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Costa Rica

2010: el año viejo

Fuentes: Rebelión

Hacer un balance de lo que como diría la canción «pasado pasado ya» siempre es complicado, no por lo que se diga, si no por lo que intencionadamente se deja de decir. En ese sentido, nuestro balance será en torno al Gobierno de «La Chinchilla y el PLN»; los grupos de poder; el Calero «affair» […]


Hacer un balance de lo que como diría la canción «pasado pasado ya» siempre es complicado, no por lo que se diga, si no por lo que intencionadamente se deja de decir. En ese sentido, nuestro balance será en torno al Gobierno de «La Chinchilla y el PLN»; los grupos de poder; el Calero «affair» y los limítes del pensamiento «progresista» costarricense. 

«La Chinchilla y el PLN»: Un aspecto básico que quedó demostrado en el año 2010 es la contradicción entre el poder electoral del PLN y el poder real de la actual administración de La Chinchilla. Si bien, no asumimos al gobierno y al partido como una «unidad», la difereniciación de ambos permite «medir» los poderes reales y alcances del oficialismo en sus dos vertientes, por un lado la partidaria y por otro lado la gobernante y alejarnos así de las visiones tragico-monóliticas de ver el poder en Costa Rica.

Del lado del PLN, las estructuras clienterales político rentistas han mantenido su hegemonía en los niveles tanto nacionales, como locales, manifiesto lo anterior en los margenes de victoria tanto en las elecciones presidenciales, como en las municipales. Esta hegemonía a su vez ha estado determinada por su poder económico (acceso a medios, financiamiento de campañas), el poder caudillezco en los niveles locales (alcaldes, líderes comunales, sacerdotes, maestr@s), por la desarticulada o nula oposición, sobre todo fuera del área metropolitana y consecuentemente su incapacidad de generar alianzas fuera del «personalismo mesiánico«. Dicha «hegemonía», no significa la ausencia de amplias contradicciones en algunos espacios locales (Sardinal, principalmente), sino su «políticamente correcta administración«.

Del lado de la administración de La Chinchilla, si bien esta asumió el gobierno con el espaldarazo y la mesa servida de Oscar Arias los días han venido haciendo aguas en la luna de miel «Chinchilla-Los Arias». Primero, fue el gran hermano Rodrigo y su «repentina» candidatura, el encontrazo con el nuevo ministro de la presidencia Marco Vargas y la salida al paso de La Chinchilla para poner orden al «big brother». Le siguieron protestas en JAPDEVA, las Universidades Públicas, los porteadores, Sardinal, el salariazo de los diputados, la huelga de hambre contra Crucitas, la desconfianza del sector empresarial y el «affair» Calero que ante los ojos de los hermanos Arias rompieron con su herencia de «estabilidad democrática y quorum político».

Tratando de impedir una «desbandada» de poder mayor, Rodrigo por un lado ha adherido a su candidatura presidencial del 2014 a una amplia mayoría de la bancada oficialista, mientras que Oscar se ha desmarcado provisionalmente de la «gelatinona, blandengue y malagradecida» presidenta. A esto hemos de sumar los nombramiento de Francisco Antonio Pacheco en la junta directiva del Banco Popular, de Édgar Gutiérrez López en la Aresep y la posible «asunsión» de Luis Liberman al Ministerio de la Presidencia y así reorientar el «barco del Señor Capitán».

Los grupos de poder: Respaldada por el sector empresarial costarricense, los amores entre ambos han ido en decadencia, sobre todo con los sectores clave del «modelo de desarollo tico»: los exportadores y las empresas ligadas al turismo. La nueva política cambiaria implantada por Rodrigo Bolaños ha hecho que en palabras de Carlos Federspiel «los ticos nos hagamos más ricos». Sin embargo, a diferencia de lo que opina uno de los más grandes importadores (dueño de Universal y Subaru Costa Rica), las grandes empresas exportadoras -sobre todo en el sector agroindustrial- han ya iniciado cierres de plantas y despidos masivos. Junto a esta inestabilidad cambiaria que ha favorecido a importadores, hemos de sumar el déficit en la balanza comercial que el año anterior alcanzó un 31% mayor al experiementado en el período 2008-2009.

Es decir, La Chinchilla se debate entre la «pérdida» de «competitividad país» producto de la inestabilidad cambiaria, con amplias consecuencias para el sector exportador y turístico, el estancamiento de los salarios en dólares de empleados del sector privado, la ampliación de las ganancias en el sector importador y a su vez un crecimiento dependiente -a lo El Salvador- de las importaciones.

Así, también se consolidó la expansión del capital financiero privado con la compra de BAC-CREDOMATIC que hizo el «asesor» de Álvaro Uribe y uno de los hombres más ricos de Colombia Luis Carlos Sarmiento Angulo, la expansión inmobiliaria del Grupo Roble de El Salvador (Familia Poma), con la construcción del Escazú Corporate Center, que se une a las dos Multiplazas, el complejo plaza Roble y los hoteles Real Intercontinental, JW Marriott y el Quality . Asimismo, la «apertura» post-TLC en materia de telecomunicaciones ha dado como resultado que «misteriosamente» solo compitan para los «tres» espacios concedidos por la SUTEL dos empresas, las cuáles en América Latina controlan un 52% del mercado: de Carlos Slim y América Movil, Claro y de César Alierta de España Telefónica.

Asimismo, en materia de seguros ingresan la española Mapfre; la subsidiaria de la «rescatada» AIG, ALICO; ASSA del multimillonario y dueño de Copa Airlines Stanley Motta; Panamerican life insurance Co y la gigante colombiana «Aseguradora Bolívar» del también multimillonario colombiano José Alejandro Cortés.

El «Calero affair» y los límites del pensamiento «progresista» costarricense: Sin duda alguna el «evento» del año 2010 fue lo sucedido en la dichosa «Isla» Calero. Al igual que lo sucedido años atrás con el asesinato de Natividad Canda de nuevo los «ticos» hicieron aflorar ese don pacífico que «nos» caracteriza. Poco a poco vimos como las calles, casas, facebook y oficinas iban siendo inundadas de nuestra «gloriosa» bandera y todos absolutamente todos abrían sus brazos, mentes y lenguas para defender a La Chinchilla; el 11S en los EEUU se quedo corto ante tal alto grado de «patrioterismo servil».

No se quedaron atrás los llamados a formar milicias para defender la pura y sacrosanta soberanía nacional violentada por el «otro nica feo y malicioso». A lo que se han sumado también, los lapíceros del «progresismo vallecentrista», quienes han alabado el rol del «pacifismo» costarricense y el «excelente» manejo diplomático de nuestro canciller happy hour.

Muchos escritos y comentarios de respetados intelectuales y activistas han dejado ver los limítes del pensamiento, llamémoslo progresista costarricense: la jaula de la «excepcionalidad» y los «mitos» (blanco, pacífico, bueno) del ser costarricense. Tácita o explícitamente nos hemos encontrado con escritos que desde una historiografía autista o el biologuismo darwiniano presentan al «tico» «diferente» y mesíanico frente a un «otro», cuya historia ha sido cargada de violencia y barbarie.

No se trata por tanto de «re» inventar una «identidad de por sí ya estudiada y dilúida, sino de tener claro desde cual jaula escribe, piensa y actua ese «progresismo», si es que además se cree en un proyecto político «otro».

Así, las cosas mientras algunos juegan a los «soldaditos» de plomo, otros escriben manifiestos del «ser» costarricense y en Repretel nos «torean» con la bandera, asumimos todos callados y felices la llegada de los 1000 peluches, 46 navíos de guerra, 42 helicópteros y demás amiguitos «civilizados» marines estadounidenses… Feliz año 2011

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.