Traducido del británico para Rebelión por Germán Leyens
Europa Oriental está a punto de estallar. Si lo hace, podría llevarse consigo a gran parte de la UE. Es una situación de emergencia, pero no hay soluciones fáciles. El FMI no tiene los recursos para un rescate de ese tamaño y la recesión se propaga más rápido de lo que se pueden organizar los esfuerzos de ayuda. Los ministros de finanzas y los banqueros centrales no llegan a ninguna parte en el intento de apagar un incendio tras otro. Es sólo cosa de tiempo antes de que sean sobrepasados por los eventos. Si se permite que un país suspenda pagos, las piezas de dominó podrían comenzar a caer en toda la región. Eso podría provocar cambios dramáticos en el paisaje político. El ascenso del fascismo ya no es totalmente imposible.
El editor de economía del Telegraph británico, Edmund Conway lo resume como sigue:
«Una ‘segunda ola’ de países será víctima de la crisis económica y enfrentará el rescate por el Fondo Monetario Internacional, advirtió su jefe en la cumbre del G7 en Roma… Pero como las economías de algunos países están efectivamente eclipsadas por el tamaño de su sector bancario y sus obligaciones financieras, existen temores que podrían ser víctimas de crisis de balanza de pagos y monetarias, como le pasó a Islandia antes de recibir ayuda de emergencia del FMI el año pasado.»
(Telegraph, Londres)
El capital extranjero escapa a un ritmo alarmante, casi dos tercios se han ido en asunto de meses. La deflación hace bajar los precios de los activos, aumenta el desempleo, y complica el lastre de deudas de las instituciones financieras. Es lo mismo por doquier. Las economías están siendo vaciadas y despojadas de capital. Ucrania se tambalea al borde de la bancarrota, Polonia, Letonia, Lituania, Hungría han caído todas en una depresión de baja intensidad. Los países que siguieron el régimen económico de Washington son los que han sufrido más. Apostaron a que el crecimiento alimentado por la deuda y las exportaciones llevaría a la prosperidad. Ese sueño ha sido desbaratado. No han desarrollado sus mercados de consumo, de modo que la demanda es débil. El capital es escaso y los negocios están siendo forzados a desapalancar para evitar la suspensión de pagos. Toda Europa Oriental ha recibido llamados a reponer la garantía. Necesitan fondos adicionales para cubrir el valor declinante de su patrimonio. Necesitan un salvavidas del FMI o sus economías seguirán derrumbándose.
El corresponsal de economía del Telegraph británico, Ambrose Evans-Pritchard, ha escrito una serie de artículos sobre Europa Oriental. En «Failure to save East Europe will lead to Worldwide meltdown» [«Si no se salva a Europa Oriental se llevará a la catástrofe mundial»] dice:
«El ministro de finanzas de Austria, Josef Pröll, hizo esfuerzos frenéticos la semana pasada para reunir un rescate de 150.000 millones de euros para el ex bloque soviético. ¡Era lo menos que podía hacer! Sus bancos han prestado 230.000 millones de euros a la región, el equivalente de un 70% del PIB de Austria.
«Una tasa de incumplimiento de un 10% llevaría al colapso del sector financiero austríaco,» informó Der Standard en Viena. Por desgracia, está a punto de ocurrir.
El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (EBRD, por sus siglas en británico) dice que las deudas perdidas superarán un 10% y podrían llegar a un 20%…
Stephen Jen, jefe de divisas en Morgan Stanley, dijo que Europa Oriental ha emprestado 1,7 billones de dólares en el extranjero, en gran parte en vencimientos a corto plazo. Debe reembolsar -o refinanciar- 400.000 millones de dólares este año, equivalente a un tercio del PIB de la región. ¡Buena suerte! La ventanilla del crédito se cerró de un golpe.
Casi todas las deudas del bloque oriental son con Europa Occidental, especialmente con bancos austríacos, suecos, griegos, italianos y belgas. Además, los europeos representan un sorprendente 74% de toda la cartera de 4,9 billones de dólares de préstamos a mercados emergentes. Están cinco veces más expuestos a esta última ruina económica que los bancos estadounidenses o japoneses, y están 50% más apalancados (datos del FMI). (Ambrose Evans-Pritchard Telegraph británico)
Una crisis económica se convierte rápidamente en una crisis política. Han estallado disturbios en capitales en toda Europa Oriental. Más vale que el señor Geithner preste atención. Las perspectivas de agitación política aumentan. La ansiedad pública puede derramarse repentinamente por las calles. Los gobiernos deben actuar rápidamente y con decisión. Esos países necesitan dinero y garantías de apoyo. Si no consiguen ayuda, la ira reprimida puede convertirse en algo mucho más letal.
El corresponsal de economía del Telegraph británico, Ambrose Evans-Pritchard, escribe:
«Los bancos globales hasta ahora han pasado a deudas incobrables la mitad de los 2.200.000 millones de dólares de pérdidas estimadas por el FMI. Además, los bancos de la UE tienen 1.600.000 millones de dólares de riesgo en Europa Oriental – vista cada vez más como la debacle de alto riesgo de Europa, y las deudas corporativas de la UE son un 95% del PIB en comparación con un 50% en EE.UU., una preocupación creciente a medida que aumentan las cotas de suspensión de pagos.
«Es esencial que el apoyo gubernamental a través del programa de alivio de activos no sea de una escala que provoque preocupación respecto al sobre-endeudamiento o a problemas financieros. Esas consideraciones son particularmente importantes en el actual contexto de crecimiento de los déficits presupuestarios, aumento de niveles de la deuda pública y desafíos en la emisión de bonos soberanos.» (Telegraph británico)
Es lo mismo en todos los casos en los que los bancos fusionaron sus filiales comerciales y de inversión. La deuda ha aumentado vertiginosamente a niveles insostenibles, desestabilizando toda la economía. Los bancos han estado operando como hedge funds, ocultando sus actividades en operaciones fuera de balance y maximizando su apalancamiento mediante instrumentos de deuda intransparentes. Ahora la economía global está atrapada en la corriente descendiente de una burbuja especulativa que colapsa. Europa Oriental ha sido afectada fuertemente, pero es sólo el primero de muchos bolos que van a caer. Toda Europa ha sido infectada por el mismo virus originado en Wall Street. El New York Times del lunes resume los acontecimientos en la UE:
«Europa cayó aún más bajo en la recesión que EE.UU. en los últimos meses del año pasado, según cifras publicadas el viernes… La economía de los 16 países que comparten el euro disminuyó un 1,5% por ciento en el cuarto trimestre, (una caída anualizada de aproximadamente un 6%) según la oficina estadística de la Unión Europea. Es aún peor que la disminución de 1% en la economía de EE.UU. durante ese período, en comparación con el trimestre anterior.
«Los datos de hoy borran toda ilusión de que la zona del euro se libre a la ligera en esta depresión global,» dijo Jörg Radeke, economista en el Centro de Investigación de Economía y Negocios en Londres. («Europe Slump Deeper than Expected» New York Times)
Los «liquidacionistas» quisieran ver que los gobiernos cortaran el flujo de fondos a instituciones financieras con dificultades de liquidez y las dejaran caer por sí solas. Es una locura darwiniana, como esperar un ataque al corazón en el piso de la cocina en lugar de apresurarse a ir al hospital a la unidad intensiva. La economía global se desacelera al ritmo más rápido jamás visto. Un 40% de la riqueza global ha sido eliminada. El sistema bancario es insolvente, el desempleo se acelera, los ingresos por impuestos caen, los mercados están en un estado de choque, la construcción se derrumba, los déficits aumentan vertiginosamente y la confianza de los consumidores sufre una masiva contracción en todo el sistema que podría salirse de control y hacernos caer en otra guerra mundial. Los dirigentes políticos tienen que comprender la urgencia del momento y evitar que el vehículo se precipite al pozo.
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Mike Whitney vive en el noroeste del Pacífico. Para contactos, escriba a: [email protected]