Encumbrados funcionarios de la Unión Europea (UE) mantienen sus planes de fortalecer los vínculos con Israel, aun después de la muerte de más de 1.000 personas en los bombardeos a Gaza.
Dos pronunciamientos contradictorios sobre las relaciones UE-Israel fueron emitidos este miércoles, cuando el operativo contra Gaza ingresa en su tercera semana con un creciente saldo de víctimas mortales, la tercera parte de ellas niños y niñas. El enviado de la Comisión Europea (rama ejecutiva de la UE) a Jerusalén, Ramiro Cibrián-Uzal, advirtió que la propuesta de afianzar las relaciones con Israel no podía «continuar como si nada hubiera sucedido». Pero el ministro de Relaciones Exteriores de República Checa (en ejercicio de la presidencia rotativa del bloque), Karen Schwarzenberg, lo contradijo rápidamente en una reunión con miembros del Parlamento Europeo. El funcionario recordó que los gobiernos de la UE acordaron en junio fortalecer el vínculo, que esa decisión solo puede ser revisada por los propios gobiernos y «no debe cambiarse por lo que diga un muy respetado representante en Jerusalén». La resolución de junio promueve el ofrecimiento a Israel de una «alianza privilegiada» con la UE, lo cual le permitiría integrarse en el mercado único y en una amplia gama de programas. Schwarzenberg, quien se considera un «amigo de Israel de larga data», dijo, sin embargo, «no estar demasiado feliz con lo que (ese país) está haciendo ahora». Muchos europarlamentarios le demandaron al ministro checo una respuesta firme de la UE a la masacre en Gaza.
El liberal británico Chris Davies, quien visitó la zona de guerra el fin de semana, dijo que el ejército israelí «tornó Gaza en un infierno» al atacar el área incesantemente con «máquinas asesinas del siglo XXI». «Hemos sido indulgentes con Israel como no lo fuimos con ningún otro país», sostuvo. «La UE no respaldó con acciones en ninguna ocasión sus críticas al tratamiento que se le da a los palestinos.» Esa omisión «le prendió la luz verde a Israel» para proceder con sus ataques, dijo Davies. Pero «no planeamos condenar a Israel, sino recompensarlo», se lamentó.
El vínculo económico y diplomático entre Israel y la UE se rige por el acuerdo de asociación vigente desde 2000. El artículo 2 del tratado obliga a ambas partes a respetar los derechos humanos básicos. Numerosas organizaciones humanitarias recopilaron, aun antes de la actual operación contra Gaza, voluminosa evidencia de abusos cometidos por fuerzas israelíes en los territorios árabes ocupados y en la guerra contra Líbano de 2006. Pero la UE nunca invocó el artículo 2 del acuerdo bilateral para imponer sanciones económicas o políticas al Estado judío. La eurodiputada francesa Hélène Flautre, del partido Los Verdes, dijo que la débil postura de la UE ante Israel socava los valores básicos de respeto por los derechos fundamentales compartidos, al menos en el papel, por todo el bloque. «Si procedemos como si no pasara nada, estaremos enterrando el proyecto europeo. Estamos enterrando los derechos humanos», dijo Flautre.
Una minoría de los europarlamentarios presentes en la audiencia con Schwarzenberg sostuvieron que Israel sólo se defiende de los disparos de cohetes realizados por milicias del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) desde Gaza hacia el sur del territorio israelí. El norirlandés Jim Allister argumentó que Israel recurría a «acciones de represalia necesarias», y sugirió que los informes sobre los sufrimientos de los palestinos eran nada más que propaganda. «Cuando Israel contraataca –luego de contenerse mucho–, ellos (Hamás) juegan a las víctimas, y yo les digo: la respuesta está en sus manos. Dejen de disparar contra Israel», sentenció.
Muchos otros europarlamentarios insistieron, de todos modos, en que la escala masiva de la operación israelí no tiene punto de comparación con los ataques de Hamás.
La irlandesa Kathy Sinnott observó que el intercambio comercial entre Israel y la UE ascendió a 25.700 millones de euros (33.900 millones de dólares) en 2007. «Si no lo sancionamos, nos convertiremos en cómplices de la masacre», advirtió.
La europarlamentaria italiana izquierdista Luisa Morgantini dijo: «No se trata sólo de que muera gente. Están muriendo los derechos humanos. El sueño europeo de que fueran respetados universalmente está muriendo.»
El conservador español José Ignacio Salafranca dijo que la guerra «fortalece a los radicales frente a los moderados», y aseguró que ninguna solución militar al conflicto es posible. «Se puede ganar todas las batallas de una guerra pero perder la batalla más importante: la batalla por la paz», manifestó.
El socialista austriaco Hannes Swoboda dijo que la UE se equivocaba al negarse a dialogar con Hamás luego de su inesperada victoria en las elecciones legislativas palestinas realizadas en enero de 2006, lo que redundó en el fracaso de la coalición de unidad nacional que ese partido formó con su rival, el secular Fatah.
«Ayudamos a destruir el gobierno de unidad nacional», se lamentó. «Nos equivocamos. No me gusta Hamás: es una organización terrorista. Pero, ¿por qué la ciudadanía lo votó? Porque lo veían como la última oportunidad para sobrevivir», concluyó.