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¿Saben cuál es el principal crimen del perro Matapacos? Saltar sobre los chorros envenenados que disparaban los carros lanzaaguas de los carabineros. El otro delito: Estar presente en todas las ciudades del país en poleras, en brazaletes, en pegatinas, en mochilas, en las murallas de Chile y del Wallmapu. Es decir, en el imaginario del pueblo rebelde, ese que se levantó cuando nadie lo esperaba.
El golpe de Estado cívico-militar de 1973 comenzó en Valparaíso cuando la Armada salió a matar, porque eso es lo que hacen. Entonces, cuando el gobierno de Sebastián Piñera decretó el Estado de excepción constitucional en cuatro provincias del territorio mapuche, sabía perfectamente lo que sucedería. una Guerra Sucia donde, nos dicen, las Fuerzas Armadas únicamente están para apoyar a Carabineros.
La noche siempre trae sombras, y a veces muerte. Y en territorio mapuche muchas veces ésta se viste de uniforme. Así con ojos de fuego Carabineros asesinó a Pablo Marchant, combatiente mapuche –un weichache– que resistía a la ocupación de su territorio por parte de las forestales.
Puede que dos más dos sean cuatro, pero en el Congreso chileno suman y restan como quieren cuando se trata de los pueblos originarios. O mejor dicho, siempre se llega a cero, porque el tema de los escaños reservados para la Convención Constitucional no es asunto de Matemáticas, es Racismo.
Adiós o al diablo, da lo mismo, porque en carta que escribimos hace apenas tres meses denunciamos que iba a incendiar el País mapuche cuando su primer viaje fue a La Araucanía. Acabaremos con aquellos violentos para que aquí hay paz, señaló con rabia.
Pensé no escribir nada por primera vez en 47 años Por rabia, por soledad, por este país de mierda que tiene la maldita costumbre de repetir la historia de muerte en escarcha, de tiempo en tiempo.
Los mitos existen porque son mitos, ministro. Están repletos de palabras y personajes fantásticos que nos alucinan o atemorizan según sus melenas y cánticos.
Me pregunto si alguna vez, ministro Víctor Pérez, se habrá mirado al espejo, si desnudo frente al cristal, cuando usted deseaba verse blanco, rubio, acaso de profundos ojos azules, horrorizado se enfrentó a su molesta morenidad. Es que usted, ministro, como casi todos nosotros, aunque trate de ignorarlo y borrarlo con los dientes apretados, tenemos sangre mapuche. Es tanto su odio al indio que trató de lavar su piel con furia, ministro.
Camilo Catrillanca fue asesinado de un balazo en la nuca por Carabineros, como matan los cobardes. Murió intentando proteger a un joven mapuche, como mueren los valientes. En Temucuicui fue, territorio militarizado por el Comando Jungla, donde no hay jungla, enviado por el Estado chileno. Pero la represión no es nueva en la comunidad. No […]
Sobre Chile se posó suave la primavera, sobre los mapuches cayó con furia el peso histórico e histérico de la noche del racismo del Estado chileno. Allanamientos y detenciones, gritos, golpes e insultos. Es la continuidad de la ideología racista impuesta desde el siglo XIX, porque «el indio no cede sino al terror, lo que […]