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La mayoría perecieron en la ruta del Mediterráneo central con destino a Italia

3.156 migrantes han muerto en la travesía del Mediterráneo durante 2016

Fuentes: Rebelión

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha contabilizado 3.156 migrantes muertos en el mar Mediterráneo entre enero y el 18 de agosto de 2016, cifra que supone 800 fallecidos más que en mismo periodo del año anterior (2.333 muertes). La mayor parte de los emigrantes que han logrado llegar a Europa tras la travesía […]

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha contabilizado 3.156 migrantes muertos en el mar Mediterráneo entre enero y el 18 de agosto de 2016, cifra que supone 800 fallecidos más que en mismo periodo del año anterior (2.333 muertes). La mayor parte de los emigrantes que han logrado llegar a Europa tras la travesía por el Mediterráneo, añade la entidad solidaria, han recalado en Grecia e Italia.

Entre los últimos casos registrados, destacan los tres cadáveres arrastrados por el mar hasta Sabratha, en las costas de Libia. Los guardacostas de este país también informaron de que el cuerpo de una mujer fue encontrado a la deriva en la playa de Az-Zawiyah. La directora del proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, Julia Black, ha calificado de «alarmante» la frecuencia con que el mar arrastra a emigrantes y refugiados muertos hasta el litoral libio. Así, entre enero y el 18 de agosto de 2016 se han encontrado 333 cuerpos sin vida en las costas del país norteafricano. Sin embargo, «son pocos los cadáveres que el mar arrastra hasta las playas, por lo que no figuran en las noticias», ha explicado Julia Black. La estadística de fallecidos engorda y «hay un indicador de que más personas de las que tenemos conocimiento podrían estar muriendo en el Mediterráneo». Algunos escapan a la tragedia, como los 730 migrantes rescatados en el Canal de Sicilia entre el 10 y el 17 de agosto.

Según el cómputo de la OIM, la mayoría de quienes en 2016 han perdido la vida durante la travesía marítima -2.721 personas-, perecieron en la llamada ruta del Mediterráneo Central con destino a Italia. Otros 383 emigrantes murieron en la ruta del este hacia Grecia y Chipre, mientras que 52 personas fallecieron intentando entrar a Europa por el Mediterráneo occidental y las rutas africanas del oeste, rumbo a España.

Pero otros sobreviven a la zozobra. La Organización Internacional para las Migraciones informa de que unos 266.026 migrantes y refugiados han conseguido entrar en Europa por el mar Mediterráneo durante 2016 (entre el mes de enero y el 18 de agosto). La mayoría -162.015 personas de nacionalidad siria, afgana e iraquí- han accedido a territorio griego, y en menor número -101.507 personas de Eritrea, Nigeria, Somalia y Sudán- lograron arribar a Italia. La OIM agrega que hasta el pasado 30 de junio llegaron a las costas españolas 2.476 emigrantes. Según la estadística, la cifra global de desembarcados en el viejo continente ha disminuido respecto a los ocho primeros meses de 2015, periodo en el que llegaron 354.618 personas (la mayoría desplazándose de Turquía a Grecia).

El detalle del caso griego reviste interés por la particular evolución. Desde marzo de 2016, las llegadas mensuales a las islas helenas disminuyeron más de un 85% respecto al primer trimestre, aunque en las últimas fechas ha cambiado la tendencia. Además, según la OIM, cerca de 10.000 inmigrantes y refugiados permanecen actualmente en islas griegas como Lesbos (4.500), Chios (3.000) y Samos (1.400). En cuanto a las llegadas más recientes destaca el caso de Bulgaria, donde arribaron desde primeros de agosto 1.289 personas desplazadas por vía terrestre desde Turquía. En el mismo periodo desembarcaron en Grecia 1.252 migrantes y 7.259 en Italia.

Además de la información cuantitativa, la OIM da cuenta en un reciente comunicado de las circunstancias en las que se realizan las travesías. Las entrevistas en Italia a 1.400 migrantes y refugiados que se desplazaron desde el norte de África hasta Europa, arrojan una conclusión estremecedora: el 76% constataron trata de personas y otras prácticas de explotación a lo largo de la ruta. Los cuestionarios se llevaron a término entre el 24 de junio y el tres de agosto, y en las respuestas se apuntan evidencias de secuestro, tortura y trabajos o servicios que no se remuneraron tal como se había acordado. De hecho, se pone de manifiesto el «comportamiento depredador de traficantes y tratantes de personas», afirma la organización solidaria en la nota informativa. La mayor parte de estos abusos ocurrieron en Libia. En términos comparativos, los migrantes entrevistados en Italia apuntaron estas formas de explotación en proporción muy superior a los entrevistados en la ruta del Mediterráneo oriental (Grecia y Chipre).

Los hechos señalados comprenden desde la obligación de realizar labores contra la voluntad de los emigrantes, hasta el ofrecimiento de arreglos matrimoniales. Se incluye asimismo las detenciones por parte de individuos sin autoridad para ello. «Algunos migrantes comentaron que no les quedaba más remedio que dar la sangre durante su cautiverio», subraya el comunicado. Con independencia de las entrevistas efectuadas en Italia, el director de la Oficina de Coordinación de la OIM en Roma, Federico Soda, resalta otras tendencias observables sobre el terreno: cerca de 13.000 menores no acompañados han llegado a Italia durante el presente año; y 5.346 mujeres nigerianas, «que consideramos son objeto de trata en un 80%». Destaca también la identificación de más de 200 víctimas de trata en las zonas de desembarque italianas durante 2016, entre las que puede encontrar a niñas de 13 años. Pero las violaciones de los derechos humanos trascienden el territorio europeo. «Sabemos que las amenazas y la violencia que los traficantes perpetran en el país de origen en contra de las familias de las víctimas son cada vez más devastadoras», explica Federico Soda. Los menores no acompañados, cuya llegada a Italia viene aumentando, también se exponen a la explotación sexual y laboral. «A menudo desconocen esta realidad, son sumamente vulnerables», concluye Soda.

¿Cómo responde Europa a los compromisos adquiridos? Coincidiendo con el primer aniversario del acuerdo de la UE sobre reubicación y reasentamiento de solicitantes de asilo, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) calificó el pasado 20 de julio la actitud de las autoridades europeas de «pasividad flagrante». CEAR criticó que las 3.105 reubicaciones y cerca de 7.200 reasentamientos materializados a finales de julio distaban notablemente de los acuerdos alcanzados un año antes y ampliados en septiembre. La secretaria general de la entidad, Estrella Galán, apuntó además una fatídica coincidencia en la estadística: la del número de muertos durante 2016 en el Mediterráneo y la de reubicaciones llevadas a cabo desde septiembre. Si se continúa al mismo ritmo, la Unión Europea tardará 43 años en cumplir con las 160.000 reubicaciones que se comprometió a realizar en dos, calcula CEAR. «La UE no ha sido capaz ni tenido voluntad de poner ese pequeño parche ante un drama humanitario que afecta a millones de personas», remata Estrella Galán.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.