El máximo tribunal de la ONU falló hoy que Serbia no usó su influencia sobre los serbo-bosnios para impedir el «genocidio» de bosnios musulmanes en el enclave de Srebrenica, pero la absolvió de responsabilidad legal o complicidad en genocidio durante la guerra de Bosnia (1992-1995). En una larga sentencia en respuesta a una demanda de […]
El máximo tribunal de la ONU falló hoy que Serbia no usó su influencia sobre los serbo-bosnios para impedir el «genocidio» de bosnios musulmanes en el enclave de Srebrenica, pero la absolvió de responsabilidad legal o complicidad en genocidio durante la guerra de Bosnia (1992-1995).
En una larga sentencia en respuesta a una demanda de Bosnia, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, agregó que las autoridades de Serbia tampoco cumplieron con sus obligaciones de castigar a los responsables de la masacre de los 8.000 musulmanes muertos en Srebrenica en julio de 1995.
Relacionada con la desintegración de la ex Yugoslavia iniciada en 1991, la guerra de Bosnia enfrentó a fuerzas militares y paramilitares serbo-bosnias y serbias, por un lado, y a tropas bosnias y de la ya entonces independiente Croacia, por otro. El conflicto dejó 250.000 víctimas y dos millones de desplazados.
En la parte inicial del fallo, la CIJ consideró que los paramilitares serbobosnios cometieron un genocidio en Srebrenica, un enclave de Bosnia protegido por tropas holandesas de la ONU.
Pero el tribunal agregó que no está probado que el ejército yugoslavo hubiera participado directamente en la matanza o que los dirigentes yugoslavos la hubieran planificado, informó la agencia Europa Press.
No obstante, los serbios «deberían haber hecho el mayor esfuerzo a su alcance para prevenir y juzgar los trágicos eventos» sucedidos en Srebrenica, prosiguió la sentencia.
Aunque en Serbia estaba claro que existía un serio riesgo de masacre en Srebrenica, Belgrado «no mostró haber tomado ninguna iniciativa para prevenir lo que pasó ni ninguna acción para evitar las atrocidades que se estaban cometiendo», afirmó la CIJ.
La afirmación de Serbia de que le fue imposible prevenir la matanza, «apenas coincide con su conocida influencia» sobre el ejército serbo-bosnio, añadió el fallo.
Sin embargo, la CIJ rechazó el pedido de Bosnia de compensaciones monetarias y devolución de propiedades.
«La compensación financiera no es la forma apropiada de reparar la violación de la obligación de prevenir un genocidio», dijo el fallo.
De haberse declarado culpable a Serbia, hubiera sido la primera vez que se responsabilizaba del crimen de genocidio a un Estado, en lugar de un individuo o un grupo.
Aunque Bosnia presentó su demanda contra la desaparecida confederación de Serbia y Montenegro (sucesora de la ex Yugoslavia), sólo Serbia habría sido sancionada por ser el país que asumió la «identidad legal» de la antigua Yugoslavia.
Bosnia alegaba en su demanda que el gobierno de Slobodan Milosevic -por entonces presidente serbio y posteriormente presidente yugoslavo- armó, financió e impulsó una campaña de limpieza étnica con el objetivo de crear una «Gran Serbia».
Desde Bruselas, la Comisión Europea pidió a Serbia y a Bosnia-Herzegovina «aceptar y respetar completamente» la decisión de la CIJ.