Aunque las encuestas europeas dan el triunfo al Partido Popular Europeo, lo hacen por tan poca ventaja que las fuerzas progresistas podrían plantear, en su conjunto, una alternativa que permitiera un presidente progresista de la Comisión Europea. El problema principal es que, en función de los posibles resultados, quien debería encabezar esa opción tendría que […]
Aunque las encuestas europeas dan el triunfo al Partido Popular Europeo, lo hacen por tan poca ventaja que las fuerzas progresistas podrían plantear, en su conjunto, una alternativa que permitiera un presidente progresista de la Comisión Europea. El problema principal es que, en función de los posibles resultados, quien debería encabezar esa opción tendría que ser el candidato del Partido Socialista Europeo, el socialdemócrata alemán Martin Schultz. Y ahí es donde se tuercen las previsiones. Sobre todo porque, como señala a cuartopoder.es el número uno de la candidatura de IU, Willy Meyer, «el entendimiento es imposible» tal y como están las cosas.
La última proyección de todas las encuestas realizadas en todos los países afectados en los que se consulta a las urnas, la realizada el 28 de marzo por TNS Opinión para el Parlamento Europeo, vaticinaba una ventaja de los conservadores de sólo 5 escaños sobre los socialistas europeos. Una diferencia de 211 contra 206 eurodiputados en una Cámara de 751 miembros..
Según esa proyección, la Alianza de los Liberales y Demócratas (ALDE) sólo obtendría 62 diputados de los 84 que tenía. Le seguiría el Grupo de la Izquierda Unitaria Europea-Izquierda Verde Nórdica con 52 escaños frente a los 35 que tenía. El grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea (GREENS/EFA), por su parte, bajaría desde los 55 a los 43. Por su lado, el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) se quedaría con 39 frente a los 54 que tenía y Europa de la Libertad y la Democracia (EFD) se quedaría muy de cerca, con 32.
La última proyección del 16 de abril, realizada por VoteWatch y la consultora Buston-Marsteller, no generó grades cambios. Colocaba al PPE con 222 eurodiputados frente a 209 de los socialistas, otorgaba a los liberales 60 puestos y situaba a la izquierda alternativa como cuarta fuerza con 53 escaños. Los conservadores británicos obtendrían 42 eurodiputados y los verdes 38. Añadía la novedad de que la extrema derecha puede lograr un grupo político independiente gracias al acuerdo entre la francesa Marine Le Pen y el holandés Geert Wilders, que contarán con 38 escaños de siete Estados miembros. Este grupo incluiría al partido austríaco FPÖ, del belga Vlaams. En cualquier caso, las conclusiones fueron que la diferencia entre los dos principales grupos es todavía «razonablemente pequeña» teniendo en cuenta los márgenes de error.
Sin embargo, el entendimiento entre socialistas, la izquierda alternativa y los verdes parece más difícil que nunca. «Imposible», según Willy Meyer. Como lo es intentar salvar el Estado de Bienestar en toda Europa pactando con la socialdemocracia.
«El actual consenso de Bruselas, alcanzado por la antigua socialdemocracia y la derecha, que gobiernan la Comisión Europea y la propia Alemania (CDU-CSU-SPD), lo que pretende, precisamente, es imponer el principio desregulador en la economía y el sector financiero, lo que nos está llevando a la ruina y a un recorte sin precedentes en lo social y a la propia democracia», precisa. Por eso considera que su candidato europeo, el griego Alexis Tsipras, de Syriza, es el que mejor refleja el tipo de cambio que es necesario producir en toda Europa. «Desgraciadamente, la socialdemocracia tal y como se entendía en los años setenta, aquella representada por Willy Brandt y Olof Palme, arrió todas sus banderas reformistas para contener al capitalismo en su estado más salvaje y la realidad hoy es tozuda: la antigua socialdemocracia es corresponsable de las políticas que han permitido el asalto de los mercados a la política, a los Estados, dejando esa parte de la izquierda cultural y sociológica totalmente desarmada», añade.
Que las cosas están claras respecto a saber por dónde van los tiros lo demuestra, a su juicio, el Gobierno de coalición en Alemania. «Merkel no tuvo mayoría en las pasadas elecciones alemana y se podía haber configurado un gobierno del SPD, Die Linke y Verdes. Pero la socialdemocracia ha preferido gobernar con Merkel», lamentó.
También España es un referente sobre la falta de entendimiento a nivel estatal, «aunque ya veremos». De momento, «todo indica que dentro del PSOE se están produciendo movimientos en torno a Felipe González y su antiguo equipo económico, también desde el circulo del IBEX35 y la propia Corona, para permitir un futuro gobierno de coalición PP-PSOE».
Teniendo en cuenta su análisis, la conclusión de Meyer es inevitable. «En estas condiciones es imposible al día de hoy una confluencia programática claramente confrontada con el neoliberalismo porque la socialdemocracia forma parte precisamente del neoliberalismo». El caso de Francia y el Partido Socialista Francés, dice, «es esclarecedor». Más allá de la desastrosa política de ajuste que acaba de iniciar, el candidato de IU recuerda que «Hollande se comprometió con el electorado de izquierdas a poner fin al Tratado de Estabilidad si ganaba a Sarkozy y lo hizo con nuestra ayuda, la del Frente de Izquierdas; pero luego, cuando llegó la convalidación del Tratado de Estabilidad a la Asamblea Nacional Francesa, el PS votó a favor».