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Portugal ratificará la constitución europea por vía parlamentaria

Fuentes: Agencias / La Haine

La UE de las multinacionales no se puede arriesgar a otra derrota de su constitución neoliberal, por lo tanto basta de disimular y basta de aparentar que se cumplen todos los trámites democráticos: el ‘tratado’ se aprueba a como de lugar. El primer ministro portugués, José Sócrates, anunció oficialmente en el Parlamento de su país […]

La UE de las multinacionales no se puede arriesgar a otra derrota de su constitución neoliberal, por lo tanto basta de disimular y basta de aparentar que se cumplen todos los trámites democráticos: el ‘tratado’ se aprueba a como de lugar.

El primer ministro portugués, José Sócrates, anunció oficialmente en el Parlamento de su país que el ‘Tratado de Lisboa’ -constitución europea- será ratificado por vía parlamentaria y no mediante un referéndum por una cuestión de ‘ética de responsabilidad’ y para no perjudicar la legitimidad de la ratificación del resto de los países europeos.

La decisión del gobierno socialista, que tiene mayoría absoluta en el Parlamento, cuenta con el apoyo del principal partido de la oposición el Partido Social Demócrata (PSD) y del Presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva. En contra de esta vía está el resto de la oposición, Partido Popular (CDS-PP), Partido Comunista (PC), Los Verdes y el Bloco de Esquerda (BE). De hecho, este último, por este motivo, ha presentado una moción de censura al gobierno que se celebrará el próximo día 16 de enero.

Portugal ha sido el último país de los Veintisiete en revelar cómo va a ratificar el Tratado, el resto de las posiciones ya son conocidas. Todos por vía parlamentaria -a excepción de Irlanda que lo hará mediante un referéndum, porque así le obliga su constitución-, para evitar que le ocurra lo mismo que a la fracasada Constitución Europea, puesta fuera de juego tras la Victoria del ‘No’ en los referéndos de Francia y Holanda.

De hecho, Hungría -pagando así una cuota más de su deuda con los grandes de Europa- ha sido el primer país en ratificar el Tratado.

Presiones europeas

El jefe del Gobierno aseguró que no tuvo presiones de los líderes europeos para tomar esta decisión, sin embargo la realidad parece ser muy distinta. El martes 8 de enero, el nuevo presidente esloveno de la Unión Europa puso en guardia a Portugal -que presidió la UE exactamente antes que Eslovenia- contra la convocatoria de un referéndum sobre el nuevo Tratado europeo, llamándole a tener en cuenta las consecuencias para los demás países de la UE.

Para el Primer Ministro esloveno, Janez Jansa, Portugal «ha invertido tantos esfuerzos» en este nuevo texto que «nadie cuestiona el apoyo del gobierno o de la población portuguesa a este Tratado».

«Incluso aunque hubiera un referéndum en Portugal, sería positivo (…) y ciertamente es un derecho de los ciudadanos, el gobierno y el parlamento portugueses elegir su forma de ratificación», aseguró. «Pero Europa está totalmente imbricada; y debemos preguntarnos de qué forma los acontecimientos de un país pueden influir en otros países donde la situación pudiera ser un tanto distinta», señaló amenazador.

«Cuando nos preguntamos cómo emprender proyectos muy delicados, debemos tener en cuenta una perspectiva más amplia, no sólo las cuestiones nacionales, sino también los intereses europeos», afirmó en tono gangsteril.

Mensaje recibido

Sócrates invocó tres razones de orden político por las que no se justifica la realización de un referéndum para ratificar el Tratado:

– hay una «amplia mayoría en Portugal a favor del proyecto europeo» -sin haber hecho el referéndum, no se sabe de dónde saca esta información-;

– un referéndum en Portugal tendría implicaciones negativas en otros Estados-Miembros, poniendo en causa sus procesos de ratificación por vía parlamentaria -esto sí es verdad, y responde a las amenazas recibidas-;

– y porque no hay ningún compromiso electoral de realizar una consulta popular sobre el Tratado de Lisboa, lo había para el fracasado Tratado Constitucional de la UE, y ambos textos tienen diferente contenido -esto no es verdad: ambos textos tienen diferente envoltorio, pero el mismo contenido-.

Falta de argumentos

En gran parte de la intervención parlamentaria del jefe del Gobierno quedó patente su falta de argumentos, lo que le obligaba a reiterar que la ratificación parlamentaria es ‘tan legítima como la del referéndum’, no entendiéndose entonces porque la vez anterior se utilizó el mecanismo de decisión popular.

Seguramente la explicación está en lo que el primer ministro señaló a continuación: que si Portugal optase por la consulta popular ‘se pondría en jaque, sin ningún fundamento, la plena legitimidad de la ratificación por los parlamentos nacionales que se está realizando en el resto de los países europeos que, pudiendo elegir, optaron por la ratificación parlamentaria’.

Por eso, insistió, ‘hacer un referéndum en Portugal tendría implicaciones en otros países y es justo decir que, como mínimo, agravaría los riesgos de que el Tratado nunca entre en vigor’.

Dicho en cristiano: la UE de las multinacionales no se puede arriesgar a otra derrota de su constitución -oops, ya no se llama constitución, ahora se llama ‘tratado’- neoliberal, por lo tanto basta de disimular y basta de aparentar que se cumplen todos los trámites democráticos: el ‘tratado’ se aprueba a como de lugar.