Recomiendo:
0

'Il Cavaliere' se ha convertido en una leyenda de la política europea por sus meteduras de pata en materia diplomática

Pasen y vean… las mejores ‘berlusconadas’

Fuentes: El Mundo

No se resiste a contar chistes de dudoso gusto, a hacer bromas desafortunadas, a ironizar sobre las cuestiones más delicadas Hablamos de Silvio Berlusconi, cuyas meteduras de pata son ya proverbiales. Incapaz de refrenar su lengua, el primer ministro sigue desencadenando crisis internacionales. Por ejemplo, las autoridades chinas acaban por ejemplo de hacer llegar a […]

No se resiste a contar chistes de dudoso gusto, a hacer bromas desafortunadas, a ironizar sobre las cuestiones más delicadas Hablamos de Silvio Berlusconi, cuyas meteduras de pata son ya proverbiales. Incapaz de refrenar su lengua, el primer ministro sigue desencadenando crisis internacionales. Por ejemplo, las autoridades chinas acaban por ejemplo de hacer llegar a Italia una protesta oficial contra Il Cavaliere, después de que el domingo éste asegurara que durante el gobierno de Mao Zedong se hervían niños para fertilizar los campos de cultivo.

«Era una broma. Una ironía discutible pero basada en hechos reales», aseguraba Berlusconi tratando de justificar uno más en su larga lista de tropiezos. Quién no recuerda si no su memorable resbalón durante la tensa cumbre europea celebrada en diciembre de 2003 cuando, a fin de «aligerar el clima» de la reunión, Il Cavaliere invitó a los otros jefes de Estado a hablar de fútbol y de mujeres.»Por ejemplo tú, Gerhardt, que has estado casado cuatro veces.¿Qué nos puedes decir de las mujeres?», le espetó a Schröder, el entonces canciller alemán, en medio de un gélido silencio.

Pocos meses antes, en septiembre de 2003, se descolgaba con otra perla: «Mussolini nunca mató a nadie, Mussolini sólo enviaba a la gente de vacaciones en exilio interno», aseguraba desatando la ira de la comunidad judía. Por no hablar de cuando, poco después del 11-S, arremetió contra la civilización musulmana, tachándola de inferior a la occidental.

Y qué decir de su vertiente chistosa: «Un tipo le dice a otro: ‘Me he tatuado un lunar en el pene, así cuando me excito parece un moscardón’. Su amigo le replica: ‘Yo por mi parte me he hecho tatuar las letras SO, así cuando me excito se lee: Saludos de San Benedicto de Tronto». Ese es el chiste de Berlusconi le contó a Bill Clinton poco después del incidente de Monica Lewinsky.

«Yo realmente no cuento chistes. Trato simplemente de utilizar historietas para definir mejor los conceptos», ha precisado en alguna ocasión el primer ministro italiano. Sin embargo, está claro que no logró ese objetivo cuando se descolgó en 2000 con una chirigota respecto al sida: «Un enfermo va al médico y le pide ayuda para combatir el sida. El médico le receta baños de lodo. ‘¿Realmente me harán bien?’, pregunta el enfermo. ‘No, pero le ayudarán a acostumbrarse a estar bajo tierra'».

Inolvidable también la que lió en julio de 2003, cuando se estrenó como presidente de turno de la UE llamando «capo de un campo de concentración nazi» al europarlamentario alemán Martin Schulz, desencadenaron una crisis diplomática.

¿Y quién no se acuerda de la famosa foto realizada en 2002 en Cáceres al término de una cumbre de ministros de Exteriores de la UE y en la que Berlusconi salía poniéndole los cuernos a Josep Piqué, entonces jefe de la diplomacia española? «Es que era una cumbre informal», se defendía Il Cavaliere.

O de cuando dejó boquiabierto al primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, al ponerle al corriente en plena rueda de prensa de los rumores que entonces circulaban por Italia sobre las presuntas infidelidades de la señora Berlusconi. O cuando aseguró que para lograr que Parma fuera declarada sede de la Agencia para la Alimentación había tenido que hacer nada menos que de playboy con la primera ministra finlandesa, Tarja Jalonen. Y tantas y tantas otras.

«Menos mal que quedan 10 días de campaña, de otra manera nos encontraríamos en guerra contra toda la Humanidad», suspira Massimo D’Alema, ex primer ministro italiano y presidente de Demócratas de Izquierda.