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¿Se avecina el exterminio y espolio generalizado de Latinoamérica?

Fuentes: Rebelión

Golpe de Estado en Bolivia Hay que ser muy miserable, tener muchísimo estómago e indiferencia, el cerebro destrozado por el Poder Mediático o fuertes intereses espoliadores, para negar el golpe de Estado militar fascista y racista que en este otoño de 2019 se ha producido en Bolivia. Se ha realizado con terroríficas e intolerables consecuencias: más […]

Golpe de Estado en Bolivia

Hay que ser muy miserable, tener muchísimo estómago e indiferencia, el cerebro destrozado por el Poder Mediático o fuertes intereses espoliadores, para negar el golpe de Estado militar fascista y racista que en este otoño de 2019 se ha producido en Bolivia. Se ha realizado con terroríficas e intolerables consecuencias: más de 60 muertos de bala en una semana, y lo fueron, incluso tiroteados desde helicópteros próximos. Casi todos fueron indígenas. Además, el ejército ataco mortalmente a una manifestación fúnebre derribando las caravanas de ataúdes de estos baleados. Esto solo puede tener una explicación: imperdonable obsesión por potenciar el pánico entre los indígenas, se dio un intento de asesinato al presidente legítimo, más que nada por ser indígena, por redistribuir la riqueza y conseguir defender a los indígenas a pesar de la peligrosísima amenaza de los «Cívicos de Santa Cruz», capitaneados por Camacho, y pese a la existencia del ejército golpista que acabamos de comentar, y que antaño, vendiéndose al presidente Lyndon B. Johnson, asesinó al Che Guevara. Un golpe cruento militar liderado por el triunvirato: El general Williams Kaliman, Jeanine Áñez y el Macho Camacho el ex presidente Carlos Mesa se reserva para después.

Las macro corporaciones globales de EEUU, el neoliberalismo de los oligarcas de EEUU y de la UE quieren repetir la gloriosa gesta de los siglos XVII y XIX en la que los gringos en los famosos Western que exterminaron a prácticamente todos los indígenas de los EEUU para quedarse con todas sus legitimas propiedades, bien conservadas y administradas por los nativos. Una gran ayuda para lograrlo son personajes como el brasileño Bolsonaro, el racista y millonario boliviano Camacho, el chileno Piñera, el colombiano Duque, etc.

En España tenemos un gran número de políticos miserables que rápidamente negaron el golpe de Estado y se alegraron de que «el Indio Evo haya huido cobardemente con el rabo entre las patas», cuando acaba de estar apunto de pasarle lo que le pasó a Salvador Allende asesinado por el ejército de Pinochet.

¡Insisto!, es completamente incorrecto llamar dictador o dictadorzuelo estalinista (algo que podría decir Santiago Abascal), a un presidente de Bolivia legitimado repetidamente y principalmente por la población indígena. También es incorrecto denominar dictador o dictadorzuelos a jefes de gobierno de la región andina como Evo y otros: Correa, Chávez y Maduro, Lugo, Manuel Zelaya, Lula da Silva, José Mújica, etc. Ganaron, una vez tras otra, por mayoría absoluta y abrumadora. A estos jamás se les pueden llamar dictadores, pero se empeñan en hacer una inmensa mayoría influidos por la llamada «prensa libre», considerando en ella un ejemplo pionero el diario coprofagico y satanizador «El País». Todos estos presidentes andinos referidos han sido completamente democráticos y legitimados. Otra cosa es que sean criticables, incluso que se les pueda llamar lacayos del extractivismo, calificativo que para mí es de gran gravedad. Pese a todo este extractivismo (aunque sí que es muy anti-ecológico) sí que lo han emprendido con la buena voluntad de lograr una redistribución de la riqueza material; pero ello, por desgracia, se ha conseguido a partir del saqueo de los ecosistemas y la biodiversidad, y la diversidad cultural de los pueblos indígenas y de no haber sabido salir de la religión del «crecimiento económico».

Un poco de historia reciente de Latinoamérica y el poder mediático de EEUU

Pese a ser perfectamente legítimos todos lo presidentes mencionados y pese a que la «prensa libre» ha introducido sobre casi todos la falsa idea de que son unos dictadores estos presidentes legitimados por abrumadora mayoría. ¡La «prensa libre», es que es terrible! se encuentra poseída por media docena de macro-multinacionales que ejercen continuamente el lavado de cerebro de al menos un 90% de la población mundial. Incluso fomentan la falsa idea de que Correa, Chávez, etc. deben ser considerarlos dictadores en el mismo plano de que puedan estar Pinochet y Videla. No se equivoca Noam Chonsky cuando declara: «La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye los cerebros».

Y estas difamaciones que han sido asimiladas y se hicieron globales, obedecen completa y directamente a los intereses de las macro-corporaciones extractivistas foráneas y espoliadoras  de los riquísimos recursos naturales que abundan en el subsuelo de Iberoamérica. Y sobre todo hoy en Bolivia con casi la mitad mundial del oro blanco (litio), nueva energía completamente indispensable para las futuras macro-corporaciones industriales de EEUU y de todas la potencias industriales del orbe. Es curioso que al final Rusia, sorprendentemente, ha reconocido nada menos que a Áñez, tal vez sea porque ha debido pensar que un presidente neoliberal dejará meter más fácilmente mano en el litio que Evo, ¡el litio es el litio!, que es indígena y nacionalista. Ya se sabe: el mero hecho de ser indio debe ser muy discriminado y penalizado, así piensan los países del neoliberalismo global que defienden sus intereses y rapiñas.

Parece ser que en el panorama del próximo futuro todos los países neoliberales globales «democráticos» con intereses extractivistas irán reconociendo gobiernos golpistas latinoamericanos, uno a uno, según vayan apareciendo, sin importar para nada que se trate de verdaderos payasos títeres que nada tengan de legítimos como Guaidó, Áñez, o artificial mente «encargados» después manipulaciones de EEUU a base de compra de jueces, y de fuertes difamaciones en la campaña electoral, tal y como funciona lo que se llama «un golpe blando».

Bolivia en estos momentos está en una situación muy parecida a la del Congo de Patrice Lumumba, al que asesinaron a causa de las enromes reservas diamantíferas que el Congo tenía en su provincia de Catanga. De igual manera el general Kaliman intentó asesinar a Evo a causa de la ingente y estratégica riqueza el litio existente bajo el Salar de Uyuni. La posterior guerra del coltán , en el Congo, tuvo lugar entre 1997-2005, y en ella se disputaba el indispensable coltán para los futuros móviles. Supuso la muerte de 6 millones de congoleños y en ella intervinieron más de 6 potencias, límite, según la ONU suficiente como para que sea considerada como una Guerra Mundial… Pero como se trataba de «una raza inferior», la de negros, ésta declaración no llegó nunca. Hoy en Bolivia puede que este golpe de Estado sea una ocasión de oro para que los neoliberales puedan realizar una masiva exterminación de indígenas, mayor aún que la del Congo, (no pasa nada), y conseguir así un doble resultado: Por un lado, un «beneficio para la naturaleza» al disminuir masivamente el número de habitantes, según mantienen los eco-fascistas; y por otro lado, una forma fácil de hacerse con sus estratégicas riquezas después de esta matanza. Así de tenebroso es el asunto.

Pese a todos estos dirigentes legitimados democráticamente sí que se les puede hacer hondas críticas como veremos a continuación. Sobre todo al de no abandonar la religión del crecimiento.

Rafael Correa  (ex presidente de Ecuador desde 2007-2017). Discrepé fuertemente con Correa desde que supe que su revolución la denominaba «revolución ciudadana» cuando tenía haberse llamado «revolución campesina indigenista». También me contrarió que, pese a haber realizado promesas electorales de no desenterrar el petróleo de la reserva natural del Yasuní, no las cumpliera p ese al apoyo por parte de la ONU a esta reserva y también a pesar de las protestas indígenas, e incluso las quejas exteriores como la de Ecologistas en Acción (España), asociación que declaró e l 9 de enero 2010: «El presidente ecuatoriano Rafael Correa amenazó en su programa radial semanal con comenzar la explotación del petróleo del Parque Nacional de Yasuní (Ecuador), en contra de todas las promesas previas. Esta zona es la única de la Amazonía ecuatoriana libre de extracción petrolera, y además es Reserva de la Biosfera, zona de máxima biodiversidad y territorio de pueblos indígenas no contactados» .

Pero Correa no hizo el menor caso y en un pequeño periodo de tiempo se lanzó a un extractivismo exacerbado de este parque natural de primera importancia mundial.

Odié aún más a Correa cuando leí un artículo de Alberto Acosta denunciando que éste, en su enloquecimiento extractivista y su lacayismo a las petroleras yanquis, estaba instalando pozos petrolíferos en el interior de las calles de Quito. Además, textualmente Acosta, ex-presidente del parlamento de Ecuador, nos dice en un articulo 1: «este metabolismo extractivista depredador resultaba transterritorial; empieza en las minas y termina en las ciudades con los «modos de vida imperial y con los despilfarrantes consumos suntuarios para minorías» obtenidos a grandes distancia y con dramáticos sacrificios». Además, en su artículo nos hace ver que cuando las necesidades y ambición de recursos aprietan ni los centros urbanos se respetan: «en Quito en la Plaza Grande de la capital plantaron una torre de extracción de petróleo. Y otras 12 en puntos céntricos de la ciudad».

Hugo Chávez y Nicolás Maduro  (ex-presidente y presidente de Venezuela), que respectivamente han sido y son presidentes súper legítimos de Venezuela y no dictadores, pese a como desea denominarlos El País, debido a su macro-corporación de editorial y de medios de comunicación PRISA. Ésta macro-editorial tiene enormes intereses económicos en Venezuela y en Bolivia. P.e., antes de Evo y Hugo en estos países todos los textos de enseñanza tenían obligatoriamente que ser los de la editorial Santillana, filial de PRISA. Pese a todo, no llego a discrepar tanto con Chávez y Maduro como me sucede con R. Correa. No obstante hay que reconocer que estos tres mandatarios se entregaron al extractivismo anti ecológico y entreguista para conseguir una «riqueza» material para «crecer» y luego poder redistribuirla, aunque solo en parte.

Sin duda en este sentido hay que dejar muy claro el gran abismo que existe entre estos presidentes legitimados en las urnas una y otra vez, y el espantajo de Juan Guaidó (lacayo del «Tío Sam»), absolutamente dictador puesto que no fue elegido y únicamente fue «encargado» por el imperio al que denominó «presidente encargado». Efectivamente un presidente «encargado» por un país exterior, opresor y falsamente democrático como lo es EEUU. Tanto Chávez como Maduro tuvieron la suerte de tener un ejército no golpista como sí que les ha sucedido a Allendo y a Evo, en Chile y en Bolivia.

En Chile el ejército dio el golpe de Estado impulsado por los intereses estratégicos económicos que suscitaba un país con la mayor reserva de cobre del planeta. El golpe de Estado de Bolivia, de forma paralela, fue promovido por los intereses de la industria norteamericana sobre las reservas de litio mayores del mundo que Bolivia posee.

Antaño en Venezuela se implantó una «democracia» manipulada por los EEUU y dirigida por el «socialista» Carlos Andrés Pérez, muy amigo de Felipe González, quién el 27 de febrero de 1989 originó una criminal represión (denominada el Caracazo) ante una manifestación, de una semana, protagonizada por el pueblo caraqueño que protestaba por «el paquetazo», consistente en unos profundos recortes socio-económicos, pura pre-aplicación del ya en gestación «Consenso de Washington» (W.C. según sus siglas en inglés). Una represión que costó la vida a 276 personas, según datos oficiales, y «desaparecieron» más de 3.000 caraqueños según la oposición. Como consecuencia Hugo Chávez se rebeló contra este gobierno opresor, fracasando en esta rebelión y a los pocos años, cuando terminó el gobierno de Carlos Andrés Pérez, fue liberado. En 1999 Chávez se presentó a elecciones democráticas siendo legitimado democráticamente con cerca del 60% de los votos. Se comprende este apoyo a un militar porque aún no había caído en olvido el sangriento caracazo sucedido sólo un decenio antes. La memoria histórica es necesaria para que los países se sacudan decididamente la opresión del los intereses oligárquicos.

Evo Morales  (expresidente de Bolivia) tiene mucho de criticable por ejemplo, que al igual que Chávez, ambos se lanzaron al extractivismo anti ecológico y entreguista, para «crecer» y redistribuir la riqueza a costa de la degradación de la Pachamama.

Por otra parte, en los últimos tiempos, huyendo del «Tío Sam», Bolivia se ha entregado en brazos del capitalismo-comunismo de China. Pero continúa su depredador extractivismo, que solo en parte mejoró a favor de los nativos, aunque al final resulta que es principalmente a favor de las draconianas condiciones que imponen las compañías extractoras extranjeras, europeas, rusas o chinas aunque sean algo menos desfavorables que las norteamericanas. Pese a todo, tiene a su favor el haber sido elegido y legitimado democráticamente de forma repetida, incluso en las recientes elecciones del 20 de octubre del 2019. Y este resultado favorable para Morales fue obtenido pese al gasto de millones y millones de dólares en una campaña de su satanización, por parte de EE UU, desarrollada gracias su gigantesco Poder Mediático Global. Ésta campaña fue realizada en los últimos años, y principalmente en los meses anteriores a las últimas elecciones presidenciales, tenía como fin confundir a los seguidores asiduos y reiterados votantes de Evo Morales. Y todo esto porque había demasiado interés económico en juego por parte de las corporaciones del neoliberalismo global, principalmente las de los EE UU. Gran interés, sobre todo, al hacerse patente lo enormemente estratégico para el futuro próximo industrial que va a ser el litio. En las últimas horas precedentes, y durante, el golpe de Estado, hubo fortísimas amenazas y encarcelamientos por parte de los militares golpistas . Una fortísima represión con muertos entre ciudadanos, campesinos en pro y contra Evo (aunque la mayoría eran campesinos indígenas). Cabría mencionar casos concretos de intimidaciones a altos cargos del gobierno que se vieron, canallescamente, forzados a dimitir debido a las fortísimas amenazas como: asesinatos a familiares, incendios de sus viviendas y otras múltiples vejaciones. Veamos algunos ejemplos concretos, entre otros muchos. Fueron linchados y agredidos en la vía pública la alcaldesa de Vinto en Cochabamba Patricia Arce y el exviceministro de interculturalidades Feliciano Vegamonte; el ministro de minería César Navarro renunció al cargo, tras el incendio de su domicilio en Potosí y el intento de ahorcar a su sobrino; el presidente de la cámara de diputados Víctor Borda dimitió tras denunciar el incendio de su casa y el secuestro y agresión en su domicilio de su hermano, el abogado Marco Antonio Borda, por miembros del «Comité Cívico de Potosí».

Una forma espeluznante de amedrantar las fortísimas protestas, del 15 de noviembre, de indígenas y no indígenas, en la población del alto y en la de Cochabamba, principalmente, fue que Jeanine Áñez firmara el decreto 4078 que permitía a las Fuerzas Armadas el uso de armamento bélico sin responsabilidades ulteriores. A raíz de este decreto las fuerzas represoras no cesaron de balear a los manifestantes desde tierra y desde helicópteros muy próximos, resultado decenas de manifestantes muertos y centenas de heridos.

Y además, si que es cierto que Evo ha realizado una política bastante más indigenista que Rafael Correa, el propio Morales es un indígena y tiene de positivo también el haber mantenido, durante casi tres lustros, a raya (pese a su ejército golpista) a los ultra-fascistas y racistas de la ciudad de Santa Cruz. Pero este mérito no fue sólo de Evo, fue fundamentalmente de los indígenas bolivianos.

En cuanto Luiz Inácio Lula da Silva, Daniel Ortega, Cristina Fernández de Kirchner, José Manuel Zelaya Rosales, Fernando Armindo Lugo Méndez cuyos países eran miembros de organizaciones regionales andinas y centro americanas como…lo que yo llamo el quinto mundo . En este Quinto Mundo2, situado en i beroamérica, se estaban dando los primeros pasos hacia un crecimiento mesurado y transitorio y un autogobierno que tendía a ser independiente de las grandes corporaciones del Norte y del sistema financiero neoliberal. Se empezaron a realizar acuerdos locales más bien de tipo crecimiento mesurado y transitorio, como MERCOSUR (año 1991), ALBA (2004), CELAC (2010) con 550millones de habitantes, UNASUR (2011) con 400 millones de habitantes, Banco del Sur etc. Estas macro-organizaciones regionales en un momento llegaron a ser más representativas que la misma OEA. Todas ellas en posiciones de claro rechazo a programas de «crecimiento neoliberal», como el ALCA, los TLC, etc. Todo esto formó un Quinto Mundo que comenzó a funcionar. Se trataba de países como, Venezuela, Bolivia, Argentina, Brasil, Ecuador, Nicaragua, etc.3.

Por el contrario hoy, en vísperas de los años 20 de este siglo XXI, hay nuevas corrientes imperialistas que están volviendo a imponer estos TLC., como sucede con los Tratados del Acuerdo de Lima o el Tratado de Libre Comercio entre Mercosur y la U. Europea (una especie del superado libre comercio para las Américas -ALCA-). Éste último acuerdo supondrá la generación del 34% de las emisiones mundiales de gases GEI de cuyo porcentaje un 82% se deberá a las exportaciones de carne de bovino, sobre todo del Brasil de Bolsonaro; el cual ya ha incendiado media Amazonía para conseguir los terrenos que son precisos para instalar los pastos que necesitan estas vacas y el biodiesel que también será importado a Europa por este acuerdo4.

Además, en este Nuevo Mundo existe, sobre todo entre la población indígena precolombina, un fuerte sentimiento de defensa de la Madre Tierra (Pacha-Mama), lo que sin duda será un factor favorable para la conservación del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.

Todos los dirigentes de estas organizaciones regionales fueron legitimados una y otra vez en las urnas, y aunque tuvieran el aspecto más alejado de lo que la «prensa libre» siempre llama dictadores.

Los verdaderos dictadores eran aquellos lacayos del capitalismo como Videla, Pinochet, Barrientos, etc., que potenciaron el «capitalismo gore» de la «Operación Cóndor» en las décadas de los 70 y 80.

Cambio de aires

En los últimos meses de 2019 parece que comienzan a correr nuevos vientos, que empiezan a cambiar, aunque sea incipientemente, el signo de éstas potentes represiones del neoliberalismo global liderado en América por los EEUU. Los gringos están empezando a tener ciertas dificultades con su profunda deuda, su inestable economía, para imponerse en su «patio trasero». Así como con la competitividad con la nueva macro agrupación económica los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sud África).

En Brasil parece ser que Bolsanaro está perdiendo popularidad en las encuestas en las que ha bajado a un 23% cuando salió elegido hace poco más de un año con un porcentaje del 55%. Por otra parte también da impresión de que está perdiendo influencia manipuladora ante los jueces, puesto que por fin Lula Da Silva salió de su encarcelamiento y se está preparando como candidato para las próximas elecciones presidenciales.

En México hace poco más de un año fue elegido presidente el progresista independiente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

En Argentina el 10 de diciembre del 2019 tomó posesión como presidente el peronista nacionalista Alberto Ángel Fernández quién en una de las primeras acciones consistió en conceder asilo político a Evo Morales.

En Bolivia, aunque ha sufrido un cruento golpe de Estado de tipo fascista-racista, los usurpadores golpistas manipulados desde EEUU no tienen claro aún que vayan a poder salirse con la suya. Además, sólo un mes después de pertrechado el golpe de Estado, la OEA se ha visto obligada a cambiar de opinión y a manifestar públicamente que fue un error de la OEA el declarar el fraude electoral en las últimas elecciones en Bolivia. En esto debieron tener influencia las presiones de la ONU que negó el fraude electoral. Por otra parte, Morales ya se encuentra en Argentina y aunque no tiene decidido presentar su candidatura a las próximas elecciones presidenciales, sí que ha declarado trabajar en la nueva campaña electoral.

Por último en Ecuador, Colombia y Chile se ha despertado una potentísima protesta popular simultánea que ya lleva varias semanas, alcanzando en el caso de Chile ya más de mes y medio, en contra de las violentísimas represiones socio-económicas y policiales de estos tres gobiernos, que torturan, matan, violan y no respetan para nada los derechos humanos.

En resumen, en el Quinto Mundo del que hablo surgió el movimiento en contra de los EEUU de los grupos regionales ALBA, UNASUR, CELAC, MERCOSUR, etc. Parece que este movimiento se está recuperando, reencontrando y moviéndose en su lucha en contra del salvaje neoliberalismo de EEUU.

Notas:

1 Esta información del desastre de Quito está tomada del artículo de William Sacher y Alberto Acosta titulado: «La mega-minería llega a Quito, Plan V», 9 de abril del 2015 http://rebelion.org/noticia.php?id=197458

2 Julio García Camarero, «El crecimiento Mesurado y transitorio en el Sur», La Catarata, 2013 págs. 268-269.

3 Para más detalles de todo esto se puede consultar: Julio García Camarero, «Ciudadano y ´ruralanos´», La Catarata, 2019 págs. 124-125.

4 El acuerdo comercial U. Europea-Mercosur intensificará la crisis climática provocada por la agricultura GRAIN 25 Nov. 2019 https://grain.org/es/article/6356-el-acuerdo-comercial-union-europea-mercosur-intensificara-la-crisis-climatica-provocada-por-la-agricultura

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