Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.
Fragmentos
Quienes murieron anoche son los nuestros.
En la terraza de un restaurante, en un bar, en la calle, en una sala de conciertos.
Los nuestros.
Muertos porque unos asesinos decidieron atacar en pleno París y disparar a la muchedumbre, con el objetivo de hacer la mayor cantidad de víctimas posibles.
11:30 horas, Sarkozy acaba de declarar «Estamos en guerra».
Por una vez estoy de acuerdo con él. Ellos están en guerra.
Vosotros estáis en guerra, vosotros, los Sarkozy, Hollande, Valls, Cameron, Netanyahu, Obama. Vosotros estáis en guerra, vosotros y vuestros aliados políticos, vosotros y vuestros amigos, dueños de multinacionales.
Y vosotros nos habéis metido ahí sin preguntarnos nuestra opinión.
Afganistán, Iraq, Libia, Mali, Siria…No siempre hemos sido muchos en protestar. No hemos logrado convencer lo suficiente de que lo único que harían estas expediciones militares sería aportar más inestabilidad, violencia y tragedias.
Allí y aquí.
Y es que la guerra no empezó anoche. Y tampoco empezó en enero cuando las matanzas de Charlie Hebdo y del Hyper Cacher. Había empezado mucho antes.
En enero escribí esto:
«Una de las causas de la estupefacción que afecta a amplios sectores de la población, incluidos los círculos militantes, es el haber (re)descubierto esta verdad: sí, Francia está en guerra. Una guerra que no siempre se la denomina de esta manera, una guerra de la que se habla poco en las asambleas, en los medios de comunicación y de manera más general en el espacio público; una guerra y unos enemigos que no siempre están bien identificados, una guerra asimétrica, aunque sigue siendo una guerra. Las recientes matanzas se lo han recordado de forma brutal a quien lo ignoraba, se negaba a verlo o lo había olvidado: Francia está en guerra, la guerra causa muertos y los muertos no siempre se cuentan entre el adversario.
¿Contra quién está en guerra Francia? Según los discursos y los momentos, contra el «terrorismo internacional», contra el «yihadismo», contra la «barbarie integrista», etc. Este texto no pretende discutir estas denominaciones imprecisas, las generalizaciones abusivas que implican y las paradojas que sustentan (alianzas de geometría variable, apoyo a unos regímenes cuyos políticos favorecen el desarrollo de las corrientes «yiihadistas», participación en unas intervenciones militares que refuerzan estas corrientes, etc.). Más bien se trata de poner de relieve que, en realidad, Francia ha seguido los pasos dados en Estados Unidos por George W. Bush desde septiembre de 2001 (guerra en Afganistán, legislación «antiterrorista») y ha hecho suya, aunque sin decirlo, la retórica y la política del «choque de civilizaciones».
Hace ya casi 14 años que Francia estaba en guerra sin asumirlo».
No hay razón alguna para modificar ni una línea de este extracto. Y decirlo no es una falta de respeto a las víctimas o a sus familias.
Evidentemente, la emoción, la indignación y el dolor son legítimos. Los asesinos que han acabado con las vidas de cientos, de miles de vidas ayer son inexcusables.
12:00, el Daesh lo acaba de reivindicar. Evidentemente. Ellos también están en guerra.
Según la agencia AFP, que citaba un testigo en la sala Bataclan, uno de los asesinos gritó: «La culpa es de Hollande, es culpa de vuestro presidente, no tenía que intervenir en Siria».
Se puede cerrar los ojos y taparse los oídos. Y dejarse aturdir por la retórica despolitizante del «terrorismo ciego», que a la fuerza es inexplicable.
Pero los asesinos de París no son unos pobres tipos irresponsables, «locos» o manipulados por vete a saber qué servicios secretos. En las próximas horas y días sabremos más, pero sin lugar a dudas tendrán un perfil y un discurso más o menos similares a los de los Kouachi y de Coulibaly, a propósito de los cuales escribí lo siguiente, también en enero:
«Los asesinos tienen un discurso (véanse sus entrevistas y vídeos en los que hablan de Siria, de Iraq, de las ofensas hechas a los musulmanes en Francia y en el mundo, etc.), un corpus teórico (véase sobre todo el artículo publicado por Mediapart), unas referencias organizativas (Estado Islámico, al-Qaeda en la Península Arábiga).
[…] Se consideran, racionalmente, en guerra contra determinada Francia y se consideran, racionalmente, en situación de legítima defensa. Testimonio de ello es esta declaración de Coulibaly en su vídeo póstumo: «Vosotros atacáis el Califato, atacáis al Estado Islámico, se os ataca. No podéis atacar y no recibir nada a cambio»».
Sí, el Daesh hace política. Son unos asesinos, pero hacen política.
Y anoche atacaron fuerte, muy fuerte.
¿Ciegamente? Sí y no.
Sí, porque han atacado a personas que no estaban directamente implicadas en esta guerra, personas cuyo único crimen era estar ahí, personas que habrían podido estar en otra parte y que hoy todavía estarían entre nosotros.
No, porque atacar de esta manera es lanzar un mensaje: «Vuestro país está en guerra con nosotros y mientras dure esta guerra ninguno de vosotros estará seguro».
Hacen política. Detestable, pero política.
Vivimos en un mundo en guerra. Rusia, Francia y Estados Unidos bombardean Siria.
Arabia Saudí bombardea Yemen. Las «operaciones» francesas prosiguen en Mali. Obama ha anunciado que sus tropas no dejarán Afganistán.
Según el Alto Comisionado para los Refugiados nunca ha habido tantas personas desplazadas y refugiadas como hoy en día y no hay razón alguna para que las cosas mejoren.
El balance en estos momentos es de 128 muertos. 128 muertos de más.
13 de noviembre de 2015, 128 muertos.
128, son muchos. Es espantoso.
Es casi tanto como la media cotidiana de muertos en Siria desde marzo de 2011.
Casi tanto como la media cotidiana, sí: 250.000 muertos desde marzo de 2011 son casi 4.500 muertos al mes, es decir, casi 150 muertos al día.
Un aviso para la próxima persona que nos explique que no entiende por qué los sirios huyen a Europa: desde hace más de cuatro años y medio es 13 de noviembre todos los días en Siria. Y es vuestro nuevo aliado Assad quien es el primer responsable al haber reprimido salvajemente un levantamiento que entonces era pacífico.
Vivimos en un mundo en guerra. Y eso permite a algunos hacer negocios.
[Ventas de armas: 2015 un año récord para Francia]
Francia se felicita por la venta de sus máquinas de guerra a Egipto. Francia se felicita por vender sus máquinas de guerra a Arabia Saudí. Francia se felicita por vender sus máquinas de guerra a los Emiratos Árabes Unidos.
Pero Francia se asombra, se indigna, se subleva ser ella también un blanco.
Hipocresía. Vileza. Mentira.
Se ha desatado a los perros. Echan espuma por la boca.
[1-Exijo que se meta en campos de internamiento a las 4.000 personas fichadas por terrorismo. 2-¡París esta noche es Beirut. Lógico para un país en vías de libanización.
Pagaremos cara nuestra cobardía frente al comunitarismo! 3- Inmenso drama en París, he aquí a donde nos lleva la laxitud y la «mezquitación» de Francia.]
Habrá que aguantar.
De nuevo en el mes de enero:
«Toda respuesta guerrera, de seguridad, estigmatizante o ciega a las realidades económicas, políticas y sociales de la Francia de 2015 no solo está condenada a fracasar sino que es, además, otro paso más hacia futuras matanzas.»
Ya hemos llegado. Mañana era anoche.
13:00 horas, Cambadélis anuncia que «la Francia en guerra acaba de sufrir una prueba de guerra».
Dicen y repiten que Francia está en guerra. Pero cuando lo dicen es para decir «nosotros estamos en guerra». Un «nosotros» en el que querrían implicarnos.
No. Lo único que han aportado a los cuatro rincones del mundo 14 años de vuestra guerra es cada vez más violencia, más tragedias y nuevas guerras.
Si no se hubiera arrasado Iraq, Daech no existiría.
Paul Valéry decía que «la guerra es una masacre de personas que no se conocen a beneficio de personas que no se conocen pero que no se masacran».
Tenía razón. Quienes pagan el precio siempre son los mismos.
Y si queremos que pare todo esto va a ser necesario, una vez que pase en shock, hacer todo lo necesario para poner fin a esta huida adelante hacia la barbarie generalizada.
No es demasiado tarde. Todavía estamos a tiempo de pasar a otra cosa. Radicalmente.
Rechazando la orden de «con nosotros o con los terroristas».
Rechazando los llamamientos a la unidad con los verdugos y quienes hacer las guerras que construyen cada día un mundo más bárbaro.
Rechazando su mundo basado en la explotación, el robo, la violencia, la injusticia, las desigualdades, el hacer competir a quienes deberían unirse.
Luchar por otro mundo que no solo es posible, sino que es más que nunca necesario.
Mantener en norte y no conceder nada bajo la presión de la emoción o de la estupefacción.
Me podrás tachar de ingenuo si quieres. Pero mi ingenuidad nunca ha matado a nadie, al contrario que tu «pragmatismo».
Más que nunca es el momento de «resistir a lo irresistible». De lo contrario todos vamos a pasar por ahí.
Así que, no, Cambadélis. No, Sarkozy. No, Hollande. «Nosotros» no estamos en guerra.
Esta no es mi guerra, esta no es nuestra guerra. Es vuestra guerra.
Y una vez más son nuestros muertos. Como en Madrid en 2004, como en Londres en 2005, como en Egipto hace quince días, como en Beirut esta semana.
Y como en todas partes donde vosotros sembráis el terror.
Vuestras guerras, nuestros muertos.
Vuestras guerras, no more.
Fuente original: http://resisteralairdutemps.blogspot.fr/2015/11/vos-guerres-nos-morts.html