Desde principios de marzo, la movilización contra la ley EL Khomri traduce un movimiento de profundización de las principales tendencias de la situación política en Francia. En un contexto de agravamiento de la crisis económica y política en Europa y Francia, se asiste a una movilización importante de los trabajadores y de la juventud que […]
Desde principios de marzo, la movilización contra la ley EL Khomri traduce un movimiento de profundización de las principales tendencias de la situación política en Francia. En un contexto de agravamiento de la crisis económica y política en Europa y Francia, se asiste a una movilización importante de los trabajadores y de la juventud que corresponde a una agudización de la lucha de clases. Se trata de un movimiento de una profundidad y de una amplitud sin precedentes desde hace muchos años.
Esta movilización se destaca al menos en dos aspectos: en primer lugar, se trata de la lucha más importante desde la movilización contra la contrarreforma de las jubilaciones de 2010; en segundo lugar, se trata de la más fuerte movilización social contra un Gobierno supuestamente de izquierda de la historia de la Quinta República.
Un movimiento que viene desde lejos
Las huelgas masivas y las manifestaciones del 9 y 31 de marzo no constituyen un trueno en un cielo sereno. Se trata de un movimiento profundo que viene desde lejos. Ya hace meses (se puede incluso remontarse hasta junio de 2014 y a la huelga de la SNCF), que los trabajadores y los jóvenes buscan las vías de la ofensiva movilizándose en sus empresas, en sus lugares de estudio, a menudo al margen de sus organizaciones y contra las direcciones burocráticas sindicales, para oponerse a la política del Gobierno y la burguesía, que quieren hacerles pagar la crisis sin precedentes del capitalismo. Hasta recientemente, los trabajadores se movilizaban en decenas o incluso cientos de luchas diarias aisladas, por culpa, en particular, de la política de división de las direcciones burocráticas sindicales confederales. Hoy, trabajadores y jóvenes están unidos.
La particularidad de esta movilización es que a partir de las primeras manifestaciones y Asambleas generales dos aspectos estuvieron en el centro de las aspiraciones de los trabajadores: en primer lugar se hizo explícitamente la unidad trabajadores/estudiantes – eso se expresó tanto en la AG estudiantes (como en Toulouse) como por parte de los trabajadores en huelgas (como en el Puerto del Havre, cuando millares de estibadores se unieron a los estudiantes el 24 de marzo). En segundo lugar, los trabajadores y los jóvenes tienen conciencia de la necesidad de movilizarse de manera unida en torno a una misma consigna: ¡ni mejorable, ni negociable, retirada total de la ley EL Khomri!
Estos dos aspectos indican una alta comprensión política de lo que se está jugando actualmente en la confrontación entre la burguesía y la clase obrera y una verdadera voluntad de pelear hasta el final, hasta la retirada de la ley Trabajo.
Esta movilización es la traducción también política sobre el terreno de la lucha de clases del rechazo masivo del Gobierno «socialista» y de su política al servicio de los mercados financieros de acuerdo con las recomendaciones de la Unión Europea. Hasta ahora, este rechazo se había expresado, en particular, por una abstención récord por parte de los obreros y jóvenes. Ahora, se expresa también en los lugares de trabajo y estudio así como en la calle. En las páginas de este Diario, siempre hemos afirmado que la abstención era obrera, políticamente activa y consciente. Los 1,2 millones de personas que han salidos a las calles el 31 de marzo lo prueban.
Esta movilización expresa un movimiento profundo de radicalización y polarización de las confrontaciones de clase. Los millares de obreros de Airbus en huelga en Toulouse el 31 de marzo, los millares de estibadores de Normandía, el personal del ministerio de hacienda pública que por millares denuncian las supresiones de puestos de trabajo y que se reúnen en AG a más de 600 , los 800 de la Drome (región del sur este) que invaden el Consejo departamental contra los cortes presupuestarios, a los obreros de Continental de Midi Pyrénées (sur oeste), a los obreros de la obra de la autopista A9 cerca de Montpellier, los asalariados de los centros de llamada telefónica SFR: todos exigen la retirada de la ley El Khomri y denuncian su aplicación antes de la hora. Esta situación de huelgas global está generalizándose a pesar de las direcciones burocráticas confederales y federales que bajo la presión de la movilización vieron imponer la consigna de retirada total.
Desde principios de marzo, los jóvenes afirman que son los trabajadores de mañana. En los institutos, incluso fuera de los días de llamada a la manifestación, son millares que se movilizan, a veces de manera muy radical. El 8 de abril, en varias decenas de colegios, se movilizaron contra la ley El Khomri.
La lucha de clases se radicaliza, el miedo está cambiando de campo, y está, sobre todo, teniendo en cuenta que el Gobierno está en crisis y dividido por confrontaciones. Su postura inflexible, y la represión salvaje de la cual son víctimas los trabajadores y jóvenes, no hacen más que traducir la fuga en adelante del Gobierno. Por otra parte, la movilización de masas ya obtuvo algunas victorias parciales. Bajo la presión de la calle, F. Hollande se ha visto obligado en renunciar a inscribir la caducidad de nacionalidad y el estado de emergencia en la constitución. Más que nunca, la victoria es posible.
Ir hacia la huelga general ilimitada hasta la retirada total de la ley EL Khomri
Es evidente que esta movilización señala una clara polarización entre la clase obrera y la burguesía, una cuestión esencial permanece para los trabajadores y los jóvenes que se movilizan, sean militantes o no: ¿cómo hacer para hacer retroceder el Gobierno y obtener efectivamente la retirada de la ley El Khomri?
Plantear esta cuestión es identificar los obstáculos que se levantan sobre el camino de la generalización de la movilización contra la ley El Khomri hasta su retirada. El principal obstáculo son las burocracias sindicales confederales a la cabeza de las cuales la dirección confederal del CGT y la política que efectúan.
Hoy la confederación del CGT, las de FO, las federaciones Solidarias y FSU, el UNEF pretenden dividir, desmovilizar, desmoralizar a los trabajadores y tapan toda perspectiva de victoria. Para eso, estas direcciones multiplican las fechas sin futuro, los días de movilización sin huelgas, las huelgas sectoriales aisladas, los paseos del sábado a la manera de la CFDT (sindicato amarillo pro reforma) y presentan propuestas de «reescritura» del código del trabajo. ¡Como si fuera posible obtener «progresos sociales» sin imponer una derrota mayor a este Gobierno de combate contra los trabajadores y los jóvenes! Esta política intersindical que ya condujo a la derrota en 2010, se explica por el hecho de que las direcciones de sus organizaciones están vinculadas al Partido Socialista.
Para combatir estas maniobras, es necesario desafiar las direcciones sindicales para que asuman realmente sus responsabilidades – y no solo sobre el papel – y que construyan realmente la huelga general hasta la retirada. Debemos hacerles respetar la aspiración de la inmensa mayoría de los trabajadores y jóvenes que quieren la unidad de estudiantes y trabajadores para la retirada de la ley. Esta es la razón por la que es necesario también exigirles que rompan las negociaciones con el Gobierno, ya que no hay nada que negociar en los ataques antitrabajadores.
Es primordial defender en los sindicatos, en las AG, la necesidad de la huelga ilimitada, inmediatamente, todos juntos, hasta la retirada de la ley. Para eso, es necesario apoyarse en esta ola de fondo de la lucha de clases para imponer a las direcciones sindicales burocráticas que construyan realmente la huelga general en la unidad hasta la retirada total de la ley.
En algunos sectores, en algunas regiones, las direcciones confederales y federales ya se ven desbordadas. Ya hay numerosas secciones sindicales que comenzaron a plantear esta cuestión incluso a desafiar las direcciones burocráticas para que llamen y organicen efectivamente la huelga general inmediatamente. ¡Entonces sí, juntos, huelga general ilimitada hasta la retirada total de la ley EL Khomry!
Grupo Socialista Internacionalista (GSI)- Sección francesa de la UIT-CI