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Francia: llamamiento en apoyo a los encausados de Tarnac

El antiterrorismo como modo de gobierno

Fuentes: Le Monde / Viento Sur

Introducción y traducción por John Brown

El 11 de noviembre de 2008, diez militantes anarquistas fueron detenidos en distintas zonas de Francia y acusados de » sabotaje » a las líneas de tren de alta velocidad. Se les conoce como los encausados de Tarnac porque algunos de ellos y ellas vivían en una comuna en esta ciudad de la región de Corrèze, en el centro de Francia. El gobierno y los grandes medios de comunicación se lanzaron a una campaña de criminalización contra la ‘ultra izquierda «. Desde el primer momento, se organizaron actos de solidaridad, en la propia ciudad de Tarnac, y una campaña nacional e internacional, que incluye debates sobre el «antiterrorismo «. Puede encontrarse información sobre el debate y la campaña:
1.El sitio del Comité de apoyo: http://www.soutien11novembre.org/
2.El debate sobre » El antiterrorismo como modo de gobierno que tiene programada Radio libertaire y que puede escucharse el 20 de enero en la siguiente dirección: http://www.federation-anarchiste.org/rl/.

El texto que publicamos a continuación sirve de punto de partida a una campaña lanzada por el Comité de apoyo a los encausados del 11 de noviembre que se inscribe a su vez en una más amplia empresa de crítica del » antiterrorismo » y de las legislaciones de excepción con él asociadas. En Grecia, tras la revuelta a raíz del asesinato de Alexis, en Francia tras el caso Tarnac y otros semejantes, en Brasil con la concesión de asilo político a Cesare Battisti, vemos agrietarse el terrible consenso antiterrorista que ha prevalecido durante los últimos años y sigue hoy siendo hegemónico en casi todos los países del centro capitalista. La matanza de Gaza, tras las guerras » antiterroristas » de Afganistán y de Iraq ha venido a recordarnos las consecuencias sangrientas de la defensa preventiva de » nuestra libertad » y » nuestro modo de vida «, en otros términos del orden capitalista, frente a las amenazas que sobre ellos se ciernen. El debate sobre el antiterrorismo está abierto ya en varios países. En Francia ha sido asumido por todo un sector de la izquierda alternativa que gracias a toda una serie de valiosos conceptos elaborados por Michel Foucault está mejor armada para resistir a los Estados de excepción estructurales que los defensores o incluso muchos de los críticos de izquierda del Estado de derecho.

«El antiterrorismo es un método de gobierno, y como tal debe entenderse. La característica vaguedad de las leyes antiterroristas no responde a una negligencia. Es su modo propio de ser operativas. La ley, con sus distinciones nítidamente recortadas e incluso afiladas, es en parte algo superado desde el punto de vista pragmático de las técnicas del poder. No tiene la flexibilidad de los instrumentos que gestionan la crisis permanente, reconduciéndola siempre a un conjunto de variables interdependientes que se trata de corregir. Tampoco tiene la rapidez ni la eficacia de una campaña de guerra relámpago.

Para que la ley pueda convertirse en una herramienta o un arma de este tipo, tiene que ofrecer también ella la flexibilidad de la norma. La ley, clásicamente, produce distinciones nítidas. Determina lo lícito y lo ilícito. La norma opera sobre continuidades. El dispositivo antiterrorista pertenece al mundo histórico de la norma, no al de la ley. En el mundo polarizado por el antiterrorismo, no están de un lado los que no son terroristas y del otro los terroristas. De un lado está la normalización continua de la población, concebida como un amplio campo de probabilidades o de riesgos que hay que dominar globalmente; y del otro, ocasionalmente, formas de existencia que aparecen como agujeros en la trama continua de la población. Estas formas de existencia se designan como terroristas yestán destinadas a la aniquilación.

La guerra contra el terrorismo se presenta hoy como el horizonte común de todas las democracias occidentales. Por ello, denunciar sus «deslices» o «abusos» nunca es suficiente, es una posición que infravalora la situación.

Este horizonte y la particular Realpolitik que lo acompaña, por regla general, no se cuestionan . Porque todo el mundo parece estar de acuerdo en principio sobre el riesgo al que hay que poner coto, y basta la falsa evidencia de un enemigo absoluto para «justificar los medios» hasta hacerlos incuestionables. El asunto de Tarnac ha sido una de las escasas ocasiones en que este tipo de intervención ha sido objeto de un cuestionamiento público. Yldune y Julien tienen, por supuesto, que ser liberados; tienen que retirarse los cargos contra ellos. También tienen que ser puestos en libertad Isa, Juan y Damien – encarcelados bajo las mismas acusaciones de «terrorismo». Pero es también importante que este cuestionamiento de lo que nunca se cuestiona tenga plenamente lugar, es decir de forma duradera y en los términos adecuados. No tiene que volver a cerrarse la brecha que se ha abierto tímidamente en la evidencia de esta «guerra contra el terrorismo» sobre la cual nos advirtió un presidente norteamericano de que «no tendría fin».

 

 

Traducción de John Brown

 

Este texto sirve de punto de partida a una campaña lanzada por el Comité de apoyo a los encausados del 11 de noviembre que se inscribe a su vez en una más amplia empresa de crítica del » antiterrorismo » y de las legislaciones de excepción con él asociadas. En Grecia, tras la revuelta a raíz del asesinato de Alexis, en Francia tras el caso Tarnac y otros semejantes, en Brasil con la concesión de asilo político a Cesare Battisti, vemos agrietarse el terrible consenso antiterrorista que ha prevalecido durante los últimos años y sigue hoy siendo hegemónico en casi todos los países del centro capitalista. La matanza de Gaza, tras las guerras » antiterroristas » de Afganistán y de Iraq ha venido a recordarnos las consecuencias sangrientas de la defensa preventiva de » nuestra libertad » y » nuestro modo de vida «, en otros términos del orden capitalista, frente a las amenazas que sobre ellos se ciernen. El debate sobre el antiterrorismo está abierto ya en varios países. En Francia ha sido asumido por todo un sector de la izquierda alternativa que gracias a toda una serie de valiosos conceptos elaborados por Michel Foucault está mejor armada para resistir a los Estados de excepción estructurales que los defensores o incluso muchos de los críticos de izquierda del Estado de derecho.

 

Para informarse sobre el debate y la campaña:

  1. El sitio del Comité de apoyo: http://www.soutien11novembre.org/
  2. El debate sobre » El antiterrorismo como modo de gobierno que tiene programada Radio libertaire y que puede escucharse el 20 de enero en la siguiente dirección: