-M.H.: ¿Ha habido alguna repercusión en Francia por lo ocurrido en el día de ayer (7/3) en la Ciudad de Buenos Aires durante el acto de la CGT? -G.A.: No, no hay la menor información. Yo voy a publicar algo en facebook para desasnarlos porque es importantísimo por las repercusiones que tendrá, es evidente que […]
-M.H.: ¿Ha habido alguna repercusión en Francia por lo ocurrido en el día de ayer (7/3) en la Ciudad de Buenos Aires durante el acto de la CGT?
-G.A.: No, no hay la menor información. Yo voy a publicar algo en facebook para desasnarlos porque es importantísimo por las repercusiones que tendrá, es evidente que lo de ayer muestra una fuerza que tiene que expresarse en otra forma. El temor de La Nación a la falta de interlocutores, de dirigentes sindicales con quienes hablar, es evidente.
-M.H.: Ha sido un hecho muy trascendente para la situación política nacional que hoy se continúa con un paro de mujeres, una posterior movilización hacia la tarde, el día 13 con una movilización de movimientos sociales y, por supuesto, la tradicional marcha del 24 de marzo que creo que este año va a ser potenciada por la política que ha tenido el macrismo en este tema.
Yendo a la situación internacional, quisiera que nos detengamos en las elecciones francesas porque estamos a un mes y medio y la derecha todavía está discutiendo quién va a ser el candidato.
-G.A.: Así es. Los últimos sondeos muestran que Marine Le Pen, la extrema derecha, el fascismo, gana votos pero no va más arriba de lo que ya tiene, tiene un techo que no puede pasar. De todas maneras es la que tiene más votos, porque el candidato oficial de la derecha constitucional está directamente al borde del precipicio y muchos piden que se caiga porque es impresentable, al escándalo de los 900.000 dólares que le regaló a su mujer y a su hijo de los fondos públicos, se suma ahora otro escándalo más sobre un préstamo de 50.000 dólares que él dice que pagó. No pueden presentar a un tipo así que, sin embargo, se aferra a su puesto, el problema es que no hay otro que pueda suplantarlo.
El que lo está haciendo, es uno que venía del gobierno de Hollande, o sea ligado al gobierno de centro izquierda, pero que no es ni de centro izquierda ni socialista, que tiene un partido propio, que era Ministro de Hacienda, un representante del patronato, de los empresarios. Macron está creciendo un poco en los sectores de derecha y de centro derecha porque ofrece un programa por un lado liberal en las costumbres y en los derechos democráticos y, por otro lado, totalmente neoliberal, un gobierno de los empresarios, entonces reúne votos de derecha y de sectores de clase media.
La izquierda es un desastre, hubo una cosa muy positiva, fue derrotado en el Partido Socialista el continuismo, la derecha del partido, el Ministro del interior Valls y ganó las elecciones internas y apareció como candidato uno de la izquierda que propone un salario de ciudadanía, un aumento de salarios, con un programa relativamente atractivo para algunos sectores trabajadores.
Pero la izquierda está dividida porque Hamon tendría no más de un 20% y Mélenchon, el del grupo que se llama Francia Insubordinada, tiene otro 15% pero no se unen, entonces divididos no llegan ni a la segunda vuelta que se dirime entre los más votados en la primera que será dentro de un mes y medio, y los más votados serán de derecha, una de extrema derecha y otro de derecha. Así que no se sabe concretamente si habrá candidato de izquierda en segunda vuelta y además, quién va a ir, probablemente sean los dos de derecha, y qué va a pasar con todos los que no están de acuerdo con eso, si se van a abstener o si se van a movilizar, hay indicios positivos de manifestaciones y grandes paros contra la Ley laboral que ahora nadie defiende, pero no se sabe muy bien qué pasa.
El ambiente es muy poco electoral, nadie se preocupa mucho por las elecciones, por supuesto todos saben qué van a hacer pero no hay discusión, en las calles no se escucha, no se ven debates, recién se va a animar cuando dentro de quince días se sepa mejor cuál es el panorama, mientras tanto hay una confusión enorme y el hecho concreto es que por primera vez la izquierda no tiene candidato.
-M.H.: Usted mencionó la candidatura de Hamon del Partido Socialista y tengo entendido que llegó a un acuerdo con los ecologistas y la candidata de este último partido renunció para apoyarlo, ¿esto influye a favor de las posibilidades de la izquierda?
-G.A.: En efecto, eso le da un poco de apoyo, los ecologistas no pasan del 10%, pero es posible que a último momento la izquierda defina como candidato a Hamon, es decir, que Mélenchon llegue a un acuerdo y abandone la pretensión de ser el candidato del espacio porque no tendría la capacidad de reunir los votos que va a reunir Hamon y que los pequeños partidos revolucionarios que tienen el 1 o 2% le aumenten otro tanto. Eso es posible si se llegara a un acuerdo para una candidatura única, con un voto crítico. Hay que ver, por ahora las cosas se cocinan en los comités y no bajo presión popular y esa es mala señal.
-M.H.: Leyendo la última edición de Le Monde Diplomatique, en un artículo que se titula «Lejos de las bases» da cuenta de una serie de encuestas, por ejemplo, dicen que un tema que parece pasado de moda, como las nacionalizaciones, recibía en el año 2012 una mayoría de opiniones positivas con un apoyo más marcado de parte de los empleados públicos y una oposición sensible de las categorías con amplios ingresos. El mismo tipo de antagonismos aparecía en temas como las reformas de jubilaciones de Sarkozy, el aumento del impuesto sobre el valor agregado o las políticas de reducción de la desigualdad. Así, contrariamente a las ideas en boga sobre la desaparición de las viejas divisiones, las preferencias en materia económica dibujaban una oposición izquierda derecha en la población francesa que se podía poner en relación con la estratificación socio profesional.
Esto da cuenta de que hay un amplio sector de la sociedad francesa que rechaza lo que serían políticas neoliberales.
-G.A.: A esos se dirige Hamon con el apoyo de otros del Partido Socialista, por eso ganaron. Su propuesta tan rechazada por la burguesía y por los medios, de salario de ciudadanía, o sea que todos tengan un mínimo de 750 euros trabajen o no, es una propuesta importante para los jóvenes que no tienen nada, ni perspectivas de trabajar.
Hay esperanzas de las estatizaciones de algunas empresas fundamentales y de grandes sectores, y una fuerte defensa del carácter estatizado y centralizado, por ejemplo, de los ferrocarriles, de Air France que constantemente intentan fragmentar y privatizar. Hay una tendencia importante, pero salvo Hamon y Mélenchon también, no hay gente que ponga el acento en esas cosas.
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