Desde que Donald Trump asumió la presidencia de EEUU, una de las noticias que causó mayor «preocupación» en América Latina y el Caribe es el recorte de la asistencia bilateral, en particular la que fluía por medio de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID). [1] Esto condujo rápidamente a reforzar la tesis (siempre presente) […]
Desde que Donald Trump asumió la presidencia de EEUU, una de las noticias que causó mayor «preocupación» en América Latina y el Caribe es el recorte de la asistencia bilateral, en particular la que fluía por medio de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID). [1] Esto condujo rápidamente a reforzar la tesis (siempre presente) de que América Latina no es importante para EEUU. Sin embargo, también se podría argumentar, por un lado, que la presencia/interés de EEUU en América Latina y el Caribe nunca se circunscribió únicamente a la asistencia, sino que abarca aspectos comerciales, militares y de expansión de capital por medio de sus transnacionales. Por otro lado, y en virtud de esta presencia más amplia, puede argumentarse que el recorte de la asistencia bilateral no implica una retirada de EEUU de la región, sino la apuesta a vías articuladas de modo más directo con el sector privado, pero siempre impulsadas por agencias del gobierno estadounidense, como el Banco de Importaciones y Exportaciones (EXIMBANK) -por definición, agencia oficial de crédito que asiste en el financiamiento de la exportación de bienes y servicios estadounidenses a mercados internacionales-. [2]
Un mínimo rastreo sobre la Inversión Extranjera Directa (IED) de EEUU en la región, atendiendo a los países, sectores y empresas involucradas, permite visibilizar parte de la red de poder vinculada a intereses estadounidenses, que aunque nunca dejó de operar, tuvo que enfrentar obstáculos durante el auge de los procesos progresistas. No obstante, con la llegada de gobiernos de derecha a países como Brasil y Argentina, esta red adquiere legitimidad e impacto.
En lo que va del presente siglo América Latina y el Caribe han experimentado un incremento sustancial en el flujo de inversiones directas. Según los últimos reportes del Banco Mundial, [3] la región recibió en el año 2000 poco más de 95 mil millones de dólares y para 2016 la cifra llegó a poco más de 268 mil millones de dólares, casi tres veces más que en 2000. Las exportaciones de bienes y servicios de Estados Unidos hacia la región se encuentran principalmente en México (231 mil millones de dólares), Brasil (30 mil millones de dólares) y Colombia (13 mil millones de dólares). [4] Considerando estos datos y el mencionado escenario de reforzamiento de las derechas en la región, es fundamental señalar los países hacia los que fluye la IED de EEUU y los proyectos a los que se dedican estos recursos.
Siguiendo los datos del Banco Mundial, los principales países receptores de IED en la región son Brasil (58%), México (18%), Chile (9%), Argentina (8%) y Colombia (4%). Estos 5 países concentran más del 90% de la IED total.
Dentro de ese gran espectro que es la IED, en varios países latinoamericanos el principal inversor es Estados Unidos, aunque en algunos otros como Bolivia, Chile y Uruguay son otros países los principales inversores. Considerando la IED de Estados Unidos hacia América Latina, los principales países receptores son México, Brasil, Argentina y Colombia. Estos cuatro países concentraron en 2015 el 84% de la IED proveniente de Estados Unidos, según datos de la CEPAL.[5]
México
Para el EXIMBANK, México es su mercado más grande debido a la cantidad de exportaciones manufactureras hacia el país, seguido de Brasil y Colombia. Además de apoyar las exportaciones en dicho sector, EXIMBANK también apoya en los sectores de energía y sobre todo en energía eólica, minería y agroalimentos. En el rubro de energéticos, el EXIMBANK, durante la gestión del expresidente Obama, apoyó proyectos de PEMEX por más de 8 mil millones de 2009 a 2016. [6] Destacan por lo menos tres aspectos: durante estos años, el gobierno de Obama se posicionó desde una retórica de lucha contra cambio climático; de todos los préstamos a empresas petroleras, PEMEX fue la que más se benefició y, por último, se consolidó la privatización de PEMEX y la entrada de capital privado en áreas estratégicas como exploración, extracción y comercialización. También financió a Abengoa S. A. la cual se encuentra actualmente en concurso mercantil y no hay certeza de cumplimiento de los proyectos que tiene con PEMEX en Oaxaca, donde también tiene proyectos eólicos. [7] Además, Abengoa fue financiada por el INFONAVIT, institución estatal mexicana que mediante los ahorros de los trabajadores otorga créditos hipotecarios a la clase trabajadora. [8] En el marco de la Iniciativa Mérida, se espera que el mercado energético de México hacia Centroamérica se expanda y se conecte con el de Estados Unidos, los proyectos de empresas privadas estadounidenses como Sempra Energy International y con apoyo de la Corporación de Inversión Privada en el Extranjero (OPIC) caminan en esa dirección. [9]
Brasil
En cuanto a las energías renovables, el EXIMBANK también ha incrementado sus préstamos. Los mercados más grandes durante los últimos años son Brasil, México, Chile y Argentina, según el informe de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA). [10] El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil, otorgaron un préstamo a doce años de alrededor de 750 millones de dólares para proyectos de energía renovable del sector privado, sobre todo a proyectos de energía solar, eólica, de biomasa. [11]
A nivel regional, el 40% de las inversiones en energía renovables fluyen hacia Brasil, [12] por lo que es un sector que el EXIMBANK considera rentable y un mercado en expansión. [13] Estos proyectos se suman a los que tiene también el EXIMBANK desde 2012 [14] y 2013, [15] los cuales ascienden a préstamos arriba de los 48 mil millones de dólares, aplicables a doce años. El principal proyecto que tienen es el desarrollo de Biogás en Novo Gramacho a cargo de Gas Verde S. A., una empresa con sede en California. [16] Este proyecto se suma también a otro en Paraná, Brasil, el cual comenzó desde 2001 en el que el EXIMBAK y la OPIC respaldaron los proyectos de infraestructura de Bechtel International Inc., empresa que también estuvo a cargo del soporte a la línea 4 del metro de Río de Janeiro. [17] Bechtel tiene también proyectos en Chile en minería [18] y suministro de agua potable. [19] En Perú están a cargo de «Las Bombas» (mina a cielo abierto), una de las minas más grandes de cobre, pues esperan que produzca 460 mil toneladas métricas de cobre en 2017. [20] También han suministrado préstamos para financiar la manufactura de helicópteros que serían usados por Petrobras [21] y otro para Sikorsky Aircfrat la cual construyó helicópteros para brindar el servicio de Taxi Aéreo. [22]
Argentina
Después de quince años de no operar en el país, el director del EXIMBANK, Fred P. Hochberg anunció que el financiamiento a corto y largo plazo se vuelve a abrir. Los proyectos en los que han expresado su interés son en las ramas energética, energía renovable y sobre todo hidroeléctricas, solar y eólica, además de proyectos agroindustriales, aeronáutica (aviones y helicópteros para su uso industrial y comercial). [23] Desde el 11 de diciembre de 2015 que asumió Macri la presidencia hasta el 31 de marzo de 2017, los anuncios de inversión de Estados Unidos hacia Argentina alcanzaron los 58,600 millones dólares, de los cuales, 49 millones provienen de empresas estadounidenses. [24] Dichas inversiones se localizan en Buenos Aires, Santa Fe, Río Negro, Neuquén, Mendoza, San Luis, Córdoba, Tucumán, Jujuy y Salta. El biodiesel es uno de los productos de exportación más importantes hacia Estados Unidos, en 2016 incrementó su exportación en casi 200% respecto al año anterior. En 2015 la IED proveniente de EU representó el 25% del total de Argentina y con las reformas económicas, el sector privado estadounidense espera poder continuar con el envío de exportaciones y de más inversión.
Colombia
En el caso colombiano EXIMBANK ha apoyado varios proyectos destinados a brindar préstamos para exportadores estadounidenses que tienen contratos con Ecopetrol, la empresa petrolera de Colombia. Hay un préstamo a mediano plazo por 420 millones y otro préstamo a largo plazo por 459 millones de dólares. [25] Según datos de EXIMBANK estos préstamos serían utilizados por Ecopetrol para comprar productos y servicios de empresas estadounidenses en las áreas de exploración, producción, energía limpia y modernización de refinerías. [26] En 2001 hubo otro crédito por 2 mil millones de dólares para expandir la refinería de Cartagena. [27] Otro proyecto es para financiar la adquisición de helicópteros AugustaWestland que serían usados en la industria del petróleo y gas. [28] En este caso el prestamista fue Apple Bank de Nueva York.
Y no sólo es EXIMBANK, la Overseas Private Investment Corporation (OPIC) es otro organismo vinculado al gobierno estadounidense que tiene varios proyectos en América Latina en países como México, Colombia, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana, sólo por mencionar algunos.[29] A pesar de que con la administración actual de Trump, los recortes para la asistencia para el desarrollo y asistencia militar fueron considerables en algunos países, la ruta de la asistencia y promoción de las inversiones no cesa y es probable que fluya directamente hacia el sector privado, aunque siempre impulsada por agencias vinculadas al gobierno estadounidense como el EXIBANK, OPIC y la United States Trade Representative (USTR), encargadas de apoyar el comercio de bienes y servicios de Estados Unidos con sus socios comerciales.[30]
En un escenario de retorno de la derecha neoliberal, devota del libre comercio, es fundamental rastrear el flujo de las inversiones, visibilizar los sectores en los que se inserta y las empresas asociadas. A pesar de que los medios hegemónicos y el mainstream académico aseguren que América Latina y el Caribe ha dejado de ser importante para EEUU, es evidente que los recursos estratégicos (hidrocarburos, metales, etc.), la biodiversidad, el agua, etc., y el mercado latinoamericana siguen siendo indispensables para la economía y el complejo industrial militar estadounidense. También es un hecho, que desde esta región se han generado y siguen vigentes procesos que confrontan los lineamientos económicos, políticos y de seguridad planteados desde el gobierno/sector privado estadounidense. Y eso siempre será objeto de (pre)ocupación por parte de la potencia hegemónica.
Notas:
[1] http://www.celag.org/
[2] https://www.exim.gov/about
[3] https://data.worldbank.
[4] https://ustr.gov/
[5] http://repositorio.cepal.
[6] http://www.exim.gov/what-
[7] http://www.exim.gov/news/
[8] http://www.proceso.com.mx/
[9] https://ppi.worldbank.org/
[10] http://www.irena.org/
[11] http://www.iadb.org/es/
[12] https://alnavio.com/
[13] https://www.export.gov/
[14] https://www.exim.gov/
[15] https://www.exim.gov/
[16] http://www.exim.gov/news/
[17] http://www.bechtel.com/
[18] http://www.bechtel.com/
[19] http://www.bechtel.com/
[20] http://www.bechtel.com/
[21] https://www.exim.gov/
[22] https://www.exim.gov/
[23] http://www.exim.gov/news/
[24] https://www.eleconomista.
[25] http://www.exim.gov/news/
[26] http://www.exim.gov/news/
[27] http://www.reuters.com/
[28] http://www.exim.gov/news/
[29] https://www.opic.gov/
[30] https://ustr.gov/
Aníbal García Fernández es investigador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica
@Anibal_garcia89
Fuente: http://www.celag.org/no-interesa-america-latina-negocios-e-inversiones-eeuu-la-region/
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