019. En Finlandia, encontramos el partido de los finlandeses (PS Perussuomalaiset / Sannfinländarna) que perdió votos en 2024 y solo tiene 1 parlamentario europeo contra 2 en 2019. Es una buena noticia que este partido pague su participación en el gobierno finlandés en el que tiene 7 ministros. En Grecia, el partido afiliado a la ECR es la Solución griega que progresó en las elecciones de 2024 y obtuvo 2 escaños contra 1 en 2019. Todos los partidos europeos de ECR son claramente de extrema derecha.

En cualquier caso, es importante recordar que en al menos dos países de la UE los partidos miembros de la ECR dirigen o dirigirán el gobierno, como es el caso de Italia y probablemente de Bélgica en las próximas semanas o meses. También están en el gobierno de Finlandia.

Su orientación pro-OTAN, pro-Unión Europea, pro-“austeritaria” y favorable a la política de Europa fortaleza los ha acercado al PPE y a RENEW, lo que les ha permitido obtener la presidencia de tres Comisiones claves en el Parlamento Europeo: la del Presupuesto, la de la Agricultura y la de las quejas de los ciudadanos.

5. RENEW Europa

Renew Europe es el cuarto grupo parlamentario europeo en términos de peso. Su fuerza disminuyó considerablemente tras las elecciones de 2024, pasó de 98 en 2019 a 77 escaños en 2024. Las principales formaciones políticas del grupo RENEW son el partido del presidente francés Emmanuel Macron, 3 partidos de derecha de Bélgica: el MR del que proviene Charles Michel, el presidente del Consejo cuyo mandato está llegando a su fin, el Open VLD del ex primer ministro belga Alexander De Croo, y los Engagés, un partido que proviene de la familia PPE y que acaba de unirse a RENEW desde las elecciones europeas de junio de 2024 después de haber tenido un buen resultado electoral. En los Países Bajos, también miembro de RENEW, el VVD, el partido del ex primer ministro Mark Rutte, que acaba de convertirse en el nuevo líder de la OTAN, ahora forma parte de un gobierno de coalición dirigido por el partido de extrema derecha del racista Geert Wilders (del Partido por la Libertad). Fue su partido el que impulsó al nuevo primer ministro holandés Dick Schoof, que fue jefe de los servicios de inteligencia y que oficialmente no es miembro de ningún partido.

6. El grupo de los Verdes europeos (53 en lugar de los 70 escaños en 2019)

El grupo de los Verdes europeos ha conocido una importante derrota en las elecciones de 2024, pasa de 70 parlamentarios a 53

El grupo de los Verdes europeos sufrió una importante derrota en las elecciones de 2024, pasando de 70 parlamentarios a 53. El grupo vuelve aproximadamente al tamaño que tenía entre 1999 y 2019 antes de experimentar un fuerte crecimiento en 2019 para la legislatura que finaliza. Ahora, pasa de la cuarta posición a la que ascendió en 2019 a la sexta posición, superado por los dos grupos parlamentarios de extrema derecha, el grupo ECR y el grupo ID. Los Verdes alemanes (= Grünen), que forman parte de un gobierno de gran coalición con socialistas y liberales, perdieron casi la mitad de los escaños, pasando de 21 eurodiputados a 12. Si sumamos las otras pequeñas listas alemanas que también pertenecen al grupo de los europeos Verdes, el total va de 25 al 16.

Los Verdes alemanes aceptaron la orientación del gobierno liderado por el socialista Scholtz, decididamente favorable al gobierno fascista de Netanyahu, pro-OTAN y partidario de un fuerte aumento del gasto armamentista. Los Verdes de Bélgica también sufrieron una terrible derrota, particularmente en la parte francófona del país, donde pagaron un alto precio por su participación en el gobierno con dos partidos de derecha y los socialistas. Han pasado de 2 eurodiputados a 1. Los Verdes flamencos están un poco mejor y conservan un eurodiputado. Los Verdes austriacos, que gobiernan desde 2019 con el OVP, miembro del PPE, también pierden y pasan de 3 parlamentarios a 2. Los Verdes franceses, que han adoptado una posición cada vez más moderada sin estar en el gobierno, también perdieron. un gran número de votos, pasando de 10 eurodiputados a 5. La excepción a esta caída tan significativa se encuentra en Dinamarca: los Verdes progresaron y pasaron de 2 a 3 escaños en el PE. En Italia se quedan con 3 escaños en el PE y en Suecia también con 3 escaños. En los países del Este están casi ausentes.

7. El grupo parlamentario The Left (La Izquierda) que pasa de 37 a 46 escaños

Si la izquierda no ofrece alternativas al desorden, la crisis climática, la inseguridad social, la gestión de las migraciones y las crecientes desigualdades, estos espacios serán ocupados por la extrema derecha con una perspectiva de exclusión, punitivismo y criminalización de las y los diferentes

El séptimo grupo parlamentario europeo está formado por el grupo The Left (La Izquierda) anteriormente GUE / NGL. Inicialmente, hace 25 años, estaba compuesto por partidos eurocomunistas a los que se sumaban dos escaños trotskistas Alain Krivine (Liga Comunista Revolucionaria) y Arlette Laguiller (Lutte Ouvrière). Se expandió hacia partidos de la izquierda nórdica (Dinamarca, Finlandia y Suecia) que no procedían de la tradición comunista. En 2004, ya no hubo escaños trotskistas, sino que se unieron a el GUE, el Bloque de Izquierda de Portugal (resultado de una fusión entre eurocomunistas, maoistas, trotskistas,…) y el Sinn Fein irlandés, así como el Partido Progresista de los Trabajadores (AKEL) de Chipre y el Partido Comunista de la República Chequia. Tras las elecciones de 2009, el GUE experimentó una caída importante porque las diferentes organizaciones comunistas italianas perdieron toda representación cuando tenían 7 escaños europeos en la legislatura anterior. La GUE se redujo a 35 parlamentarios. Pero a partir de 2014, nuevas formaciones en pleno desarrollo reforzaron la GUE, en particular Syriza de Grecia, que estaba en su apogeo o se unieron a ella, como Podemos en España, que acababa de ser creada e hizo elegir con una orientación radical a 5 parlamentarios por primera vez. Izquierda Unida de España también tenía escaños. Como resultado, en 2014, la GUE experimentó un importante crecimiento al ganar 18 escaños, pasando de 35 a 53 escaños. Tras la capitulación de Syriza en 2015, del giro moderado de Podemos y Die Linke en Alemania, la GUE/NGL perdió fuelle y volvió a caer a 37 escaños en 2019. Los resultados de las elecciones de 2024 sitúan a The Left, el nombre que sustituye al acrónimo GUE/NGL, en su nivel de 2009 y 2019. Cabe destacar pero con resultados positivos en Francia, donde La France Insoumise gana 4 escaños, pasando de 5 a 9, en Bélgica, donde gracias al PTB, The Left gana 1 eurodiputado, en Italia, con la lista Alianza Verde e Izquierda que obtiene 2 escaños y en Finlandia con la Alianza de Izquierdas que pasa de 1 a 3 escaños. Por otro lado, por primera vez en mucho tiempo, Izquierda Unida, en la que se encuentra el PC español (IU-PC forma parte de Sumar que participa en el gobierno del socialista Pedro Sánchez) y el PC francés estarán ausentes del Parlamento Europeo y AKEL en Chipre retrocede. Podemos, que salió del gobierno de Pedro Sánchez y Sumar en 2023, con una línea de izquierdas obtuvo 2 escaños (mientras que en 2019 tenía 5). Anticapitalistas, que tenía un escaño, no se presentó. Die Linke obtiene solo el 2,7% de los votos y pierde 2 escaños, pasa de 5 parlamentarios a 3, habiendo sufrido una escisión organizada por una de sus antiguas líderes que creó un movimiento que lleva su nombre: la Alianza Sarah Wagenknecht (Bündnis Sahra Wagenknecht).

Este nuevo partido, que obtuvo el 6,2% de los votos (casi dos millones de votos) y 6 eurodiputados en el primer intento, probablemente no formará parte de La Izquierda. Asunto a seguir. La Alianza Sarah Wagenknecht obtuvo importantes resultados en el territorio de la antigua Alemania Oriental, obteniendo en ocasiones el 15% de los votos y quedando en tercer lugar detrás del partido de extrema derecha AFD y del partido de Úrsula von der Leyen CDU/CSU, miembro del PPE. No descarta llegar a un acuerdo con este partido (y el socialista SPD) para gobernar las provincias orientales y así impedir que la AFD llegue al gobierno. El nuevo partido de Sarah Wagenknecht obtuvo votos en detrimento del partido socialdemócrata del Canciller Scholtz, Die Linke, la AFD, los liberales, los Verdes y el CDU-CSU. Según Reuters, en orden, esto da 500.000 del SPD, 400.000 de Die Linke y 140.000 de la AFD. Sarah Wagenknecht y su partido adoptaron una posición favorable al control de los flujos migratorios, la negativa a enviar armas para apoyar a Ucrania invadida por Rusia y la necesidad de abrir negociaciones para poner fin a la guerra,… No se pronuncian a favor de medidas anticapitalistas. La cuestión del medio ambiente ocupa un lugar marginal en el programa, al igual que la cuestión de los derechos LGBTQI+. Por tanto, no podemos incluir a este nuevo partido en la categoría de partidos de izquierda radical, pero sería un error situarlo en la derecha. Su programa recuerda en cierto modo al programa de los Partidos Comunistas de los años 1960 y 1970 (como el Partido Comunista Francés): una dosis significativa de proteccionismo para defender logros sociales, una búsqueda de una alianza con las clases medias, las empresas líderes que invierten en la producción nacional y crean empleos, contra el gran capital globalizado, internacionalizado y monopolista. Una línea antimonopolista más que anticapitalista. Será necesario seguir de cerca su evolución sin demonizar a la Alianza Sarah Wagenknecht, criticando y debatiendo todos los puntos que requieren una orientación clara de izquierda radical, internacionalista, socialista ecologista y feminista.

Entre los éxitos de partidos o listas que forman parte de The Left, hay que señalar los buenos resultados del PTB (Partido del Trabajo de Bélgica) en Bélgica, partido de origen maoísta y estalinista que ha renunciado públicamente a estas referencias hace unos veinte años [5]. En la parte flamenca del país, el PTB duplicó sus votos hasta el 8,2% y obtuvo su primer parlamentario europeo elegido en el colegio flamenco. En la región francófona (Valonia y Bruselas francófona), obtuvo el 15,4% y mantiene un europarlamentario. Mientras se celebraban las elecciones europeas, también se celebraban las elecciones federales y regionales. Para las elecciones al parlamento flamenco, el PTB obtuvo el 8,3%, con un fuerte aumento. En Valonia, el PTB experimentó un ligero descenso y obtuvo el 12,1% (-1,5% en comparación con 2019) y en Bruselas francófona, el PTB aumentó y obtuvo el 21% (mientras que el PS obtiene el 22%). En algunos municipios del corazón popular de Bruselas, el PTB supera el 25% de los votos como en Anderlecht (28%), Molenbeek (27%), o en Bruselas ciudad (26%). En el centro de Lieja, obtiene el 16,5%, en el suburbio industrial de Lieja, en Herstal, el PTB obtiene el 24,3%. En Charleroi, obtiene el 20%. El PTB tiene una orientación de izquierda radical y es internacionalista pero evita proponer medidas anticapitalistas.

Hay que señalar que también había una lista Anticapitalista (IV Internacional) que se presentó en la Bélgica francófona en las elecciones europeas. En Valonia obtuvo el 2,5%.

La buena sorpresa viene de Italia, donde la lista de la Alianza Verde e Izquierda obtuvo el 6,8% de los votos y ganó 5 escaños europeos, pasando de 1 escaño a 6. 2 de los 6 escaños reforzarán a La Izquierda, 3 volverán al grupo de los Verdes Europeos y 1 escaño forma parte de la categoría de no inscritos.

La deuda pública, que ha aumentado considerablemente, servirá de argumento para imponer políticas austeritarias cada vez más fuertes

La italiana Ilaria Salis, profesora de 39 años, detenida en Hungría acusada de violencia contra neofascistas durante una manifestación antifa a principios de 2022. Fue detenida a principios de 2023 en Budapest y encarcelada desde entonces y corría el riesgo de una condena de hasta 24 años de prisión. Fue candidata en la lista de Alleanza Verdi e Sinistra, y fue elegida para el Parlamento Europeo y, en consecuencia, fue liberada. Esta es una muy buena noticia. Otra buena noticia es que un alcalde italiano, Mimmo Lucano, que había sido amenazado de prisión por el gobierno de Matteo Salvini en 2019 por autorizar la llegada de un barco de migrantes al puerto de su pequeña ciudad Riace también fue elegido para el Parlamento Europeo en la misma lista que Ilaria Salis.

8. La Europa de las Naciones Soberanas, un nuevo grupo parlamentario de extrema derecha que se ha constituido en julio de 2024 con 25 escaños entorno a la AFD de Alemania

El partido de extrema derecha alemán Alternative für Deutschland AFD creó el 10 de julio de 2024 junto con otros 7 partidos políticos un nuevo grupo parlamentario de extrema derecha llamado Europa de las Naciones Soberanas (ENS). En las elecciones europeas del 9 de junio en Alemania, la AFD había logrado un gran éxito electoral pasando de 9 (en 2019) a 15 escaños y posicionándose como la segunda fuerza política detrás de la CDU / CSU miembro del PPE. La AFD fue excluida del grupo parlamentario Identidad y Democracia en mayo de 2024 bajo el impulso de Marine Le Pen, tras la toma de posiciones pro nazis de su candidato principal durante la campaña europea. Después de las elecciones europeas, la AFD se deshizo de su cabeza de lista demasiado identificada con el pasado nazi de Alemania. En consecuencia, en el parlamento alemán, dada la pérdida de un eurodiputado, se convirtió en la tercera fuerza política, situándose detrás de los Verdes que tienen 15 escaños en el Parlamento Europeo. La AFD, después de intentar en vano unirse al grupo formado por Viktor Orban y Marine Le Pen, ha logrado crear un nuevo grupo que está compuesto por 25 escaños: 14 escaños en Alemania, 3 en Polonia, 3 en Bulgaria, y 1 en los siguientes países: Hungría, República Checa, Lituania, Eslovaquia y Francia (con el escaño que permaneció en el partido de Eric Zemmour que después de obtener 5 escaños excluyó 4). Las formaciones de extrema derecha presentes en la Europa de las Naciones Soberanas destacan ciertas prioridades como la lucha contra la inmigración, contra la islamización, contra el Pacto Verde Europeo o incluso contra la ayuda militar a Ucrania.

La izquierda debe repensar en profundidad su política

Miguel Urbán, eurodiputado saliente, tiene mucha razón en su reflexión sobre la crisis de la izquierda. Me adhiero sin restricciones y tomo una larga cita de uno de sus artículos recientes:

“Mientras la extrema derecha parece no parar de crecer en toda Europa, la izquierda sigue anclada en una crisis existencial manteniéndose como el grupo más pequeño del Parlamento Europeo. En este contexto, la izquierda debe de preguntarse qué ha hecho mal para que la extrema derecha consiga ser percibida como expresión del malestar y vehículo de la protesta electoral. ¿Por qué la izquierda ha dejado de ser una herramienta de federación del descontento y de la impugnación, de la protesta contra el establishment, de la ilusión de las y los de abajo? Y, sobre todo, cómo podemos volver a serlo.

Porque hace justo una década, la coalición de la izquierda radical SYRIZA ganaba las elecciones europeas en Grecia como paso previo a su victoria, un año después, en las elecciones legislativas asumiendo, por primera vez desde la II Guerra Mundial, un gobierno de un país de de UE una fuerza situada a la izquierda de los socialdemócratas. Solo hace una década irrumpía una nueva fuerza política como Podemos en el Parlamento Europeo, que llego en poco más de un año a casi conseguir dar el sorpasso al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con más de cinco millones y un 21% de los votos.

Al volver la mirada unos años hacia atrás en el tiempo, no podemos dejar de recordar la clásica tesis de Walter Benjamín: “Cada ascenso del fascismo da testimonio de una revolución fallida». Una afirmación que si la extrapolamos de su literalidad continúa siendo actual hoy en día para comprender cómo el ascenso del neoliberalismo autoritario y/o de la extrema derecha, no exclusivamente, pero también está relacionado con las debilidades actuales de la izquierda. Una tesis útil para tener presente los riesgos de que los gobiernos de izquierdas se moderen y no cumplan las expectativas de cambio de las clases populares como ocurrió con Syriza en Grecia o como está ocurriendo en España con el PSOE y Sumar. Porque cuando se truncan las expectativas, surge la insatisfacción y la frustración, imperando la lógica del “no se puede”, del “todos son iguales” de la anti-política neoliberal que alimenta las pasiones oscuras sobre las que se construye la internacional reaccionaria.

Todavía la mayoría de la izquierda institucional europea no ha sacado las lecciones de la derrota de la experiencia de gobierno de Syriza; de las limitaciones de un proyecto reformista en un contexto de crisis de régimen donde no hay espacio para las reformas; y del papel que juega la UE como expresión concentrada del constitucionalismo neoliberal de mercado en donde el conjunto de las llamadas normas comunitarias prevalecen sobre el derecho estatal nacional y por ende sobre la soberanía popular. Como quedo patente en la experiencia del primer gobierno de Syriza, el referéndum en contra de la austeridad de julio del 2015 y la imposición del memorándum austeritario por parte de la Troika.

Al final, si la izquierda no ofrece alternativas al desorden, a la crisis climática, a la inseguridad social, a la gestión de las migraciones y a la creciente desigualdad, estos espacios los ocupa la extrema derecha desde una óptica de la exclusión, desde el punitivismo, la criminalización del diferente. La izquierda debe de comprender el momento de crisis de régimen capitalista en el que nos encontramos, que genera malestares crecientes entre cada vez más sectores sociales y como, en muchas ocasiones, la izquierda es vista como parte del sistema y por ende como parte del problema.

Indudablemente, en momentos de crisis como los actuales, la izquierda debe de repensarse, una tarea que en ningún caso puede derivar en transitar un camino muy peligroso, una tendencia a cierta fascinación por los temas que plantea la extrema derecha: proteccionismo, soberanismo excluyente y política antiinmigración. Muchas veces, al no abordar estos problemas en el marco de la reconstrucción de un proyecto basado en la autoorganización autónoma de la clase trabajadora, con aspiraciones hegemónicas y portador de una propuesta de sociedad ecosocialista y feminista, puede parecer que de lo que se trata es de «disputarle» las propuestas a la extrema derecha, en uno de esos ejercicios sin futuro consistentes en mimetizarse con el adversario para «robarle» sus éxitos. Esa táctica le puede funcionar a la derecha cuando copia los aspectos más superficiales de la izquierda, pero lleva a la izquierda a su impotencia total y a su autodestrucción”. (Este artículo de Miguel Urbán será publicado próximamente).

Conclusiones

La Comisión, el Consejo y el BCE van a aumentar la presión sobre los gobiernos de los países de la UE para agravar los recortes de los gastos sociales.

La orientación a la derecha de las instituciones que gobiernan la UE se acentuará claramente. La Comisión, el Consejo y el BCE van a aumentar la presión sobre los gobiernos de los países de la UE para agravar los recortes de los gastos sociales. La deuda pública, que ha aumentado considerablemente, servirá de argumento para imponer políticas austeritarias cada vez más fuertes. En la batalla de ideas habrá que explicar que los gobiernos, la Comisión y el BCE han querido un aumento de la deuda pública para financiar el gasto frente a la pandemia de coronavirus y la crisis económica social que ha sido amplificada por ella. Las y los líderes europeos y los gobiernos nacionales no han querido gravar los superbeneficios de las grandes empresas farmacéuticas, especialmente las que producen vacunas, que se han enriquecido escandalosamente a espaldas de la sociedad. Al igual que las empresas de distribución, especialmente las especializadas en ventas en línea y servicios informáticos, que han obtenido enormes beneficios. Luego, cuando los precios del gas y de la electricidad se dispararon tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los gobiernos no quisieron controlar los precios de la energía y congelarlos, lo que permitió a las empresas especializadas en combustibles fósiles y a las productoras de energía (incluyendo la nuclear) obtener enormes beneficios a espaldas de la sociedad. Finalmente, cuando los precios de los alimentos y de los fertilizantes químico se dispararon tras la guerra en Ucrania y la especulación sobre los cereales, las empresas de cereales obtuvieron súper beneficios igual que las empresas exportadoras de fertilizantes. Al igual que las grandes cadenas de distribución que han aumentado el precio de los alimentos al por menor de forma desproporcionada y abusiva, provocando un aumento muy fuerte de la inflación y una pérdida del poder adquisitivo de las clases populares. Los gobiernos se han negado a gravar de forma extraordinaria sus beneficios. Las empresas de producción de armas también ven aumentar sus beneficios gracias a la guerra en Ucrania y Oriente Próximo.

En esta situación y con esta postura de negativa a hacer gravámenes sobre las empresas que se beneficiaban de la crisis y de los más ricos, los Estados han recurrido cada vez más a la financiación a través de la deuda en lugar de financiarse a través de ingresos fiscales, excepto los procedentes de los impuestos indirectos sobre el consumo (Impuesto sobre el valor añadido – IVA) que son particularmente negativos para la gran mayoría de la población y en particular para los sectores con los ingresos más bajos.

En la batalla de las ideas, habrá que demostrar que gran parte de la deuda pública es, en consecuencia, ilegítima y que debe ser auditada, con participación ciudadana activa, y cancelada.

La política de los líderes europeos y de los gobiernos nacionales en materia de migración también se endurecerá y las violaciones de los derechos humanos aumentarán. Las violaciones de estos derechos se multiplicarán cuando son denunciadas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y las asociaciones de defensa de los derechos humanos.

La inacción climática de los gobiernos y las instituciones europeas también se profundizará.

El rearme se acelerará.

Quienes en la izquierda todavía tienen la ilusión de que la UE constituye un espacio menos neoliberal y más favorable a una mejor defensa de los derechos humanos se equivocan gravemente. Las políticas de la UE constituyen una máquina para fortalecer la extrema derecha y producir un giro cada vez más acentuado hacia múltiples violaciones de los derechos humanos, de los derechos de protesta, contra lo que subsiste como bienes comunes.

Hay el riesgo de que los discursos de extrema derecha y las políticas favorables a ellos sigan extendiéndose.

En consecuencia, la lucha antifascista y las acciones de protesta contra el ascenso de la extrema derecha tomarán cada vez más importancia. Los alentadores resultados de las elecciones legislativas francesas del 30 de junio y 7 de julio de 2024 muestran que si la izquierda se une entorno a un programa de ruptura clara con las políticas neoliberales y se apoya en movilizaciones populares, es posible resistir el ascenso de la extrema derecha.

Los movimientos sociales y los partidos políticos de izquierda deben retomar la iniciativa sobre la base de un programa decidido de ruptura con el capitalismo y con una práctica no menos decididamente unitaria. Donde sea posible, es necesario favorecer urgentemente la construcción de un frente social y político con una dinámica unitaria en la base, en los barrios, en los lugares de trabajo… Un frente social y político capaz de convocar movilizaciones para construir una correlación de fuerzas favorable y obtener ciertas victorias y, en cualquier caso, un retroceso de la ofensiva de la derecha y la extrema derecha.

Hay que intentar reconstruir un espacio internacional de encuentro de organizaciones políticas y movimientos sociales orientado a la acción, en particular contra el ascenso de la extrema derecha, integrando en la medida de lo posible las dimensiones ecológicas, feministas, LGBTQI +, internacionalistas, antiimperialistas, anticapitalistas.

Una primera conferencia antifascista debía celebrarse en Porto Alegre (Brasil), cuna en 2001 del Foro Social Mundial, en mayo de 2024 y tuvo que posponerse debido a las trágicas inundaciones que afectaron a la capital del estado de Río Grande Do Sul y su región. Su reprogramación para mayo de 2025 está en camino porque las fuerzas que estaban dispuestas a acogerla de forma unitaria son favorables a ello.

La política genocida hacia el pueblo palestino llevada a cabo con impunidad por el gobierno neofascista de extrema derecha de Netanyahu es un argumento más para reforzar las acciones internacionales para oponerse a la política de la Unión Europea y Washington que arma a los genocidas. La perspectiva de una victoria electoral de Donald Trump también debe ser un poderoso motor de movilización. Debemos reafirmar la solidaridad con todos los pueblos que luchan por su autodeterminación y se enfrentan a agresiones como es el caso tanto del pueblo palestino como del pueblo ucraniano. La emergencia ecológica y climática también debe impulsar la voluntad de movilizarse.

El autor agradece a Peter Wahl, Angela Klein, Roland Kulke, Fiona Dove, Thies Gleiss, Gerhard Klas, Manuel Kellner, Tord Björk, Raffaella Bollini, Franco Turigliatto, Gigi Malabarba, Miguel Urban, Alex De Jong, Roberto Firenze, Gippo Mugandu, Roland Zarzycki que han respondido a mis preguntas sobre los resultados de las elecciones europeas. Gracias a Maxime Perriot por su revisión. El autor es el único responsable de las opiniones emitidas en este artículo y de los errores que pueda contener.

Notas:

[1] Además de Bélgica, también Bulgaria, Grecia y Luxemburgo.

[2] Miguel Urbán. Quien siembra políticas de extrema derecha… recoge extrema derecha. https://vientosur.info/quien-siembra-politicas-de-extrema-derecharecoge-extrema-derecha/

[3] Miguel Urban, « Vox se “Lepeniza” » – El Salto – Edición General, 13/07/2024 https://www.elsaltodiario.com/opinion/miguel-urban-vox-se-lepeniza

[4] Los 4 eurodiputados/as son Marion Maréchal que está aún más a la derecha que su tía Marine Le Pen. Los otros tres son Guillaume Peltier, Laurence Trochu y Nicolas Ray.

[5] A comienzos de los años 1980, el PTB denunciaba el socialimperialismo soviético como tan peligroso como el imperialismo de los Estados Unidos, denunciaba a Cuba como el brazo armado del socialimperialismo soviético que operaba en particular en Angola. En mayo de 1989, el PTB apoyó la represión de las autoridades chinas contra la ocupación de la plaza de Tienanmen. Autores del PTB afirmaban que los procesos de Moscú de los años 1930 estaban justificados y no habían ido suficientemente lejos en la depuración de elementos traidores a la causa comunista. El PTB intentó reconstruir el movimiento comunista internacional en colaboración y luego en competencia con el Partido Comunista filipino de Jo María Sison y Sendero Luminoso de Abismael Guzmán. Su giro data de los años 2000. Mantiene una referencia marxista-leninista.

Eric Toussaint es doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, portavoz del CADTM internacional y miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia

Fuente: https://www.cadtm.org/Version-2-0-Una-Europa-que-deriva-hacia-la-derecha-y-la-extrema-derecha